El contraste entre un Padre de la Patria humanizado, terrestre, un poco vividor, amante de la comedia y la bebida, la tertulia y las mujeres, con el cura que es ejecutado, provocará una emoción muy fuerte, dice Antonio Serrano, el director de la cinta que acaba de rodarse. Hablan también el guionista, Leo Mendoza, y el protagonista, Demián Bichir.
GUANAJUATO, GTO.- Los creadores del largometraje Hidalgo –el cual muestra al Padre de la Patria como mujeriego, esposo con hijos, bebedor, jugador, entusiasta de la juerga, fanático del baile, intelectual y apasionado del teatro (montó Tartufo, de Jean-Baptiste Poquelin Molière)– coinciden en que el proyecto incomodará a la Iglesia.
Su director, Antonio Serrano, entrevistado luego de rodar las escenas del fusilamiento del cura Miguel Hidalgo y Costilla, protagonizado por Demián Bichir, asegura molesto que “la Iglesia le ha hecho mucho daño a este país”.
Embiste:
“¡Ah!, es una vergüenza que niegue que el sacerdote y militar fue excomulgado.”
Según Leo Eduardo Mendoza, autor del guión de Hidalgo, a estrenarse el 16 de septiembre, causará polémica “porque hay gente que asegura que no tuvo hijos”.
Puede, desde luego, importunar a la Iglesia:
“Evidentemente Hidalgo molestó a la Iglesia. Ésta no ha cambiado mucho. Es una institución medieval que no se ha puesto al día.
“¡Ya veremos qué pasa con el largometraje! Al gobierno federal no creo que le moleste, porque no le importa este personaje histórico; en cambio, Agustín de Iturbide, sí.
“Pasa lo mismo con la Revolución de 1910, no le importa a las autoridades panistas. Hay que recordar que el PAN nació en contra de las ideas revolucionarias de Lázaro Cárdenas.”
La Cámara baja actual dio marcha atrás en diciembre pasado a la propuesta de la legislatura de entonces (proponía que el gobierno mexicano pidiera formalmente al Vaticano que levantara los edictos de excomunión a Miguel Hidalgo y Costilla y a José María Morelos y Pavón), convencida por la arquidiócesis de que los héroes “no murieron excomulgados, sino en el seno de la Iglesia” (Proceso 1734).
Sin embargo, el decreto de excomunión contra Hidalgo puede leerse en el sitio de internet de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Mendoza no ha visto dichos documentos, pero señala que existe una excomunión que el cabildo levanta, pero Hidalgo muere católico:
“No es una contradicción. Este héroe era un creyente sui géneris, evidentemente.”
Serrano (Sexo, pudor y lágrimas y La hija del caníbal) menciona que esa polémica de eliminar la excomunión no sirve, “¡eso ya pasó!”.
En un breve descanso de la filmación y ya caracterizado, Bichir afirma que “un personaje de esta naturaleza genera discusión”:
“¡Es inevitable! De entrada va a tener la lupa encima. Lo más importante es humanizar a ese personaje y de alguna manera aterrizarlo. También que quede muy claro que no hay muchos hombres con esa vida tan apasible, tan amable, tan llena de goce, y que de pronto decidan dejar absolutamente todo, incluso dan la vida por el bien común. Esa es la reflexión más importante que la película ofrece.”
A decir suyo, para la película se apegaron a los hechos y dichos que ocurrieron:
“La verdad no peca pero incomoda… Supongo que será duro para algunas personas ver al cura Hidalgo haciendo el amor, viviendo plenamente, ejerciendo la libertad de pensamiento y revolucionando conciencias, pero tampoco en su tiempo fue bien visto por muchos.”
Ana de la Reguera, quien interpreta a una de las esposas del sacerdote, asegura que Hidalgo se apega a la historia, “aunque tendrá muchas cosas de ficción, pero sin afectar los hechos reales, e incitará a reflexionar sobre la situación del país”.
¡Hidalgo va a provocar!, advierten sus productores Lourdes García y Luis Urquiza, de Astillero Films.
Urquiza narra que iba para cura, estudió en un seminario de los 12 a los 20 años de edad, por ello asegura que a la Iglesia le desagradará el largometraje:
“Ellos tienen un discurso. La Iglesia no sale, no se abre; debe abrirse, pedir perdón e ir hacia adelante. La polémica es que están ligados al poder y por eso no les gusta que se les cuestione.”
García subraya que Hidalgo va a ser un escándalo:
“El discurso del cura Hidalgo de la película es muy actual. Estamos en la misma situación de cuando se desató la guerra de la Independencia. Finalmente, la intención de la cinta es conmover y hacer que algo pase.”
Siete semanas de rodaje
En la exhacienda Jaral de Berrio, Serrano da indicaciones a Bichir para perfeccionar la escena del fusilamiento de Hidalgo. Le ayuda el también realizador Walter Doehner (La habitación azul y El viaje de Teo), quien ha estado a cargo de la segunda unidad de la película.
A Bichir, como el Padre de la Patria, lo acompañan cuatro soldados para el fusilamiento. Es una escena dramática. Se le interpela a Serrano qué significa para él ver morir a ese titán mexicano:
“Es fuerte, sobre todo cuando ha sido tan gozoso este Hidalgo que hemos creado en la ficción. Nos ha dado mucha alegría, porque es un Hidalgo muy vital. Ver a Demián con una buena actuación y dejar ese personaje, se siente feo.”
Hidalgo se sitúa en 1811, mientras el cura se encuentra en su celda del hospital mental de Chihuahua en espera de ser fusilado. Y en forma de flashback, el personaje recuerda su vida desde que tenía 14 años, como estudiante del colegio de San Nicolás Obispo en Valladolid (capital de la provincia de Michoacán), del cual posteriormente fue rector.
Serrano destaca el guión de Mendoza, ganador del apoyo de Imcine (Instituto Mexicano de Cine) a guiones para el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución:
“Yo empecé en el teatro y este largometraje contiene una parte teatral. También he montado a Molière. Me identifico con este Hidalgo.”
–¿Qué significa para usted ese personaje histórico?
–Es un ser que me cae muy bien. Quizá me hubiera hecho amigo suyo si hubiera sido de mi época. Además, se estaba quedando pelón, como yo.
Es el último día de la filmación (30 de enero). El productor Urquiza cuenta que fueron siete semanas de trabajo demoledor, pero agrega contento que el proyecto ha convocado dinero:
“Empezamos con 22 millones de pesos y ya son 45 millones.”
Participan en la película Wanda Films (de España), Tequila Cuervo, la aplicación del artículo 226 de la Ley Federal del Impuesto Sobre la Renta (Eficine), Imbursa e Ina Payán, “quien nos ayudó a conseguir dinero”. 20th Century Fox la distribuirá.
Destaca el productor la actuación de Bichir:
“No nos equivocamos al escoger a Bichir. Hasta provocó enfermarse de gripe para verse todo madreado. No le hemos pagado un peso, pero está aquí por el proyecto, ha dejado otros por éste.”
Por su parte, la productora García destaca que el equipo estuvo conformado por 215 personas, incluyendo extras. También intervienen los actores Raúl Méndez (Ignacio Allende), Andrés Palacios (José María Morelos), Cecilia Suárez y la española Mar Saura, entre otros.
El guión
El cuentista, antologador y periodista Leo Mendoza manifiesta que siempre le llamó la atención el cura Hidalgo:
“Deseaba saber quién fue realmente, cómo llegó a ser lo que llegó a ser. Y lo acompañan cosas chuscas, por ejemplo su retrato oficial, que fue hecho hasta los años cincuenta del siglo XIX. Lo mandó a hacer Maximiliano. Leí el libro El cura Hidalgo y sus amigos, de Paco Ignacio Taibo II, y vi que fue probablemente el primer novohispano en montar a Molière. Lo tradujo. Aprendió francés por su cuenta, porque no había traductores ni diccionarios.
“Él dirigía las obras y actuaba. Todo eso me llamó la atención y me puse a investigar más sobre él. Se dedicó al desmadre, hacía fiestas, tenía una orquesta, le gustaban los gallos y los toros.”
No sólo eso, enseñó a los indios alfarería, hablaba lenguas indígenas, también inglés, era un sabio que no pudo sobresalir porque era criollo:
“Hidalgo es un personaje con muchos claroscuros, y obtuve el apoyo del Imcine para escribir el guión.”
Destaca que esa época se parece a la actual:
“No digo que habrá una revolución, pero sí hay una situación de desigualdad.”
Lo mismo opina Serrano:
“No ha cambiado gran cosa el país. Tampoco son fuerzas extranjeras ni malignas las que nos tienen así, somos nosotros. De alguna manera aquí es la historia de un hombre que libera a un país porque estaba tomado por otro. Sigue la desigualdad, la miseria, la falta de civismo. Si un país está lleno de basura, no es problema de extranjeros, además debemos cambiar, no nada más echarle la culpa a los poderosos. Sí hay crítica, incluso contra los poderosos en la cinta, pero también hay una reflexión de nuestro proceder.”
Así se expresa Bichir de los discursos de Hidalgo en la película:
“Me suenan muy familiares. Si le echamos un vistazo a la situación de México en la Independencia y la Revolución, parece que estamos leyendo el periódico de hoy. Esa es la gran desgracia.
“¿Qué festejas? Dicen que al pueblo pan y circo. O si no hay pan, pues circo.”
–Pero este filme forma parte de los festejos.
–Son cosas distintas. Esta película se puede filmar en cualquier momento, en cualquier época del año, bueno, ahora coincide por obvias razones. Hay muchas cosas pendientes antes de festejar, celebrar, conmemorar y demás, existen un montón de tareas. Ésta es una manifestación artística, es una película y como tal se debe ver. No pretendemos educar a nadie, y sería además una utopía pensar que un largometraje puede hacer la revolución.
Al final de su papel, Bichir añade con entusiasmo:
“Recrear a Hidalgo es un regalo por ser un personaje muy rico dramáticamente y poderoso en los valores que lo conforman.”