Seguir siendo Cafe Tacvba

lunes, 19 de abril de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 19 de abril (Proceso).- Con extraordinaria imaginación y paciencia para moldear durante dos décadas las sendas creativas del arte contemporáneo más original, el cuarteto Café Tacvba trasciende ahora las buenas conciencias de antagonistas y fieles fans nacionales, en un testimonio fílmico que lo muestra en explosiva plenitud a lo largo de tres años de giras mundiales. Para componer la balada Las batallas, el arte visionario de los tacvbos se inspiró en la novela Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco, quien el viernes 23 recibirá en España el Premio Cervantes.

Por primera vez el grupo de rock Café Tacvba (así con “v”, para no ser confundido con la famosa cafetería de las calles de Tacuba en el Centro Histórico de la Ciudad de México), se muestra tras bambalinas sin poses ni máscaras en un documental de 80 minutos dirigido por los jóvenes cineastas Ernesto Contreras y José Manuel Cravioto.

Fueron los mismos integrantes de la banda musical Rubén Albarrán (voz y guitarra), Emmanuel del Real Díaz (teclados, guitarra y voz), José Alfredo y Enrique Rangel Arroyo (el primero guitarra y el segundo bajo), quienes pidieron a Contreras (realizador del filme Párpados azules) y Cravioto (a cargo del documental Los últimos héroes de la Península) grabar la película que se intitula: Seguir siendo: Café Tacvba.

El bajista Enrique narra a Proceso que el proyecto se le ocurrió al grupo desde 2007, así:

“Tuvimos una invitación para tocar en Japón. Al ver que era la posibilidad de entrar en contacto con una cultura lejana tanto geográficamente como distante a lo que estábamos acostumbrados, porque sólo habíamos hecho giras en Centroamérica y Sudamérica, o ante el público latino de Estados Unidos, pensamos que sería muy buena idea documentar aquel momento.”

Coincidió que Ernesto Contreras se hallaba presentando Párpados azules en el Festival de Tokio:

“Creímos que iba a resultar un corto-documental, lo cual generaría más público nuestro por Japón, pero no queríamos que pasara desapercibida dicha visita como nos sucedió en ocasiones anteriores por otros países. Una vez que ambos cineastas accedieron no sólo a filmar las presentaciones en vivo y las pruebas de sonido, sino también la interacción con esa cultura asiática, pensamos que las vivencias se podrían extender a algo mayor, y sí, Seguir siendo... devino en un largo.”

De tal manera que durante la gira de los tacvbos promoviendo su reciente disco Sino, cámaras y micrófonos del dueto cinematográfico acompañaron a los músicos del cuarteto formado en 1989 al norte de la capital mexicana por la experiencia nipona.

 

Batallas en un desierto

 

Contreras especifica que trabajaron el proyecto dos años y medio.

Seguir siendo: Café Tacvba sólo se ha proyectado en Guadalajara, Jalisco, durante la 25 edición del Festival Internacional de Cine de esa ciudad, una premiére donde los tacvbos lucharon en pos de negociar la distribución del filme, pero hasta ahora “no hay nada concreto”.

De cualquier modo, el productor Luis Albores prevé con entusiasmo estrenar en breve la película.

Por supuesto, la agrupación que se ha ganado el respeto en todo el continente y más allá comparte con ánimo sus expectativas, ya que hoy por hoy está considerada como la más creativa del boom del rock alternativo de los años noventa en el Distrito Federal, cuando solía impactar a públicos juveniles del antro vanguardista La Última Carcajada de la Cumbancha (el LUCC), mítico foro abierto por los hermanos Barajas en la colonia Guadalupe Inn.

Su música ha triunfado sobre encasillamientos fáciles de onda pop comercial y demás categorías particulares, por fusionar el cuarteto un mundo de géneros varios que mezclan rock, hip-hop y electrónica con ritmos del folclórico latino y mexicano: samba, mariachi, norteño, tejano, en fin...

Enrique abunda:

“Nuestro primer disco en 1992, Café Tacvba, tuvo mucho éxito. Veníamos de dos años y medio de estar tocando en la Ciudad de México y visitando algunas otras ciudades del país, y sabíamos que había un público esperando este álbum. Ese éxito le sorprendió a la compañía disquera con la que trabajábamos, en menos de dos meses vendió lo que ellos pensaban lograría tras un año de vida del disco. Eso nos permitió viajar, conocer...”

Esos fueron los años de su explosivo despegue: 1992 y 1993.

Ahora, el documental presenta tanto conciertos en Tokio y otras plazas japonesas, como de Estados Unidos y España; además, aparecen conversaciones en torno a Café Tacvba sostenidas por varios personajes como el músico y productor argentino Gustavo Santaolalla.

En síntesis: se descubre el proceso creativo que une a los músicos entre aviones, camiones, hoteles y camerinos. La amistad que los une, los problemas que enfrentan, las frustraciones y su deseo de permanecer en la cumbre del rock en el año 2009, cuando cumplieron 20 de ser Café Tacvba.

Para Contreras, no hay duda: es la banda más importante de México “porque ha aportado mucho a la música”. Desde su origen “irrumpieron en la escena musical con una propuesta totalmente distinta, que era la de combinar toda esta cuestión de folclore y rítmica mexicana con elementos del rock, jazz o bossa nova, mezcolanza que no se había oído y para mi gusto fue una revolución, pues no se quedaron ahí, sino en constante evolución”.

 

Natural franqueza

 

A la pregunta de si acaso perdieron objetividad para realizar el documental, Contreras ataja que no se preocuparon demasiado por eso en el rodaje:

“Al contrario, quisimos que fuera un proceso orgánico, espontáneo, muy de lo que iba pasando entonces, de lo que no imaginábamos iba a suceder. El tratamiento y la verdadera decisión de cómo sería la película fue durante el montaje, pues finalmente hay mucho qué decir de Café Tacvba. Teníamos no sólo material de nosotros, también de archivo y otro de los mismos músicos.

“Al escoger desde nuestro punto de vista lo que simboliza Café Tacvba, esa parte se convirtió en un proceso más objetivo; pero insistiría en la intención de nunca perder como el fan que estaba allí, siempre viendo a estos artistas, el tratar de descubrirlos y conocerlos.”

Cravioto incluso apunta que se vale no ser objetivo:

“A mucha gente no le gusta. Siempre ponen una línea para decir ‘soy la persona que está contando esta historia, y no puede haber ese involucramiento emocional’, pero para mí es legítimo, porque resultan cosas positivas. Uno se debe dejar llevar, y si los sentimientos y las emociones te lo indican, tienes que atender esa parte.”

–¿Qué aporta el documental dada la situación musical?

–Hubiera sido ambicioso en el mal sentido de la palabra, si en vez de haber hablado de la música en general o de incluir la denuncia... se trata exclusivamente de conocer a estos seres que tienen en común crear música, y son muy talentosos. De cómo es su proceso creativo y lo que implica.

Cravioto aclara que el filme se realizó con escasos recursos:

“Parece que por ser Café Tacvba había la gran infraestructura para crear un documental, pero nuestro proyecto fue muy independiente, estábamos limitados a como estuvo estructurado el financiamiento.”

Una “aventura grata y de aprendizaje” para los dos, si bien Contreras pensó enfocarse en la ficción y ha descubierto nuevas posibilidades expresivas, ya que “vi que hay una puerta más, muy interesante: al cine lo estoy viendo de otra manera, quizás una óptica distinta, tal vez por la música, o por el tipo de personajes.”

 

Tener fe y esperar

 

A su vez, Enrique recuerda que en sus comienzos como Café Tacvba se daba “una barrera entre músicos y cineastas” que superó “el trato personal, integrándose al equipo que nos acompaña en las tocadas”.

El bajista (quien dejó la carrera de diseñador para dedicarse a la música), no tiene memoria de un documental mexicano sobre algún grupo con las características de Café Tacvba. Con el filme, el también compositor pudo ver a Café Tacvba “desde afuera, y también lo que pasa adentro”.

–¿Cómo visualiza a su banda desde el exterior?

–A pesar de algunas tensiones y algunos desgastes que pueden existir a lo largo de dos décadas trabajando en conjunto, sobre todo en la preparación de las canciones y las giras, al final creo que es un grupo vivo. Tiene una visión. Es la visión de Café Tacvba que me parece sigue, está vigente. Los tacvbos somos un grupo en movimiento.

–¿Qué los mantiene juntos?

–Hay un respeto a la aportación de cada uno como creadores que somos. El respeto a la voz del otro es fundamental. Eso queda claro en el documental. Podría parecer que la trascendencia de Café Tacvba ha permanecido intacta en nuestra carrera, y no ha sido así. En muchas ocasiones hemos sido cuestionados, ignorados, criticados como voz nada coherente con lo que sucede en el presente musical. Nuestra propuesta no siempre ha sido admirada y respetada.

“Como creadores no estamos tratando de satisfacer a un público, nos satisfacemos a nosotros cuatro. Una vez que terminamos de montar una canción que hemos elegido, ya sea compuesta individualmente o en colaboración, y estamos satisfechos, podemos valorar nuestro trabajo sin necesidad de que tenga aceptación del público. Es la manera más honesta de generar una visión.”

 Y refiere que en 1994 comenzaron a elaborar su álbum Red “ya pensando para ser grabado con un hilo conductor, con una propuesta conceptual que consideramos valiosa”. Sin embargo, tras aparecer el disco en el mercado, el menosprecio y las críticas fueron desconcertantes.

“No efectuamos muchas giras en México. Y es curioso porque a la distancia, muchas de esas canciones de Red son fundamentales en la historia de Café Tacvba, como La ingrata, El baile del sabor, La negrita y El fin de la infancia. Nos dimos cuenta de que no importaba la opinión de las personas alrededor, es nuestra visión la que podía prevalecer como fuera.”

–Será que no van acordes ustedes con la moda comercial...

–Seguramente. No sabemos cómo entrar en el gusto comercial. Incluso si lo intentáramos, no lo lograríamos.

Seguir siendo: Café Tacvba es un momento de reflexión:

“De preguntarnos quiénes somos y qué sigue. No sé si ayuda también a cerrar un capítulo y ver qué sucede a futuro. Este año tenemos actividades referentes a la película y un par de proyectos editoriales: el libro de graficas por nuestro cantante Rubén Albarrán y otro de entrevistas por Enrique Blanc. En 2011 tomaremos un receso para el siguiente proyecto disquero.”

Nada está escrito acerca del compacto. Redondea:

“No sabemos hacia dónde vamos, y aun cuando se da esa distancia para componer individualmente, regresamos, y tenemos más coincidencias que diferencias que nos ayudan a la diversidad de las propuestas. Las coincidencias nos dan la fuerza para jalar todos parejos.”

Y ahí está el detalle. Es el secreto de los tacvbos que resume en un par de voces:

“Para apoyarnos.”

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