Machete, mexican power
MÉXICO, DF, 28 de octubre (apro).- Es exagerada, de mal gusto, con desnudos y violencia gratuita y hasta cursi… pero en el fondo, la cinta dirigida por Robert Rodríguez, resulta adorable, del tipo de cintas que, junto con otras películas que narran la problemática del migrante, deben existir para generar un cambio de conciencia.
Machete explota el morbo a la usanza de las películas que en Estados Unidos son conocidas como “clase B”: de mala calidad, con malos guiones y malos actores, que solían explotar la violencia y el sexo (aunque sin llegar al softporno).
La diferencia radica en que Robert Rodríguez consigue darle vuelta a este tipo de cintas, como ya lo había hecho con Quentin Tarantino en el proyecto Grind House. Machete es mala a propósito, sin mencionar que posee un trasfondo de crítica social y política acorde al tema de los inmigrantes en Estados Unidos.
La película gira en torno a un héroe violento, conocido como Machete (Danny Trejo), otrora policía federal mexicano, quien luego de ser traicionado por su país se va a Estados Unidos en busca de oportunidades.
Sin embargo, Machete encuentra de nuevo la traición, pero esta vez decide quedarse para pelear, no sólo por él, sino por sus compatriotas que padecen acosos y malos tratos.
Machete Cortez, quien usa el machete como arma predilecta, masacra a cuanto enemigo pueda con tal de conseguir venganza; en su camino sangriento se topará con varios aliados como Luz (Michelle Rodríguez), una chica que tiene un negocio de comida ambulante; Yvetta (Jessica Alba), una trabajadora de migración; y el Padre Cortez (Cheech Marin), un sacerdote católico y hermano de Machete.
Y también algunos enemigos como el senador John McLaughlin (Robert de Niro); Michael Booth (Jeff Fahey), quien se beneficia de mano de obra barata; Don Johnson (Von Johnson), el líder de un grupo de mata-ilegales; y el narcotraficante llamado Torrez (Steven Seagal). Mención aparte merece el pequeño papel de Lindsay Lohan, como la hija junkie (drogadicta) del señor Booth.
La cinta es sumamente entretenida, en parte por la acción, en parte por ver a un mexicano patearle el trasero a los chicos malos, tanto mexicanos como gringos, lo cual genera mucho placer; al tiempo que da cuenta de la corrupción que yace debajo de un sistema que muchos piensan no tiene fallas.
Machete es como un statement de empowerment latino, una revalorización de los migrantes mexicanos en un país en donde, usualmente, son ninguneados. Una cinta capaz de levantar la moral y el nacimiento de un súper héroe mexicano que pone a los malos en su lugar.
Probablemente, desde los hermanos Almada no teníamos héroes que dieran batalla a los criminales.