La Cebra Danza Gay rompe atavismos en el Cervantino
GUANAJUATO, Gto. (apro).- Después de las dos presentaciones incluidas por primera vez en el programa del Festival Internacional Cervantino para un público que, a decir de los organizadores, “está listo” para la apertura, la compañía de danza La Cebra Danza Gay prepara una función especial para celebrar sus 15 años de existencia nada menos que en el Palacio de Bellas Artes.
Para ir por la ruptura de atavismos, el fundador y director de La Cebra, José Rivera Moya, incursionará por fin en el máximo foro cultural del país en una presentación el 5 de diciembre, con las coreografías de su autoría dedicadas a provocar y a promover la tolerancia y el respeto en la sociedad mexicana hacia la diversidad sexual.
Por lo pronto, el viernes concluyó la participación de La Cebra y de José Rivera en el Teatro Principal dentro del Cervantino, con dos funciones que aunque no tuvieron un lleno total, sí recibieron el aplauso de pie de los asistentes, locales y extranjeros, que reconocieron el nivel profesional alcanzado por el grupo de bailarines.
Y claro, resultaron un atrevimiento para algunos a quienes incomodaron las coreografías en las que José Rivera retrata su intenso activismo a favor de la comunidad homosexual, retrata los fanatismos y el culto a la brujería, o desvela los pensamientos de personas enfermas de VIH-sida, que sirven como fondo sonoro y pretexto interpretativo a los bailarines.
Al concluir la primera función –la del jueves 20– un espectador le expresó “su indignación” al director. En la segunda y última, la del viernes 21, elementos de la Policía Municipal resguardaron el vestíbulo del teatro para conjurar cualquier incidente, una vez que los integrantes de la compañía, ataviados con el vestuario exótico de la coreografía Antes que amanezca (premio del público del Festival Internacional de Danza de San Luis Potosí en el 2002) salieron a convivir con los asistentes, a tomarse fotografías con ellos y a firmar las estampas que se ofrecieron a la venta.
A pesar de ese inconveniente, el director aseguró que alcanzó “una perfecta comunión” entre el FIC, la compañía y el público, por lo que se dijo agradecido por la apertura de las autoridades del festival, y listo para participar en próximas ediciones.
Rivera Moya recordó que hace tres años envió una propuesta para participar en el Festival Internacional Cervantino, que no ameritó siquiera una respuesta.
Fue la actual directora, Lidia Camacho, quien le habló para proponerle el espacio en esta 39 edición del evento.
Rivera dedicó las dos funciones a la comunidad gay en Guanajuato y en especial al cronista y ensayista Carlos Monsiváis, a quien recordó como uno de los primeros que creyó en su propuesta.
En el programa de mano, el coreógrafo agradece también las enseñanzas de Raúl Flores Canelo. Y ante el público, hizo patente su identidad de “orgullosamente lilo e invertido, y que chingue a su madre al que no le guste…”.
Posteriormente, aún emocionado por la ovación final, José Rivera afirmó: “No tuve ninguna restricción para presentar mi espectáculo tal cual; siempre es así, siempre hablo de esa manera, todo es parte de este show, de esta bandera que estoy enarbolando desde hace 15 años. ¿Qué más puedo pedir?”, añadió.
Aludió al doble esfuerzo que significa sostener un proyecto dancístico cualquiera en México, y que éste sea además una lucha social y un activismo “en el que todavía falta mucho trabajo por hacer porque todavía hay mentalidades muy cerradas, crímenes por homofobia, muertes por sida…”.
¿Y quién sabe? Después del cierre del 2011 en el Centro Nacional de las Artes y posteriormente en Bellas Artes, al creador de La Cebra Danza Gay le gustaría, le encantaría participar en el próximo Festival Cervantino, el de los 40 años, “en el Juárez o en la Alhóndiga, por supuesto”.