Rebelión o la farsa en pedazos

lunes, 6 de septiembre de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 6 de septiembre (Proceso).- ¿Qué hacen dos seres que se dan cuenta de que no son los dueños de sus actos? Esperan, se preguntan, tienen hambre, discuten y su historia es circular e infinita.

Gerardo Mancebo del Castillo, autor de Rebelión o la farsa en pedazos, que ahora se presenta los martes en el Centro Cultural de la Diversidad bajo la dirección de Arturo Quiroz y las actuaciones de Darío Rebollar y Javier Olguín, retoma la situación de Esperando a Godot de Beckett, pero con contenidos diferentes. No aguardan la presencia de Godot sino un indicio que les dé razón de su existencia; dialogan con ese ser ausente que los ha creado, pero no como seres humanos, sino como personajes teatrales. Y ese es uno de los conflictos en torno a los que gira la obra, mezclando el absurdo con la realidad. 

Gerardo Mancebo  del Castillo crea sus propias convenciones y en esas hace navegar a sus personajes, logrando una verosimilitud que invita a la risa. El tono fársico es llevado a escena, con acierto, por Arturo Quiroz y los actores, donde, a pesar de un inicio muy alto, el espectador se va involucrando en la problemática de los personajes. No filosofan. Hablan de lo que les pasa, de sus preguntas ante su absurda situación y viven sus conflictos entre ellos. Hay un tercero, “el padre” que los enfrenta, los obliga, del que se quieren liberar, pero no hay salida porque ellos sólo existen en un escenario y ésa es su cómica tragedia.

Los acompaña un muerto, al cual por hambre se lo quieren comer, y se cuestionan si uno de ellos lo hizo: “Pero si él siempre ha estado ahí –dicen–, porque nuestro padre lo escribió así”. El “padre” es su autor. Frente a ese padre no hay escapatoria y lo único que les queda es insultarlo, atormentarlo y vengarse con su silencio; pero esto no dura mucho, pues va de por medio su propia vida.

Arturo Quiroz y Gustavo Beltrán diseñan un espacio cuadrado como un espejo de agua. Un escupitajo gigante del creador donde los personajes se mojan, salpican y se quedan estancados. Buena metáfora escénica que dinamiza la estancia sinsentido de Odin y Kerim. 

Rebelión o la farsa en pedazos es una obra de teatro que se ubica en el imaginario del espectador o de cualquiera que escriba o imagine realidades. El autor, como en otras obras, retoma personajes literarios o dramáticos para desarrollar sus propios planteamientos. Si en Las aventuras de la Capitana Gazpacho hace una paráfrasis de Don Quijote y su escudero, en Rebelión… Odin y Kerim son un reflejo renovado de Vladimir y Estragón.

Gerardo Mancebo del Castillo, joven para siempre, a diez años de su ausencia, sigue habitando en nuestros escenarios, y gracias a este montaje podemos disfrutar su universo. Es un muerto, alimento de los otros y un padre que ha dejado huella con sus personajes efímeros. Por medio de una ingenuidad inteligente, Rebelión… nos devela secretos de la existencia.

 

 

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