El martes 29 presentarán el libro póstumo de Monsiváis

miércoles, 23 de marzo de 2011 · 01:00

MÉXICO, D.F., 23 de marzo (apro).- El próximo 29 de marzo, el Colegio de México (Colmex) presentará el libro póstumo de Carlos Monsiváis, La cultura mexicana en el siglo XX, obra cuya primera edición salió en noviembre de 2010, en el marco de las celebraciones por el 70 aniversario de la fundación de dicha institución.
    La presentación de La cultura mexicana en el siglo XX se realizará en el Museo del Estanquillo/Colección Carlos Monsiváis, ubicado en Isabel la Católica esquina con Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
    En 507 páginas, Monsiváis reunió 39 ensayos sobre distintos temas de la cultura en México. En la nota introductora, fechada en enero de 2010, cinco meses antes de su muerte, el propio Monsiváis cuenta sobre este volumen:
“En 1977 entregué a El Colegio de México unas ‘Notas sobre la cultura mexicana’ para La Historia general de México. Más de 30 años después, y también desde la crónica de la historia cultural, he revisado y ampliado considerablemente esas notas, y me he beneficiado de un
alud de publicaciones, por lo común académicas: obras completas (el caso de los liberales de la Reforma y de figuras como Antonio Caso, Samuel Ramos y José Juan Tablada), ensayos y biografías sobre creadores destacados, discusiones sobre el canon y la conveniencia o inutilidad del uso del término, recuperaciones y olvidos pertinentes, práctica ritual de homenajes a propósito de cincuentenarios y centenarios, y la convicción no tan soterrada: ‘Clásico es aquel o aquella de quien me ocupo’. Entre los cambios de percepción, uno primordial: el nacionalismo ya no persuade, pero la atención a lo nacional se acrecienta. Ya no se es nacionalista, pero la atención a lo nacional es obsesiva.”
También explica que la tarea de cubrir la vida cultural del país, aunque sea de modo descriptivo y sintético, “es una tarea inacabable” y por ello se puso límites: El primero fue atender en cuanto a las obras individuales, a los creadores nacidos antes de la década de 1940; luego --en acuerdo con las autoridades del Colmex--, terminar su recuento en 1980 y, finalmente, dejar algunos temas fuera, como la prensa y hasta la cultura popular, que fue uno de sus bastiones.
En cambio, incluyó otros enfoques y reflexiones, pues desde su punto de vista es ya impensable la cultura mexicana sin la influencia de elementos “extranjeros”: “¿Cómo hablar de cultura mexicana del siglo XX sin mencionar, digamos, la filosofía de la Ilustración, a Freud, Marx, Eliot, Picasso, Chaplin, Stravinski, el jazz, Hemingway, Valéry, Proust, el expresionismo alemán, la generación española del 27, el surrealismo, Neruda, César Vallejo, Eisenstein, Fritz Lang, Hitchcock, John Ford, el socialismo, las variantes del psicoanálisis, el feminismo, la teoría crítica del grupo de Frankfurt, Walter Benjamin, el eorrealismo italiano, el arte pop, el abstraccionismo, Foucault, Borges, Lacan, el minimalismo?”
El libro forma parte de un amplio proyecto editorial con el cual el Colmex festeja su 70 aniversario. Fue fundado el 16 de octubre de 1940, luego de que la Casa de España, creada a instancias del entonces presidente Lázaro Cárdenas para brindar refugio a los intelectuales amenazados por la Guerra Civil Española, se transformó en esta institución
Entre los ensayos incluidos en el libro póstumo de Monsiváis, pueden mencionarse El modernismo; La educación: el positivismo y el
'concordato' educativo; El Ateneo de la Juventud; “Y después que terminó la cruel batalla”: las resonancias de la lucha armada; La narrativa de la Revolución; El muralismo: la reinvención de México; La cultura en la década de 1920; Las artes plásticas: La otra vanguardia; Los Contemporáneos, promotores de la decepción; La educación; Nacionalismo cultural; La “nacionalización” de Freud; Poesía: la generación del 50; Desde 1968, y Sobre el feminismo.
La edición estuvo al cuidado de Eugenia Huerta, quien relata en las primeras páginas que Monsiváis entregó tres versiones del volumen, la última diciéndole:
“La versión digamos que definitiva... Sólo faltan…”
Pero a decir de la editora, “faltaron algunas sesiones de trabajo... para resolver dudas y consultarle sugerencias”; también algunos textos. Sin embargo, “con la confianza de haber trabajado con él otros libros suyos”, hizo algunas correcciones y de las tres versiones entregadas por el fallecido escritor hizo una sola, “tratando de conservar el propósito general del texto, en especial su intención y sus límites”. (Con información de Judith Amador Tello).

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