Los animadores mexicanos alían su voz

lunes, 18 de abril de 2011 · 01:00

Gracias a que en los últimos ocho años el cine de caricaturas ha logrado un desarrollo sin precedentes en nuestro país, varias empresas productoras de dibujos animados han decidido integrar una alianza nacional para impulsar el futuro de esta industria, que agiganta sus pasos a nivel mundial.

MÉXICO, DF., 18 de abril (Proceso).- Por primera vez se unen los diestros en dibujos animados de México y conforman la Asociación Nacional de Productores de Animación, Efectos Visuales y Medios Interactivos (Anpaem), con la finalidad de fortalecer y consolidar esta industria.

La Anpaem inicia con las compañías FX Shop, Ánima Estudios, Metacube, Animex y Huevo Cartoon (esperan que más estudios se integren) y buscará representar a las firmas asociadas con instituciones gubernamentales, privadas e internacionales.

El consejo directivo lo integran: Carlos Gutiérrez (Metacube), presidente; Fernando de Fuentes (Ánima) y Ricardo Arnaiz (Animex), vicepresidentes; José Carlos García de Letona (Ánima), secretario; Gabriel Riva Palacio (Huevo Cartoon), tesorero, y Eduardo Jiménez (Animex), vocal.

“La Anpaem surge con el deseo de continuar produciendo contenidos”, explica en entrevista Carlos Gutiérrez, quien hace cuatro años comenzó con Metacube y el gobierno de Jalisco un programa para desarrollar dicha industria en ese estado. Apoyado por la Secretaría de Economía y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) realizó diferentes proyectos, entre ellos Cineminutos: 52 cortos animados sobre la Independencia y la Revolución de México:

“Nos hemos dado cuenta en estos últimos años que en el país se está viviendo un nuevo boom de la animación, de los medios interactivos, como lo dice la Secretaría de Economía, o medios creativos, como lo llama ProMéxico. Entonces, coincidimos con los otros cuatro estudios que debemos conocer en este momento el estado actual de cada una de nuestras compañías y de todas las que se puedan sumar a esta iniciativa”.

La asociación tiene como tarea “comunicar, mantener sensible tanto a las instancias gubernamentales como a las agrupaciones privadas respecto a la animación”. Gutiérrez subraya que México siempre ha tenido grandes pilares de la animación y ahora, este avance es notorio:

“Los estudios del país se están acercando con el mundo y la misma globalización permitiendo que volvamos a aparecer en el mapa tanto como proveedores, en un sentido estricto de maquila, como generadores de propiedad intelectual; entonces, el fin principal es establecer canales con los organismos para que conozcan nuestros puntos de vista y experiencias en cada etapa de la producción, desde generar la idea, la cuestión de los fondos, hasta llegar a la exhibición en cines.”

La Anpaem también buscará vínculos universitarios:

“Mi compañía colabora con el Tecnológico de Monterrey, somos asesores en la carrera de animación. En general, estamos vinculados con cinco universidades de Jalisco, acercamos a los alumnos a la vida real en producción. El acercamiento con las universidades lo hemos hecho en cada empresa de manera independiente, y lo que buscamos es organizarnos para ser una sola voz.”

Destaca:

“Esta industria representa alrededor de mil empleos en este momento sólo en animación; pero el área es muy amplia. Viene el desarrollo de videojuegos y al respecto, ya hay nacionales e internacionales montándose en México. Además, existen muchas ventanas de exhibición para los dibujos animados, como el iPad.

“La idea es que el gobierno tenga claro quiénes somos, qué compañías estamos trabajando y que todas sumemos nuestros esfuerzos. Existe gran cantidad de iniciativas de largometrajes animados en nuestro país y no todos logran terminarse. Queremos ayudarnos entre nosotros.”

Pasos históricos 

 

Durante años, el cine mexicano abandonó los dibujos animados incluso en la televisión, por el alto costo de las producciones. Dominaban el mercado total las empresas estadunidenses Pixar y Walt Disney.

En las primeras ocho décadas del siglo XX se produjeron sólo cuatro largometrajes de animación en el país: Los tres reyes magos (considerado el primero), que fue filmado en 1974 por Fernando Ruiz Álvarez y Adolfo Torres Portillo; tres años después, Los Supersabios (cinta inspirada en la historieta de Germán Butze) por Anuar Badín Zacarías; Roy del espacio, de Rafael Ángel Gil y Héctor López Carmona, es de 1982, y Katy la oruga, también de Ruiz Álvarez, de 1983.

Pasaron 30 años y no hubo ninguna película de dibujos. Hasta que en 2003, Ánima Estudios estrenó Magos y gigantes, la cual se exhibió en los más importantes festivales internacionales de cine en Estados Unidos y el resto de Latinoamérica y España. Así, esa empresa se convirtió en la precursora de la animación del nuevo siglo. Después hizo Imaginum (2005), El Agente 00-P2 (2009), y junto con Promociones Antonio Peña estrenaron el año pasado AAA, la película, sin límite en el tiempo. En octubre de 2011 lanzará La leyenda de la llorona, de Alberto Chino Rodríguez, y en breve, Gaturro y Kung Fu Magoo.

No obstante, en 2006, los hermanos Rodolfo y Gabriel Riva Palacio, quienes empezaron su carrera con el sitio Huevocartoon, realizaron Una película de huevos, con guión y dirección de ellos, la cinta de dibujos más taquillera del cine mexicano, con 3 millones 994 mil 533 espectadores e ingreso en taquilla superior a 142 millones de pesos.

En 2007 se proyectó en cines La leyenda de la nahuala, de Ricardo Arnáiz, la cual tuvo 1 millón 162 mil 722 espectadores y taquilla de 42 millones, primera en formato Digital Theater System. Para 2009 se estrenó Otra película de huevos y un pollo, de los hermanos Riva Palacio, que vieron 3 millones 95 mil 96 personas y obtuvo 113 millones de pesos. Siguieron Nikté, de Arnáiz; Boogie, el aceitoso, de Gustavo Cova; Brijes, de Benito Fernández; Héroes verdaderos, de Carlos Kuri, y Huevos en corto, de los Riva Palacio.

 

Industria en desarrollo

 

El presidente de Anpaem señala que no es complicado ahora realizar una asociación “porque las compañías tienen madurez, el ego sobrepasa por la necesidad de unir fuerzas”.

A decir suyo, el siguiente paso es crear de manera formal un sitio en internet, donde estén los estatutos, la misión y lo que esperan como asociación. Otra finalidad es sensibilizar a instituciones e inversionistas privados, “a los que quieran poner su dinero en un proyecto y conozcan los márgenes de rentabilidad, que son muy altos”. 

Asegura que la animación de México, tanto en el cine como en la televisión, cuenta con un nivel internacional. Aunque es realista:

“Evidentemente los presupuestos en México son muy limitados. Lo importante es que nos quede claro que nuestras producciones deben viajar. A nivel cinematográfico, somos el quinto país en taquilla; es bueno, pero enfrentamos problemas de distribución, exhibición y recuperación.”

–¿Qué pasa en la televisión con los trabajos de animación mexicana?

–Allí estamos en aprietos, porque las dos grandes emisoras del país lo que buscan es la propiedad completa, la licencia completa, concretamente Televisa busca ser el dueño del pastel. Si es su punto de vista, habrá que buscar contenidos que vayan alineados con la visión de la televisora, para que se pueda presentar un proyecto y ellos se puedan encargar de la comercialización, de la licencia.

“Probablemente haya otra televisora en breve, pero ahora estamos limitados a dos cadenas, que son los que compran los contenidos. Una caricatura les cuesta cinco mil dólares la temporada o por capítulo, dependiendo el éxito que tenga, y con ese dinero nosotros no podemos producir nada, entonces, tenemos que pensar en exportar nuestros contenidos, estar alineados con una visión global. De lo contrario, va a ser difícil que tenga supervivencia nuestra industria.”

Ánima también lleva la batuta en televisión. Hizo las series Poncho Balón, transmitida en canales abiertos y de paga en toda Latinoamérica, y El chavo para Televisa y Roberto Gómez Bolaños, de la que se han producido más de 80 episodios y ha roto múltiples récords de audiencia en varios países.

Además, la Anpaem empezará a difundir los trabajos de las empresas socias en festivales internacionales.

Por su parte, García de Letona, de Ánima, señala a Proceso que otro objetivo de la sociedad es llevar los números y registros de los minutos producidos en México de animación (“tomará tiempo, pero si queremos tener esa información tanto para uso nuestro como para que se consulte”). Y destaca que la animación mexicana se encuentra en crecimiento:

“Antes no existían estudios de animación de contenido, y ahora ya hay más, por lo menos cinco que cuentan con experiencia y han logrado muchos éxitos y quieren seguir. No deseamos sólo volumen, también una mejora de calidad que abra más mercados, más posibilidades de negocio.”

Anpaem tendrá contacto con las asociaciones de animación internacionales “para ver cómo nos podemos apoyar, qué les ha funcionado y qué no, y nosotros adaptar esa experiencia a la realidad mexicana, y también podemos aportarles nuestro aprendizaje”.

Eduardo Jiménez, de Animex, platica que con la nueva asociación “nos reunimos para conocer y compartir las mismas metas como empresas y poder crecer como industria, para atraer proyectos más ambiciosos”. Y da un ejemplo:

“Ante Imcine, como empresas individuales es muy difícil poder acceder a apoyos directamente de animación; pero como asociación se puede llegar desde crear un fondo específico para animación hasta dar lineamientos respecto de la animación. Esto nos da voz a muchas instancias.

“Estamos desarrollándonos. Ahora la mayoría de las animaciones han sido en 2D y algunos empiezan a desarrollarse en 3D. El objetivo es ir innovando, irnos subiendo a esta parte tecnológica para tener producciones de muy buena tecnología que atraiga al público. Los niños quieren ver en 3D y sabemos que debemos movernos hacia allí.”

Pero además, está conciente que se debe realizar animación para adultos.

Por último, pronuncia el obstáculo mayor:

“De inicio, hay complicaciones al buscar los fondos; pero hay que explotar lo que tenemos. Hay mucho talento, buenos proyectos y muy buenas ideas, nada más es encausarse de una mejor forma.”

 

 

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