El Negro y Toussaint mueren de pie

lunes, 14 de febrero de 2011 · 01:00

MÉXICO, D.F., 14 de febrero (Proceso).- En el breve espacio de unas cuantas horas se fueron un par de músicos prodigiosos y tenaces en su batalla creativa cotidiana, cuya influencia artística en México marcó el final del siglo XX en los terrenos de la música folclórica popular y del jazz.

El martes 8, se dio a conocer el sorpresivo deceso del pianista, compositor, arreglista, pedagogo y director de orquesta Eugenio Toussaint, patriarca del conjunto jazzístico Sacbé (que fundara en 1976 con sus hermanos Enrique y Fernando), víctima de un paro cardíaco a sus jóvenes 56 años de edad.

Desde pequeño, Toussaint fue un espíritu curioso que desarrolló en libertad su aprendizaje musical para sumar, en la nueva centuria, una obra sonora de rica amplitud genérica. Miembro del Sistema Nacional de Creadores, Eugenio Toussaint declaró a este reportero en diciembre de 2002 (Proceso 1362):

“Yo el jazz no lo dejo. Aunque no dirijo tan frecuentemente como quisiera, ahora que me he dedicado mucho a la música clásica, sé que nunca dejaré el jazz. Lo que sí me interesa es que mi música y la mexicana se conozcan en otros lares. Mi legado es mi música.”

A mediados de 2009, quien fuera director artístico de la orquesta de Paul Anka, padecía la depresión más fuerte de su vida, según declaró al periodista Antonio Malacara, autor de la biografía Eugenio Toussaint. Las tangentes, el jazz y la academia (Proceso 1718).

Pese a que se esperaba un homenaje nacional por parte de las altas autoridades artísticas y universitarias del país, Eugenio Toussaint se fue sólo con el amoroso adiós de amigos, colegas músicos y familiares.

 

“Chez Negro”

 

Al día siguiente de su partida, el miércoles 9 de febrero, se informó del deceso de otro querido músico mexicano, Salvador El Negro Ojeda, quien murió a los 80 años en la Ciudad de México.

Un viernes de mayo en 1978, El Negro contó largo y tendido en el hogar coyoacanense sobre sus inicios en la música jarocha; acerca de su café Chez Negro en 1962 (Gabriel Mancera y División del Norte, colonia Del Valle) y cómo allí fundó el célebre conjunto Los Folkloristas, con su esposa María Emilia Martínez Negrete, Pepe Ávila, Rubén Ortiz, René Villanueva, Juan Antonio y Alejo Ávila, Milla Domínguez y Jorge Saldaña:

“Aunque muchas veces me he encargado de fomentar mi fama de jarocho veracruzano por razones sentimentales y porque toda mi familia es de Veracruz, la verdad es que nací un 27 de enero de 1931 en la calle de Tampico 14 A, recuerdo haber vivido parte de la educación socialista de Cárdenas…

“En algunas de mis canciones se me ha tildado de reaccionario por cantar románticas o de Eulalio González El Piporro; pero soy artista, cantante intérprete y debo reflejar los diferentes estados de ánimo del ser humano. Es grandioso inspirar alegría con mi canto al público, pero no quiero depender de eso. Me gusta la canción romántica y también transmitir el contenido de la canción política. Doy clases, pero creo que terminaré componiendo.”

Entre los muchos representantes del canto nuevo que El Negro Ojeda apoyó, sobresalía la cantante sinaloense Amparo Ochoa, del grupo On’tá

(www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/88259).  l

 

 

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