Alistan dos museos para el Mundo Maya

miércoles, 21 de diciembre de 2011 · 14:00
MERIDA, Yuc. (apro).- Si todo sale como lo tiene planeado antes de culminar su gestión en el 2012, la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco estará inaugurado en el mes de marzo el Gran Museo del Mundo Maya en la parte posterior del Centro de Convenciones Siglo XXI de esta ciudad, y el Palacio de la Civilización Maya, a diez minutos de la zona arqueológica de Chichén Itzá. En el marco de las actividades del Foro Mesoamericano de Cultura, realizado a mediados de noviembre en dicho centro de convenciones, se presentaron los avances de ambos proyectos museográficos apoyados por el gobierno de la entidad y el Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán (Cultur), encabezado por Jorge Esma Bazán. Los dos se inscriben también en el programa global de promoción turística Mundo Maya lanzado por Felipe Calderón en junio pasado, que cuenta con el respaldo de los gobiernos de Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Tabasco y Campeche, y que ha sido cuestionado por diversos especialistas por explotar indiscriminadamente los recursos naturales y el patrimonio cultural, arqueológico, histórico e inmaterial de esa región. Proyecto millonario El Gran Museo del Mundo Maya se construye en una superficie de 17 mil metros cuadrados y en la obra participa el despacho arquitectónico ubicado en Mérida “4A Arquitectos Creando Espacios”, del cual forman parte Josefina Rivas Acevedo, Enrique Duarte Aznar, Ricardo Combaluzier Medina y William Ramírez Pizarro. Durante el recorrido por las obras, la arquitecta Rivas explicó que el proyecto se sometió a una licitación pública que fue ganada por el despacho en el que labora. Al pensar en su diseño, decidieron “dar la vuelta a lo que tradicionalmente se conoce como un museo: Resguardo de una serie de elementos que pueden ser observados, pero donde los visitantes no tenían oportunidad de interactuar”. En este recinto, dice, será distinto pues desde que el visitante pise el primer peldaño de la escalinata tendrá una experiencia completa no sólo a lo largo del recorrido por las salas de exposición, temporales y permanentes, sino desde cualquier lugar del museo donde se encuentre. Destaca que el museo se concibió para que sea una “experiencia completa” o de “visita permanente”, es decir, que los visitantes podrán permanecer en el lugar durante el día completo, aun cuando haya terminado de ver las exposiciones, pues hay zonas de servicios o usos múltiples con actividades durante el día e incluso la noche. Tendrá también una tienda y cafetería. Se trata pues, dice la arquitecta de “aprovechar cada uno de los pesos que se está invirtiendo en este museo” que va a funcionar “como complemento del Centro de Convenciones Siglo XXI, concebimos el proyecto pensando en un gran conjunto cultural que nos permitiera aprovechar todos los espacios”. Los pesos los está invirtiendo Carlos Hank Rohn, quien, a través de su empresa Promotora de Cultura Yaxché, S.A., obtuvo la licitación para la construcción y operación de la obra, bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS). Obtuvo el contrato en junio pasado, justo el día que fue aprehendido (aunque después liberado su hermano Jorge Hank Rohn), que asciende a 2 mil 860 millones de pesos, a razón de 43 millones anuales, durante 20 años, informó la corresponsal del semanario Proceso, Rosa Santana. Arquitectónicamente, el museo ha sido concebido como una gran ceiba: “Analizamos dentro de nuestra cultura qué era lo importante para nuestros antepasados, qué cosas admiraban, cómo vivían, cuál era su filosofía del mundo. Finalmente tomamos la decisión de basarnos en el árbol sagrado de los mayas que es la ceiba. Eso nos permitía expresar en un espacio y en un edificio cómo ellos entendían el mundo, conectado con el inframundo y el mundo que ahora tenemos.” Así, sobre un basamento que hace de tronco del árbol se construye el museo que simulará ser el follaje. Hay otras construcciones, que no obstaculizan la idea visual de la ceiba, que ayudarán a sostener la estructura principal del museo. La mitología maya afirma que a la sombra de ese árbol floreció la cultura maya, a partir de tres grandes piedras, que se reproducirán en los espacios arquitectónicos del museo. Se espera que el museo esté abierto para mediados del siguiente año y albergué en sus salas de exposición “tesoros artísticos e históricos en un entorno arquitectónico y tecnológico único, diseñado especialmente para introducir al visitante en la cultura maya desde el momento mismo de ingresar”. Al cuestionar a los responsables sobre el acervo permanente que tendrá el museo, pues sin duda mucha gente esperará encontrar piezas arqueológicas, pero son propiedad de la nación y este es un museo privado, los representantes de Cultur señalaron que aún lo están estudiando los museógrafos, pero aseguraron que si tendrá piezas arqueológicas. Al respecto, el antropólogo Iván franco, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), advirtió que quizá estén planeando llevar algunas piezas del Palacio Cantón de Mérida, donde además hay varias colecciones en bodega: “Llenar un museo no es fácil, menos con tanto desorden. Pienso que echarán mano de las piezas que hay y el director del INAH (Alfonso de Maria y Campos) va a ceder, aunque los trabajadores se opongan.” Cuenta que le preguntó al actual director del Centro INAH-Yucatán, Eduardo López Calzada, y “aunque somos amigos no me contestó… Me han dicho que será digital, pero eso aburre a la tercera sala, tengo mis sospechas, que en esta nueva época del coleccionismo, van a emerger coleccionistas que tienen obras y habrá donadores, tal vez anónimos, de algunas piezas”. El Palacio Ganando terreno a la selva y a los campesinos y pobladores que se encontraban en la región, se erige el otro museo, el llamado Palacio de la Civilización Maya que, según la gobernadora Ortega, se espera atraiga alrededor de 500 mil turistas más de los que visitan a la entidad. Las obras iniciaron en diciembre de 2009, con una inversión de 70 millones de pesos, que depositados en la cuenta del Patronato Cultur. Ortega dijo en su momento que se construirá en nueve etapas, las dos primeras con un monto de 300 millones de pesos. En este caso no es con el esquema del PPS sino una inversión del gobierno estatal, con participación privada y del INAH. Para la gobernadora este museo, que tendrá una sala para las “joyas” del mundo maya, es como “un Disneylandia, pero con cultura”, pues el turista podrá convivir de manera interactiva: Cazar venado, participar en el “sacrificio de una princesa”. El proyecto también fue licitado y los ganadores fueron los arquitectos yucatecos Penélope Hernández, Marcos Zu, Eduardo González y el ingeniero Reyes Cabrera. A decir de Zu hoy no puede entenderse al Mundo Maya sin “su luminaria” Chichén Itzá, tierra de los itzaes. Por sus nombramientos internacionales (patrimonio de la humanidad por la UNESCO y nueva maravilla del mundo), su rescate, situación geográfica y “los tiempos mediáticos que vivimos”, esta ciudad es referente de la cultura maya en el mundo actual. El diseño de este museo, asegura, se basó en la propia arquitectura maya “que responde a su entorno y a su tiempo. Sus edificios son acervos estáticos de su vida, sus conocimientos, sus creencias y de su legado. Son acertijos tridimensionales esperando ser descifrados. Cada uno de sus elementos tienen un donde y un porqué, son contenedores de información que en conjunto nos narran su historia.” El museo está enclavado en plena selva, a unos 15 kilómetros de la zona arqueológica de Chichén Itzá, donde se encontraron vestigios arqueológicos no monumentales, sino de carácter habitacional, aseguran los constructores. Y afirman también que no se está dañando ni el entorno natural, pues el terreno donde se construye ya estaba afectado. Con base en esa premisa, aseguran que se trata de un rescate. El museo forma un eje con un cenote cercano, que aparece descrito en las leyendas del Popol Vuh. Que tiene frente a sí una gran ceiba. Y otro eje con las zonas arqueológicas de Chichén Itzá y Cobá. Está cerca también de las ciudades históricas Izamal y Valladolid, considerados “pueblos mágicos”, por los programas turísticos del gobierno federal. Se espera que esta obra quede también terminada para mediados del 2012.

Comentarios