Ópera de a Barrio

jueves, 29 de septiembre de 2011 · 14:11
MÉXICO, D.F. (apro).- Diversos vicios de la sociedad mexicana, como la corrupción, el engaño y el contubernio entre autoridades y delincuentes, son llevados a escena en forma divertida y lúdica a través de la Ópera de a barrio, versión libre de Erando González, dirigida por Bernardo Velasco, a partir de The Beggar´s Opera de Jon Gay. Al estilo brechtiano de La ópera de los tres centavos, Erando González utiliza el teatro musical para mostrar la vida de mendigos, policías y prostitutas de los años 50 del siglo pasado en México, teniendo como personaje central a el Mai, pícaro delincuente de poca monta, mezcla de padrote y ladrón, protegido por El Güero Durazno, jefe policíaco que se hace de la “vista gorda” para recibir su parte del botín. En este inframundo citadino, Mai, “el filósofo, ratero, caballeroso y padrote de altas virtudes”, se involucra en un nuevo amorío con la July, hija del secretario general de la Confederación Nacional del Andrajo, organización que, mediante una “módica” cuota, agremia a toda clase de pordioseros y pedigüeños que día con día salen a las calles en busca de incautos que se conduelan de sus falsas dolencias. Esta circunstancia deriva en una serie de acciones que, a ritmo de cha cha chá, mambo, tango y danzón --interpretados en vivo bajo la dirección musical de Itzam Pacheco--, ofrecen un microcosmos de los usos y costumbres de la política nacional, en las que se diluyen las fronteras entre el culpable y el mártir, las víctimas y los responsables. Así sucede con el propio Mai quien, como se señala en el programa de mano, es el representante de una sociedad decadente, resignada y complaciente, un hijo del sistema que, con mano elegante, ha utilizado las herramientas que la ley de la supervivencia le ha enseñado a manejar, pero que termina siendo víctima de este mismo sistema. El éxito de la puesta está basado en un elenco versátil, integrado por Bernardo Velasco y Marco Argueta (alternando en el papel de Mai), Sandra Arcos, Marissa Saavedra y Maite Suárez, quienes interpretan de tres a cuatro personajes cada uno, combinando baile, canto y actuación con una gran solvencia que denota su experiencia cabaretera. Comedia, farsa y tragedia se combinan de manera ágil y divertida en esta obra musical con escenografía del artista plástico Javier Vargas, basada en una serie de cajas de bodega que forman un muro y que al mismo tiempo, como piezas individuales, se convierten en sillas, mesas y otros objetos requeridos por la historia, sencillez que ha permitido presentar este espectáculo en espacios públicos como Jardín Hidalgo de Coyoacán, a través del Teatro Blanquito. Después de su estreno hace un año en el Festival Viva Vivaldi y de sus exitosas funciones en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, Ópera de a barrio iniciará una nueva temporada en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque y posteriormente realizará una gira por diversas ciudades del país.

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