Pierde la danza folclórica a Miguel Vélez
MÉXICO, D.F., 12 de julio (Proceso).- El fallecimiento de Miguel Vélez Arceo, director del Ballet Folclórico de la Universidad Veracruzana la noche del domingo 20 de junio por un problema cardiaco, pasó prácticamente desapercibida en los medios. Las muertes consecutivas de José Saramago y Carlos Monsivais opacaron, de alguna forma, la suya.
Figura crucial en el desarrollo de recreaciones escénicas de la cultura tradicional engarzados en cuadros completos sobre Veracruz, fue, después de Amalia Hernández, el primero en crear una compañía de altos vuelos con más de 60 bailarines en escena, música en vivo y vestuario digno de una compañía comercial. Su trabajo de 45 años de permanencia frente a la compañía que fundó es un caso inédito, y como autor se destacó por la coreografía del son La Bruja.
El artista nacido en 1928 en Tuxtepec, Oaxaca, ha sido junto con Antonio Rubio Sagarnaga, director de la Compañía de Danza Folclórica de la Universidad de Chihuahua, y Rafael Zamarripa, director del Ballet Folclórico de la Universidad de Colima, líder y ejemplo en el campo de la profesionalización de este tipo de danza. Pero no por cobrar altas cantidades de dinero por su trabajo, sino por el rigor de la interpretación de sus bailarines –la mayoría de ellos estudiantes universitarios– que zapatean al día de hoy los sones veracruzanos como nadie en el país.
En una entrevista realizada en 1988 (Proceso 617), se autodefinió así:
“Mi labor es lo que pomposamente llaman etnografía. Hago coreografías de trabajos etnográficos para recrear, no para mistificar el hecho folclórico en el escenario... De hecho, todo lo que se lleva al escenario pierde un poco de pureza en general, pero no hay que destruirlo. Hay que llevarlo con respeto sin apartarse de la línea original, que sirva como guía acerca de lo que hace y para que el público pueda compenetrarse más yendo por ejemplo a los fandangos.”
La voz de los otros
Antonio Rubio Sagarnaga:
“Vélez tuvo una amistad grandiosa conmigo y con mi esposa la coreógrafa Socorro Chapa. Él logró difundir por primera vez a nivel nacional e internacional las tradiciones de Veracruz, fue un creador incomparable y nos gustaba confrontar nuestro trabajo. Ellos zapateaban con toda la planta del pie y nosotros taconeamos más hacia el talón, pero esencialmente la técnica de nuestros zapateados es parecida; pero mientras ellos zapatean en todos sus sones, nosotros sólo lo hacemos en las polkas. Perderlo es una desgracia para la cultura nacional.”
Rafael Zamarripa:
“Creo que la ausencia de este extraordinario maestro de danza tradicional deja un vacío enorme imposible de llenar. En Vélez, además del enorme talento, surge también un líder que supo colocar sin distorsionar ejercicios de danza actual con la danza tradicional. México ha perdido una figura muy importante que dejó el nombre del país en muy alto en todo el mundo. Considero que debemos de recordar siempre su figura cordial, vigorosa, emprendedora, arriesgada. La actitud del maestro siempre fue de reto contra la mediocridad y la pasividad del movimiento dancístico nacional.
“Yo llevé una amistad muy grande con él, y aunque no lo conocí de joven recuperamos en estos últimos 20 años toda una vida. Ahora me siento solo en el ring, me hace falta mi rival de siempre, mi amigo de siempre. Nos considerábamos rivales pero nuestra pugna era más bien gozosa que conflictiva, hicimos grandes alianzas. Hablamos hace poco, teníamos proyectos que trataremos de concretar con mi compañía. Estoy desolado y recordaré siempre su presencia con muchísima admiración y cariño.”
Carmen Bojórquez, coordinadora nacional de Danza del INBA:
“La labor de Vélez es fundamental en el desarrollo del folclor escénico. Si hablamos de tradiciones, pues ahí está La Bruja, una invención de él que se considera como un legado fundamental dentro de la danza nacional.
“Una vez en Veracruz vi a un grupo bailando como si fuese una compañía y no lo era. A mí me sucede con el folclor que todo mundo habla de cómo han sido llevadas ciertas tradiciones al escenario, pero no se habla cómo las danzas del escenario han influido en el pueblo mismo. No creo que exista un maestro de folclor en el país que no haya montado La Bruja.
“El 29 de septiembre, Rafael Zamarripa hará un homenaje para Vélez en el Teatro de la Danza, incluso está haciendo un busto de él para que se coloque en la Academia de la Danza Mexicana de donde egresó en la primera generación.”
Marco Antonio Silva, dos veces Premio Nacional de Danza INBA-UAM y excoordinador nacional de Danza del INBA:
“Vélez es un referente obligado como lo son Zamarripa en Colima y Rubio en Chihuahua. Ellos tres recogen de Amalia Hernández el concepto de compañía y lo llevan al marco académico y de investigación que existe en una universidad. No sé cuál sea el origen de la presencia de Vélez en la Universidad Veracruzana, pero pareciera que hay figuras como estos tres artistas que logran por un misterio alquímico dar a su pasión otra manera de percibirse. Llegan con una cierta iniciativa y la sostienen durante años, vamos, hasta que se mueren. Ahora habría que ver quién puede seguir con semejante proyecto adelante en Veracruz. Si el más viejo de sus bailarines o el más capaz. No lo sé. Suena imposible.” l