Adiós al niño de los mil años bajo las notas de La barca de oro

martes, 14 de febrero de 2006 · 01:00
* Crónica del homenaje póstumo a Juan Soriano, en Bellas Artes México, D F, 13 de febrero (apro)- El Palacio de Bellas Artes resguardó, por poco más de cuatro horas, la apacible figura de traje negro postrada en un féretro en tono caoba Minutos antes de las diez de la mañana del sábado anterior, día nublado, en una carroza fúnebre había arribado el cuerpo inerte del pintor, escultor y grabador jaliscience Juan Soriano En la explanada del Palacio, tres esculturas suyas: Pato, Pájaro y Pájaro con semillas Al interior, familiares, amigos, funcionarios y miembros de la comunidad cultural hacían guardias al Niño de los mil años, como lo calificó el poeta Octavio Paz La primera fue encabezada por Sari Bermúdez, presidenta del Conaculta; Saúl Juárez y Daniel Leyva, director y subdirector del INBA, respectivamente; Marek Keller, representante y compañero del artista; la escritora Elena Poniatowska y el conductor de radio y televisión Jacobo Zabludovsky En las escaleras centrales del Palacio se colocó una pantalla que mostraba imágenes en video de la vida y obra de Soriano; en los costados colgaban tres de sus pinturas: María Asúnsolo, Apolo y las musas, y Autorretrato, mismas que trastocaron el ambiente, en cálido y tranquilo Las guardias seguían de tiempo en tiempo al artista y amigo: el escritor Héctor Aguilar Camín, el caricaturista Rafael Barajas "El Fisgón", el poeta Alí Chumacero, el dibujante José Luis Cuevas, la crítica de arte Teresa del Conde, el funcionario Gerardo Estrada, el narrador Fernando del Paso, el pintor Manuel Felguérez, la escritora Margo Glantz, el funcionario José Ángel Gurría, el historiador Enrique Krauze, el crítico de arte Jorge Alberto Manrique, el director del Museo de Artes Moderno Luis Martín Lozano, el político Porfirio Muñoz Ledo, la periodista Cristina Pacheco, la viuda de Octavio Paz, Mari José Paz, el escritor Guillermo Sheridan, la directora de la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino, Raquel Sosa, entre muchos más Las coronas, con alcatraces, orquídeas, rosas y claveles blancos en su mayoría y una que otra en azul y rojo, daban el pésame ?en ausencia-- a los deudos Entre ellas se distinguían los listones de Roberto Madrazo, la Academia Mexicana de Arte Teatral, el contador público Ismael Hernández y familia, la Embajada de Francia, la directora del Fondo de Cultura Económica, Consuelo Sáizar o la del Museo de Filadelfia Había música en vivo: Corales y Recitativos Pasión según San Mateo, Sonata para chelo solo, Aria de la cuerda del Sol de Bach, música grabada de cantos gregorianos, además de la soprano Zulyamir Lopezríos quien, acompañada por el pianista Carlos Alberto Pacero, interpretó Ave Verum, de Mozart, y Ave María, de Gounod, encargadas estas últimas de recibir el féretro a la entrada del recinto Entre intercambio de pésames, se compartían las experiencias y anécdotas con los medios de difusión Zabludovsky fue el que más tiempo permaneció en el recinto: "Era muy auténtico, sincero, sus respuestas a veces eran inesperadas, no tenía miedo a opinar en contra de la corriente, fue diáfano en su vida íntima, en su vida pública, en su vida privada, no tenía nada que ocultar, no tenía de qué avergonzarse, tenía un gran orgullo, y un auténtico desprecio por las cosas materiales" Por su parte, Carlos Monsiváis lo recordó como una persona "excepcional, nunca he visto a nadie provocar tanto en las reuniones, nunca he visto a nadie vivir como le dio la gana y normalizar su comportamiento al grado de volverlo ejemplar" Su momento más grato al lado del escultor, comentó, era observar "cómo se irritaban por lo que decía y cómo tenían que calmarse porque Juan no iba a moderar sus puntos de vista" Lo más apreciado por él de su obra fue la serie de retratos realizados a Lupe Marín, y sus dibujos eróticos Saúl Juárez consideró que se le estaba despidiendo de la manera en que se merecía, aunque hizo hincapié en que los mejores homenajes "son aquellos que se le hacen en vida a los artistas", y se refirió a Soriano "como uno de los innovadores de la plástica del siglo pasado Me parece que abrió nuevas rutas, nuevos caminos para un desenvolvimiento mucho más libre, mucho más fortalecido de la plástica" Martín Lozano consideró que uno de los grandes méritos de Soriano fue "haber permeado su personalidad individual y esta defensa de su sensibilidad a costa de todas las convenciones de la época, de los críticos, del mercado; esta defensa radical de pintar lo que él siente, es lo que lo posiciona en la segunda mitad del siglo XX como el baluarte de una libertad de expresión" Además de los concurrentes a la despedida, iban y venían decenas de personas por el recinto, motivadas por la curiosidad antes de iniciar su recorrido por las exposiciones que el Palacio ofrecía Se acercaban a mirar el féretro y a las personalidades que se encontraban en el homenaje Un muchacho con rostro consternado daba vuelta al rosario de madera que sostenía en sus manos Para Apro, Tania Libertad contó lo que pierde México con la muerte del maestro: "Unos ojos maravillosos que tenían la posibilidad de ver lo que muchos de nosotros tal vez no vemos, porque tal vez es un mundo con otros colores mucho más amables" Lo definió como "un hombre de una generosidad infinita, de una gran bondad, y de una enorme alegría" Fue tan buena relación que llevaba con el artista, que le compuso una canción, Para siempre Juan, donde describe su manera de ser: Ojos de mar, corazón de azúcar, manos de sol, alma de tu luna Sobre tu andar, el país que gustas de vivir, de sufrir, de gozar Sabes reír como si nada pasara, sabes decir lo que se te da la gana, sabes amar frente a los demás y gozas y sufres y vives Dulce caramelo de sabores, llévame a tu cielo de colores, enséñame a vivir en tu pequeña aldea, sabio dibujante del mundo y sus amantes, permítenos quedarnos en ti, por ti, para ti, para siempre Juan? A las 13:50 los mariachis bajaron por las escaleras y dieron la despedida con La barca de oro, La negra noche y Las golondrinas, entre plausos y lágrimas de algunos de los asistentes Hacia las dos de la tarde la carroza de nuevo se dirigió a la funeraria en donde cremarían el cuerpo del pintor Marek Keller dijo que él conservaría las cenizas del artista, e informó que por el momento no hay ningún proyecto para exponer sus obras Poniatowska, a su vez, lo recordó como una persona que nunca se vio triste: "Siempre sonreía con sus grandes dientes, así, como de caballo que tenía, y hablaba siempre en forma muy positiva Se reía, hacía reír a la gente, era burlón, contaba historias y anécdotas de los demás, se burlaba también de las situaciones, las imitaba, arremedaba muy bien" Y declaró: "Con su partida nos deja más que un recuerdo, deja una herencia muy valiosa que tendrán que aprender las nuevas generaciones de artistas plásticos, como su levedad, su capacidad de ser como un duende, y ligereza, era un gran profesionista, y lo que hacía, lo sabía hacer muy bien"

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