Indigna a González Morantes el estreno de "Crepúsculo rojo"
MÉXICO, D.F., 26 de julio (Proceso).- El viernes 23 se estrenó en nueve salas de la capital del país la película Crepúsculo rojo, del realizador Carlos González Morantes.
“Me dieron sólo nueve copias –dice a este semanario un día antes–, mañana estarán en salas de la periferia y, estoy seguro, en horarios relegados. Eso le pasa a todo el cine mexicano: Es un caos. Pero a las autoridades les vale madres, y lo que es peor, a los cineastas también. Nos hemos ganado lo que nos pasa: Nadie dice nada de este abuso impresionante que te tiene en el límite de la guillotina, porque me avisan que mañana es el estreno y no te dan tiempo para moverte y que hagas algo de promoción, con el cuento de que se necesitan las salas para las películas estadunidenses.
Hace dos meses, quien fuera director de Actividades Cinematográficas de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1980 a 1982, estrenó el filme que costó cerca de 1 millón de dólares. Explica molesto:
“Estamos vendidos al cine de Estados Unidos, y la razón, nos dicen, es que no somos negocio. ¡Claro, estamos de acuerdo!, ¿cómo vamos a serlo si nuestras películas cuestan 1 millón de dólares y no tenemos distribuidoras fuertes, nos dan pocas copias y los exhibidores nos dan los peores horarios, cuando una película estadunidense asigna 25 millones de dólares en promedio sólo para la publicidad?”
Regiomontano de origen, aunque radicado en el Distrito Federal, ante el estreno de su cuarto largometraje, afirma:
“No hay una política de Estado para el cine, no hay legislación, no hay ninguna defensa, a las autoridades les importa un comino desde que le regalaron el cine mexicano al Tratado de Libre Comercio en flagrante desigualdad de condiciones. Es impresionante que el Instituto Mexicano del Cine (Imcine) tenga un presupuesto de mil 200 millones de pesos, cuando la película Titanic tuvo un costó de 200 millones de dólares. Es decir, que con una sola película revolucionas la industria. A Felipe Cazals lo estrenaron (Chicogrande) con dos copias en dos salas, nadie supo nada, no obstante que el Estado lo patrocinó... a un hombre tan importante en el cine mexicano como Felipe Cazals lo mandan al matadero.
“Ese es el destino de todas las películas mexicanas, una tras otra. Lo vimos hace poco también con Abel, a pesar de toda la promoción de Televisa. En Estados Unidos el cine es de interés nacional: El 60% de ingreso para las dos primeras semanas es para el productor. Por eso ves las cifras de recuperación en las tres primeras semanas. El mercado en México es importantísimo para ellos porque ganan mucha lana. Pero a las autoridades les importa un bledo. No hay interés, dicen que el cine mexicano es un fracaso económico, y por eso repito: estamos totalmente de acuerdo, vamos a la guerra sin fusil.”
–¿Y los premios internacionales?
–No les importan los premios, nada. Y como estamos necesitados de distribuidores, agarramos las salas que se puedan, y ellos ponen lo mínimo, no se puede esperar mucho, no son sacerdotes, son negociantes. Así que vivimos mordiéndonos la cola todo el cine nacional, y no hacemos nada.
–Cada semana se da un caso semejante. ¿Como designaría este fenómeno, un bloqueo?
–No sé, es indignante. Quizá le llamaría la invasión norteamericana a la isla mexicana con todo el permiso de las autoridades. En Estados Unidos no se exhibe una sola película mexicana. Con esta tontería del TLC de la supuesta igualdad de condiciones, valimos madres. (AP)