El espejo social de Vanessa Bauche

miércoles, 24 de agosto de 2011 · 18:47
Desde el cabaret, que es una expresión que para Vanessa Bauche resulta inigualable, la actriz intenta encontrar en la fragmentación del ser social su propia imagen recompuesta. “No sé si hemos perdido la identidad, pero el sentido de pertenencia sí”, dice sobre la realidad que sacude al país. Y para ello llama a los ciudadanos a asumir un compromiso y exige de los gobiernos la recuperación de “los valores culturales que tenemos como raíz”. MÉXICO, D.F. (Proceso).- A la actriz Vanessa Bauche se le conoce por sus papeles dramáticos en el cine (ha trabajado en 27 largometrajes), aunque ha trabajado en la televisión y el teatro. Pero también escribe, canta y baila desde hace cerca de dos años con su espectáculo de cabaret Juana’s soul o la insignificancia de llamarse Juana, donde viaja por una variedad de emociones, como la risa y el llanto. Se trata de un monólogo tragicómico-musical, como le llama ella a su show de hora y 10 minutos de duración. En él interpreta a autores como Adanowsky, Gustavo Cordera, Fito Páez y Astor Piazzola acompañada por tres músicos (batería, contrabajo y teclados, y guitarra). Juana’s soul… surgió en El Teatro Bar El Vicio y lo ha presentado en preparatorias del Gobierno del Distrito Federal, la Universidad Nacional Autónoma de México, teatros y foros “muy diversos”. El sábado13 lo montó en el Voilá de Antara. Allí mismo lo ofrecerá el próximo 23 de septiembre. “Soy muy feliz con el cabaret. Soy cabaretera y de aquí no me bajan… Es un género que implica muchas más disciplinas. Es mucho más amplia que cualquier otra arte escénica.” La fama de Bauche empezó con la película Amores perros (2000), de Alejandro González Iñárritu, y fue la primera actriz latinoamericana en hacer teatro en el Royal Court Theatre de Londres (2006). Fue protagonista también de Digna hasta el último aliento, de Felipe Cazals, y comparte en el show (dirigido por Abraham Tari, también coautor) su punto de vista en torno a la búsqueda de la identidad, y muestra tópicos como la soledad, la justicia, el conocimiento y el amor. Además, plasma la situación actual de la mujer y el varón y rinde un homenaje a Juana de Arco, Juana I de Castilla (conocida como Juana la Loca) y sor Juana Inés de la Cruz. La historia empieza cuando Juana se pierde en el laberinto de una casa de espejos. Divertida en su juego corre de un lado para otro. De pronto estrella su cabeza contra uno de los espejos que cayó en pedazos al suelo. Al abrir los ojos y verse reflejada en todos los fragmentos que la rodean, una pregunta cruza por su mente: ¿cuál de todos esos fragmentos refleja a la verdadera Juana? No puede saberlo, quizá nunca lo sabrá. El alma de Juana queda atrapada en la multiplicidad de su imagen y así se convierte en otras Juanas, intentando armarse, unificarse, identificarse, entre las vivas y las muertas, entre las enteras y las rotas, las sabias y las tontas, las santas y las putas, las magas y las brujas, entre el saber y no saber. ¿Quién carajos es Juana? La producción general está a cargo de Edmundo Luján, la dirección técnica es de Édgar Armendáriz y la producción ejecutiva la lleva Minerva Consejo.   Varias lecturas   La actriz, nacida en la Ciudad de México el 18 de febrero de 1973, señala que Juana’s soul… contiene muchos niveles de lectura: “Los psiquiatras que la han visto hablan del trastorno de personalidad disociada, los chamanes dicen que está relacionada con las cuestiones espirituales, la disolución del ego y la integración del ser, y gente que lucha por los derechos humanos o dedicados a la política o la cultura advierten un desgarramiento de identidad. Finalmente tiene que ver con todo eso. Esta mujer quiere saber quién es y qué lugar ocupa en una sociedad como la nuestra que es tan compleja, donde puede parecer indolente.” –Dada la situación violenta y crisis política, cultural y económica de México, ¿cómo se puede hablar de la identidad? –Pareciera que no tiene nada que ver con nosotros, pero sí, tiene que ver con cualquier mexicano, varón o mujer, de cualquier edad. Es una historia humana, donde nos vemos como miembros de una sociedad desgarrada por todo: la guerra contra el narco, la injusticia, en fin, donde la mamá de todos es la impunidad, por ser el paraguas que ha permitido que se meta todo abajo, la violencia, la corrupción, todas estas cosas que sabemos y nos duelen mucho y que ahora estamos viviendo en todo el país. “Lo primero que puede aportar es identificarnos y darnos cuenta que ésta podría ser la historia de cualquiera; y lo segundo, que podemos hacernos responsables de nosotros mismos para transformar a la sociedad, porque esta realidad que estamos viviendo no es culpa de un solo malvado que está allá afuera. Si seguimos pensando que hay unos cuantos que son malos y todos los demás somos pobres víctimas, nunca nos vamos a hacer responsables, nunca vamos a actuar como una sociedad madura y siempre vamos a andar buscando que venga un super héroe o un papá gobierno o alguien más a resolver los problemas que debemos resolver.” –Ante esta realidad tremenda de México, ¿el mexicano ha perdido su identidad? –No sé si la identidad, pero el sentido de pertenencia sí. Existe un desconocimiento de nuestras raíces, de nuestras culturas porque no es sólo una, son muchas. México es un crisol cultural, de usos, costumbres y tradiciones. Ha habido una omisión por parte de los gobiernos en recuperar o ponderar los valores culturales que tenemos como raíz.   Desechada la experiencia   En el relato musical aborda lo que es el conocimiento, por lo cual critica que a los abuelos ya nadie los escucha: “Un varón de 55 años ya es desechable, no importa que esté en el dominio de su profesión u oficio, que es cuando justo mejor puede hacer las cosas porque ya hay serenidad y experiencia. No sé si es una cuestión tanto de identidad como del desmembramiento del núcleo, la familia, en donde ya no se reconoce de dónde viene uno, de hecho muchos chavos hasta se avergüenzan, quisieran tener quizá otro color de piel, de ojos, en fin. Como que ha habido una especie de desprecio que se ha venido acentuando con el tiempo y reafirma lo peor de nosotros. Es la polarización.” Analiza la situación de la mujer y el varón pues apetecía realizar “un discurso humanista”, porque se le ha etiquetado (“nuestra sociedad tiende mucho a eso”) como feminista, por su intervención en los feminicidios, por haber hecho el papel de Digna Ochoa, porque ha estado en muchos asuntos de labor social, por los derechos humanos y cuestiones de género. “Pero en realidad no soy feminista, soy humanista”, aclara. –¿Cómo es que Juana siempre busca la justicia, el amor, el conocimiento y fracasa? ¿No cree en la justicia, el amor y el conocimiento? –Sigo creyendo en levantar la voz ante lo injusto. Si no creyera en todo eso, no lo diría a través de Juana. Pero sí decidí cambiar, antes era mucho más activa en cuestiones de derechos humanos, de participación ciudadana, en fin. Ahora la participación la hago como debe ser, a través de mi trabajo, pero ya no en hacer protestas, es mejor crear propuestas que ayuden al entendimiento que quejarse sólo por quejarse. Las marchas que se convocan no sirven, porque las personas siguen siendo las mismas al regresar a sus casas, siguen aventándole el coche al transeúnte, no pagan impuestos, no separan la basura, no cuidan el agua, entonces de qué sirven que protesten. –¿No cree en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad del poeta Javier Sicilia? –Cada ser humano tiene el derecho de manifestarse como mejor le convenga y sobre todo cuando ha sido objeto de un acto criminal, de la delincuencia o de lo que haya sido. Cuando pierdes a un hijo en esas circunstancias por supuesto que no hay fuerza, no hay poder que acalle tu dolor y no hay reparación del daño, no tiene nombre el hecho de perder un hijo en esas circunstancias. Sin embargo, desde los ochenta están asesinando a mujeres en el norte de nuestro país y no he visto que se les dé la misma relevancia. “No es que no sea válido el movimiento, aquí el punto es ¿por qué esperar a que algo te pegue de manera directa para levantar la voz? No tendríamos por qué esperar a que eso pasara, ¿por qué nos esperamos a estas alturas para darnos cuenta de que esto es violento?, ha sido violento siempre.” Comenta que el reconocimiento en Juana’s soul… es a las Juanas históricas porque se dio cuenta lo que significa Juana: “Aquella que está en gracia de Dios. Y las Juanas célebres terminaron muy lejos de la gracia de Dios y víctimas de sus propias pasiones.” –¿Por qué abordar todo a ritmo de soul? –Quise jugar con las palabras y el soul. Mi papá (Tito Bauche) fue el precursor del soul latino en México, con Javier Bátiz y Carlos Santana, este último lo internacionalizó, pero exploraron mucho tiempo juntos. El soul, el found, el jazz y el blues son como la mayor influencia que tuve por parte de mi papá, luego la música afroantillana, también mi padre se dedicó muchísimos años a la rumba. Bauche no deja el cine, sólo espera un proyecto más “luminoso”: “Ya hice mucho drama y mucha cosa social, entonces, creo que hay que equilibrar. He representado a muchas mujeres de los sectores más lastimados y más castigados, pero ya deseo otro tipo de cosas.” A decir suyo, le ha ido muy bien cantando por lo que ya crea un proyecto musical. Le han pedido fechas como intérprete: “Juana’s soul… me ha traído mucho crecimiento y mucha felicidad.”

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