Toledo y Flores ilustran nuevo álbum de Lila Downs

miércoles, 3 de agosto de 2011 · 18:09
Nombrada embajadora de la cultura mixteca en el extranjero hace dos años por la Casa de Cultura de Tlaxiaco en su tierra natal, la cantautora Lila Downs habla para Proceso sobre las piezas musicales de su reciente álbum Pecados y milagros, ilustrado por 15 artistas plásticos, entre ellos los juchitecos Francisco Toledo y Demián Flores. “Son retratos del mundo que vivimos”, asegura la también filántropa, quien para gestar este CD se inspiró en la fuerza de los populares retablos religiosos. MÉXICO, D.F. (Proceso).- Con ritmos de cumbia, canción ranchera y de banda tradicional de pueblo, entre otros géneros musicales, Lila Downs prepara su octavo material discográfico Pecados y milagros, basado en los exvotos de fieles del catolicismo en México que ilustra el pintor oaxaqueño Demián Flores (1971), quien a su vez invitó a artistas visuales como Francisco Toledo (1940) para crear un cuadro sobre cada canción y exponerlos en el Museo Nacional de Arte. Son 15 piezas, como “Dios nunca muere”, “Cruz de olvido”, “Misa oaxaqueña”, “Cucurrucucú paloma”, “Palomo del comalito”, “Pecado”, “Vámonos”, “Mezcalito” y “La molendera”. Según la compositora y cantante de Tlaxiaco, Oaxaca, ideó el CD tras conocer el libro Infinitas gracias: Contemporary Mexican Votive Painting (Book Smart, 2004) y la obra pictórica del narrador de milagros, Alfredo Vilchis Roque: “Una amiga y parte de nuestros equipo de trabajo en Estados Unidos me regaló la publicación, editado en Francia originalmente. Es maravilloso porque tiene los exvotos más modernos y que jamás había visto. Me dio mucha curiosidad este arte y empecé a pensar en crear canciones que tuvieran que ver con los milagros. “La idea era hacer el disco sólo con milagros, mas no de los pecados; pero como en ese libro había exvotos de unos personajes que se esconden bajo la cama y le van a agradecer a la Virgen Santísima porque no les cayó el marido, eso me pareció buenísimo.” Vilchis, nacido en el barrio de Tacubaya de la Ciudad de México en 1960, se ha dedicado “al arte de dar gracias”, tradición que data desde hace más de cinco siglos. Después, le regalaron a Lila otro volumen que escribió Elín Luque Agraz sobre Los exvotos pictóricos de la Virgen de la Soledad de Oaxaca (Centro de Cultura Casa Lamm, Gobierno de Oaxaca. 2007), un tema que le interesó a ésta investigadora desde 1994 cuando efectuaba la curaduría de la muestra Dones y promesas, 500 años de arte ofrenda: exvotos mexicanos, subraya la cantante: “Le comenté mi idea del disco al maestro Demián Flores, de Juchitán, y le pareció fascinante. Me dijo: ‘Vamos a ver si podemos hacer algo’. A través de La Curtiduría Espacio Cultural convocó a varios pintores, por ejemplo, el Doctor Lakra, Daniel Guzmán y Francisco Toledo, para crear milagros y pecados de las letras que compuse y otras conocidas en el repertorio de la música vernácula mexicana (ver en red la dirección: http://lacurtiduria.blogspot.com/2011/06/inauguracion-expo-rostros-de-la_7034.html).” Producido por ella misma, el saxofonista estadounidense Paul Cohen y el cubano Aneiro Taño, en Pecados y milagros también participan los músicos invitados La Mala Rodríguez y el acordeonista regiomontano Celso Piña (con quien grabó “El pescador”). La gira de presentación inicia en septiembre próximo, aunque el álbum se lanzará al mercado en octubre, y Lila Downs (nacida el 19 de septiembre de 1968) lo llevará al Auditorio Nacional por noviembre. La exposición se abrirá al público en otoño del presente año. Además, se editará un libro. Una publicación más pequeña saldrá asimismo con el CD, donde investigadores escribirán sobre dicho tópico “pero desde el punto de vista histórico”. Su definición de los exvotos bien puede aplicar a las piezas de su nuevo álbum Pecados y milagros: “Son retratos del mundo que vivimos.” Cántico devocional La creadora de “La cumbia del mole”, después de su gira actual por Europa, Eslovaquia, España, Francia y Portugal, se dedicará de lleno a la edición final de Pecados y milagros. Hija de la cantante mixteca Anita Sánchez, y del cineasta y pintor estadunidense Allen Downs, Anna Lila Downs Sánchez (su nombre completo) reivindica en su estilo musical las raíces mexicanas y de los pueblos indígenas maya, purépecha, náhuatl, zapoteco y mixteco, entre ellos. Cuenta que grabó con banda oaxaqueña la célebre melodía “Dios nunca muere” del ilustre compositor oaxaqueño Macedonio Alcalá (1831-1939) “pero a manera de fusión; haremos allí unos ajustes, quizá con música electrónica y efectos, para que se sienta de otra manera”. Para su primer disco independiente de 1994 Ofrenda, (Instituto de las Culturas Oaxaqueñas) Lila incluyó “Dios nunca muere”, si bien aquel álbum se encuentra descatalogado. Ahora, se trata de un nuevo reto pues ella trabaja con músicos de Nueva York y de México, siendo “muy perfeccionista” su productor musical Aneiro Taño, ella afirma: “A veces, para Taño el folclor mexicano es un lenguaje muy rústico y yo tengo que explicarle: ‘Mira, quiero que tenga este sabor aunque no sea perfecto, necesito que se pueda transmitir el alma de nuestra tierra’.” –¿Qué quisiera aportar con Pecados y milagros? –Creo que busca una paz interna… “En internet hay bastante información de los exvotos y en los videos de YouTube hay infinidad de todos los lugares del país, me pareció curioso que en estas épocas proliferen. Cuando los seres humanos nos sentimos perdidos por situaciones difíciles de nuestra sociedad, como la mala aplicación de la ley, la injusticia, la situación política, en fin, acudimos a la parte espiritual, cada quien a su manera.” Adelanta sobre una canción que compuso con su esposo Paul Cohen dedicada a las mujeres que hacen y venden tortillas (“La molendera”): “Surgió porque siempre me preguntan cómo va la violencia en el país y cómo se siente. Pensé que debía existir una manera en la que podamos sentir la fuerza como mexicanos. Mi madre siempre que me llevaba al mercado, me decía: ‘Lila, observa a la señora que va a vender unas cuatrocientas tortillas diario y a cómo las vende, fíjate cómo es su vida y cómo le debemos tanto a mujeres como ellas, porque son la fuerza espiritual de nuestro país’. Si nos fijamos esas bases, creo que podemos salir adelante y poner la frente en alto.” –¿Refleja entonces la situación de México? –Sí. Todo ser humano tiene una conciencia profunda de las cosas que percibe, aunque no le afecten directamente. Nosotros que estamos en las artes visuales o en la música tenemos la obligación, me parece, de presentar proyectos que nos sirvan de algo, como una especie de mantra (canto devocional y plegaria, del sánscrito man, “mente”, y tra, “protección”). “Siempre insisto en que cuando las cosas están de peor en peor hay que sacar esa energía, sacar esos monstruos y de esa manera podemos salir adelante. Creo que un pueblo que está con temor es un pueblo reprimido. Hemos tenido esa experiencia allá en mi tierra.” –Dada la situación de violencia y temor en México, ¿ha notado cambios temáticos en los exvotos? –Los seres humanos vamos en ciclos, nos acercamos más a la espiritualidad cuando la necesitamos. Eso es bueno porque siempre es positivo adquirir más conciencia de lo que uno realiza, de la vida misma, del diario vivir. Nosotros los mexicanos gozamos mucho el diario vivir. Altruismo artístico El 6 de mayo pasado Lila ofreció un concierto pro Fondo Guadalupe Musalem, fundado en 1995, que lanzó la campaña Recaudación 2011 para becar a 20 jóvenes de nivel medio superior, en el Jardín Botánico de la ciudad de Oaxaca (en sitio Internet: liladowns.com/news). “Esperamos que Pecados y milagros sea una ofrenda para que quien lo escuche encuentre vida en el disco y también en las pinturas, en los retablos, que sea un reflejo positivo de la vida y en nuestra cultura. El maestro Demián Flores, mi esposo Paul y yo hemos pensado que los exvotos se donen o se subasten a beneficio del Fondo de Becas Guadalupe Musalem Oaxaca, en el cual he participado… “Es una ONG que ha superado las metas que hemos tenido año con año. Demián también apoya otra causa (Migrantes Frontera Sur) que ayuda a inmigrantes que vienen de Centroamérica hacia México y a los migrantes mexicanos. El álbum puede ser también a beneficio de ellos.” Junto con la actriz Salma Hayek, el 9 de octubre del 2009 Lila Downs representó a México en una campaña transmitida a nivel nacional de la One Drop Foundation (de Guy Laliberté, creador del Cirque du Soleil), para preservar el agua. –Ha simpatizado con diferentes proyectos filantrópicos como la Dolores Huerta Foundation, Tonantzin Tlalli Venerable Madre Tierra, El Círculo de Mujeres, en fin. ¿Cómo se le da la parte del compromiso social? –Sí, Paul y yo que apoyamos a inmigrantes en Estados Unidos (Ángeles de la Frontera), de pronto dijimos: ¿Por qué no nos enfocamos en una sola causa? Porque el que mucho abarca, poco aprieta y lo de las Becas Guadalupe Musalem es una causa que ha demostrado éxito. Tuvimos dos premios nacionales de la juventud este año. –¿Cuál es su sentir al laborar con artistas visuales? –Es un sueño para mí, porque mi padre era artista visual. Bueno, siempre hemos trabajado con artistas visuales en video, pero es la primera vez que hacemos algo así con pintores y estoy bastante emocionada. Además, el tema me parece muy emotivo. –¿Se lleva bien la pintura con la música? –Sí, somos uña y carne –responde risueña–... Es necesario ese contacto para tener tal reciprocidad. La intérprete ha tenido intervenciones en largometrajes como Frida, de Julie Taymor, nominado en la 75 edición de los premios Óscar donde cantó “Burn it blue”, con Caetano Veloso, y Fados, de Carlos Saura, en la cual interpreta una versión de “Foi na travessa da palha” (Oliveira-De Brito), en portugués. En 2005, obtuvo el Grammy latino por su grabación Una sangre (One Blood, Narada Productions, Inc. 2004) en la categoría de mejor álbum de música mundial. –Lila Downs se presenta con su grupo en el extranjero muy a menudo, ¿tienen más éxito allá que aquí en México? –Para mí es muy importante dar un pequeño espectro de lo que somos los mexicanos, demostrar que tenemos otros géneros musicales, no sólo es la ranchera, aunque ésta es mi sagrada devoción. Y se despide con amplia sonrisa: “No creo tener más éxito afuera. Más bien, ¡nos gusta dar lata afuera!”

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