Crónica de un fin de semana en el Cervantino

domingo, 31 de octubre de 2010 · 01:00

GUANAJUATO, Gto., 31 de octubre (Apro).- Invitada por primera vez al Festival Internacional Cervantino, la compañía “Les 7 Doigts de la Main” trajo consigo a esta ciudad dos espectáculos –uno para calle y otro para foro cerrado- en los que abarcó la diversidad del clown, con el talento al que ya nos tienen acostumbrados los canadienses y la representación de Québec que desde hace ya muchos años participa en este evento.

 

 Felices porque se encontraron entre otros muchos artistas de toda índole en teatros y plazas, los integrantes del grupo fundado en Montreal montaron en el Auditorio del estado su primer espectáculo en español. “Muy difícil”, atinaron a decir al final de la primera de dos funciones que ofrecieron este fin de semana, tras cumplir previamente con otras acrobacias y mitos circenses en la Plazuela de San Fernando.

 

   Aunque la referencia inevitable en los programas de mano y las notas alusivas siempre es el Cirque Du Soleil como la nueva dimensión que a partir de la segunda mitad del siglo XX se le dio al espectáculo circense -particularmente en Canadá-, “Les 7 Doigts de la Main” es una muestra de cómo se pueden tomar caminos distintos a aquél y entrar al mundo del teatro, acercándose, incluso, al show de cabaret.

 

  Así, con “La vie” (La vida), el grupo desplegó ante los espectadores un argumento y múltiples recursos: todos los presentes en el auditorio han muerto, están en el limbo (oficialmente declarado inexistente por el Vaticano) y serán juzgados, uno a uno, de acuerdo con sus actos.

 

  Una docena de personas del público son sentadas en el escenario, a un costado de la plataforma circular que representa el plato circense, núcleo de donde parten historia, música, baile y acrobacias, incluidas las más elementales payasadas que siempre nos harán reír a chicos y grandes.

 

Un conductor-juez-actor lleva el hilo de la trama, mientras otros actores aparecen en diversos momentos caracterizados como un hombrecito bobo que sufre los maltratos del conductor; una sensual mujer apenas vestida de negro que puede ser enfermera o ejecutar un tango que exuda sexualidad; una loca contorsionista o una cantante que es también azafata en la aerolínea de la vida, o que entrega al conductor los expedientes de cada muerto de los que dependerá su suerte: el cielo o el infierno.

 

  En momentos, no obstante, se abusa de un recurso fácil: la burla o el escarnio del espectador, así como de la inclusión de los elementos de la picaresca mexicana, algunas palabrotas que sirven al conductor para generar una identificación con el público y hacerlo reír, pero en realidad imprescindibles porque el espectáculo es igual de bueno sin ellas.

 

 Hay una permanente interacción con el público; elementos de la picaresca mexicana intercalados en los diálogos; acrobacias que siempre sorprenden en las cuerdas o el columpio; música sobre el escenario con un DJ como otro ingrediente que también cumple su parte en el programa; danza, baile, comicidad y una advertencia final del conductor a todos los presentes: “Lo importante es que (aún) estamos aquí…amen, besen, cojan. No pierdan su tiempo”.

 

 Este fin de semana vuelven los espectáculos callejeros a Los Pastitos con la commedia dell`arte (durante varios años ausente del Cervantino) a cargo del Teatro Tascabile di Bergamo, con las “Historias de Montescos y Capuletos”.

 

De Chihuahua al Cervantino arribó el maestro rarámuri Antonio Camilo, uno de los últimos exponentes del chapareke, un instrumento prehispánico de cuerda para el cual la boca del ejecutante funciona como caja de resonancia, cuya existencia lucha por preservar.

 

En la noche del sábado, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato dejó un sabor de boca beethoveniano para muchos días con un programa que incluyó la participación de la prodigio rusa Irina Christiakova –de 20 años de edad- en la ejecución de la Fantasía para piano, coro y orquesta, y de las voces del Coro de la Orquesta Sinfónica del Estado de México; las sopranos Wioletta Chadowicz y Alejandra Sandoval; la mezzosoprano Grace Echauri; los tenores Dante Alcalá y Eduardo Ortiz, así como el bajo Guillermo Ruiz, para la interpretación de la Sinfonía No. 9 en re menor, “Coral”.

 

Mientras que el domingo, en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas la tradición michoacana del día de muertos da una muestra con “K´uinchekua. La fiesta grande”; los títeres corren a cargo del grupo quebequense “Princesse Patate” en la plazuela de San Fernando, y los jóvenes intérpretes de música antigua de Gran Bretaña, “Stile Antico” exploran un programa del repertorio prohibido de los periodos Tudor y Jacobino en el templo de la Valenciana.

 

 

 

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