"¿Qué pasó ayer 2?": las enseñanzas de la cruda
MÉXICO, D.F. (apro).- Los creadores de Qué pasó ayer 2 (The Hangover 2, EU-2011) lo volvieron hacer: de una premisa estúpida, no por eso menos divertida, lograron un producto sumamente entretenido, al tiempo que labraron el camino para una tercer entrega.
No hay muchas sorpresas en cuanto a la estructura de la historia se refiere: todo comienza con los protagonistas totalmente desorientados por la cruda, en la víspera de la boda de uno de ellos; nadie sabe qué pasó en las últimas 24 horas, y nadie sabe en dónde se encuentra uno de los elementos del grupo.
En esta segunda entrega, el personaje que se pierde es el cuñado de Stu (Ed Helms), Teddy (Mason Lee), un prometedor cirujano, el orgullo de la familia. Stu ya no se encuentra casado con la stripper de Las Vegas (Heather Graham), ahora está comprometido con una chica asiática llamada Lauren (Jamie Chung), y de hecho toda la borrachera es por su despedida de soltero.
La boda de Stu y Lauren será en Tailandia, misma a la que asistirán los padres de la novia, lo cual constituye un gran peso para Stu, pues su suegro parece no quererlo, de hecho piensa que es igual de desabrido que un arroz cocido.
A la boda asistirán Doug (Justin Bartha), Alan (Zach Galifianakis) y Phil (Bradley Cooper), salvo que esta vez no habrá despedida de soltero… o al menos eso pensaba Stu. Doug no participa en la aventura.
Obviamente las cosas se salen de control y Stu, Teddy, Alan y Phil terminan lejos de Tailandia, en un hotelucho de Bangkok, para ser exactos. El problema no es tanto regresar, sino encontrar a Teddy, quien está desaparecido.
Así pues, los tres amigos recorrerán las calles de la mentada ciudad en donde se toparán con sexo, drogas, transexuales, alcohol, monjes budistas, disturbios, contrabandistas y un mono traficante, antes de encontrar a Teddy y llegar a tiempo para la boda de Stu.
En el camino habrá un par de sorpresas, como la aparición del señor Chow (Ken Jeong), por ejemplo, quien de nuevo será el culpable de meterlos en líos.
No hay mucho que reflexionar, más bien hay que dejarse llevar por las absurdas situaciones de la cinta, claro, si es que les gustó el humor de la primera.
A pesar de tratarse de las peripecias de una noche de excesos, tanto en la primera como en la segunda entrega encontramos un par de epifanías que le ocurren a Stu: En la primera se da cuenta de que no ama a su novia; esta segunda parte no será la excepción, al final vale la pena descubrirlo, por más bobo que sea.