Cartografía especializada

miércoles, 21 de diciembre de 2011 · 14:03
MÉXICO, D.F. (apro).- El bailarín y coreógrafo Jaime Camarena sale a escena y empieza a describir con voz tersa su desnudez emocional. Se sienta en un enorme bloque de hielo y, sin lamentarse, va dando las pautas para seguir el laberinto de sus ansiedades y evidenciar su profunda soledad. Mediante una suerte de mapa amoroso, se confiesa ante el público y abre las puertas de su intimidad para dejar que el demonio del deseo ardiente aparezca para mostrar a una pareja viviendo en el desencuentro que trae el desamor. Con Cartografía Especializada, experimento escénico presentado en los primeros días de diciembre en el salón de ensayos de la Dirección de Danza de la UNAM con Patricia Marín y Edisel Cruz, Camarena da un vuelco para cambiar su giro de creador de gran formato y adentrarse de lleno en la teatralidad y del sencillo diseño coreográfico que surge de un diseño de luz y del crepúsculo cegador de una relación que se termina porque el amor se ha extinguido. La anécdota es el propio espejo de los desencantos y tristezas de Camarena. Coreógrafo surgido de las filas del ballet, el también bailarín creó su grupo Apoc Apoc durante una larga residencia que hizo en Barcelona, España. Desde entonces ha sido ganador del Premio INBA-UAM, ganó como coreógrafo en el Festival de La Habana y se ha presentado en diversos países latinoamericanos así como en el Jacob’s Pillow de Los Estados Unidos. Hasta ahora con su Cartografía Especializada es que Camarena se ha decidido a renunciar a los grandes teatros y temáticas aparentemente muy profundas y al hacerlo ha generado un acto propiciatorio que lo confirma como un conocedor del escenario y sus secretos y así, al hacer que algo tan cotidiano como el pleito de una pareja por tonterías, se convierta en un verdadero drama en el que el enorme bloque de hielo se resignifica en un helado lecho donde los amantes naufragan temblando de frío y ansiedad. Ahí mismo, en el comedor realizado en perspectiva para verse distorsionado, surge un ring donde palabras anodinas se acompañan de una coreografía plena de recursos, que muestran con eficacia porque el ataque hacia el otro también es una forma de resistencia al sufrimiento de verlo partir. Sencillo y bien logrado, el montaje contó con el diseño de iluminación led --un diodo que es parte de una unidad de iluminación-- hecho por Cuauhtémoc Nájera, director de Danza de la UNAM, y el uso de botellas de pet --material desechables para contener bebidas hidratantes-- como lámparas que daban al espectáculo un toque inquietante. Y así, sin grandes pretenciones, el artista director del centro dancístico La Cantera, se vuelve a colocar en la primera fila de los coreógrafos nacionales. Es de esperarse que un montaje tan bien logrado y tan sencillo sea susceptible de presentarse casi en cualquier sitio y se vea en todo el país. Al mismo tiempo la búsqueda de un vocabulario propio, genuino y salido de lo que la misma circunstancia dramática a la que se someten los bailarines-actores, da pié para que Camarena inicie una nueva etapa más compleja de creación, menos ampulosa y significativamente más honesta.

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