Ofrece el Cervantino salas de lectura en plazas de Guanajuato
GUANAJUATO, Gto. (apro).- Después de casi 40 años de transitar por todo tipo de experiencias y propuestas –en su mayoría fallidas– para alcanzar al público juvenil que abarrota las calles con el pretexto del Cervantino, el Consejo Nacional para la Cultura (Conaculta) trajo a las plazas de Guanuajuato una magnífica alternativa para estas multitudes ávidas de ser escuchadas: las salas de lectura.
En las plazas y jardines del centro de la ciudad han resonado los versos de autores nayaritas como Amado Nervo y Alí Chumacero –siendo esa entidad la invitada de honor del FIC– así como el contenido de dos ediciones especiales preparadas especialmente por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta para esta edición del festival, ambas sobre literatura de los países nórdicos, también invitados de honor.
Estas ediciones son Cien años de cuentos nórdicos (coedición de Conaculta y Ediciones de la Torre de España) y Proyectos para un cielo nuevo. Poesía nórdica contemporánea, ambas antologías preparadas especialmente en ocasión de la presencia de Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia en esta edición 39 del Cervantino.
Cien años de cuentos nórdicos es una selección de 44 relatos de los más reconocidos autores del siglo XX en los países referidos, al que además se suma Islandia. Se incluye, por ejemplo, al Premio Nobel de Literatura 1955, el poeta, escritor y ensayista Halldór Laxness.
Esta edición de narrativa breve fue presentada por la mañana en el Teatro Juárez. Pero desde el sábado 15, ya voces como la del joven dramaturgo y promotor de lectura Alan Aguilar daban cuenta de algunas de las historias contenidas, al paso de los transeúntes en las plazas de San Francisco, Baratillo, Los Ángeles y afuera del porfiriano edificio del Mercado Hidalgo.
Mientras que en el Jardín de la Unión, punto medular de la vida cotidiana de los habitantes de esta ciudad y del mundo estudiantil del cual es sede la Universidad de Guanajuato, el proyecto “Árboles poéticos y banda callejera de lectura” que coordina la poeta y promotora cultural Alma Vidal, cumplió la primera de dos presentaciones –que ojalá fueran muchas más– con numerosos jóvenes y niños pequeños haciendo fila para tomar el micrófono y leer, en alguna de las papeletas que obsequia Vidal, los versos de los poetas contemporáneos de Nayarit, con Alí Chumacero y Amado Nervo como máximos representantes, ambos anotados en las respectivas etapas de la vida literaria en México.
Aunque también suenan otros autores de esa entidad, como José Manuel Benítez Espinosa (Ixtlán del Río, 1957) y el muy joven Sherguev Escobedo Amaral (Tepic, 1985). Los lectores al micrófono fueron premiados con una edición de bolsillo de “La hermana agua” de Amado Nervo, edición del gobierno de Nayarit y Conaculta.
Sobre las ramas de algunos árboles, y luego de pasar a hacer su respectiva lectura, los jóvenes fueron colgando las papeletas en unas tiras amarradas ex profeso, que así comenzaron a dar forma a otro ramaje, el de la literatura.
“¿Qué tiene que me equivoque?”, preguntaba un muchacho a otros que lo acompañaban. A fin de cuentas, se formó y leyó los versos que le pusieron en las manos, después de dos niñas de unos 6 ó 7 años que hicieron lo propio.
“Árboles poéticos” cumplirá una segunda presentación en el Jardín de la Unión el viernes a las 17:30 horas, y se une, en una afortunada incursión callejera, a otros proyectos traídos por Conaculta al Cervantino, como son las Cabinas de lectura, Radioteatro en la calle y Taller de escritura derivada.
Este último, también una interesante propuesta que atrae al transeúnte a un espacio en el que puede escribir algunas líneas con ayuda de Alan Aguilar, para luego darle lectura ante los paseantes.
En el Jardín de la Unión, mientras los lectores colgaban las hojas de poesía en las ramas de los árboles, una banda amenizaba esta fiesta vespertina que exhibió en toda su intensidad la necesidad urgente que tienen los jóvenes de este país de hablar.