Merce Cunningham, la gira del legado
jueves, 8 de septiembre de 2011 · 19:33
MÉXICO, D.F. (apro).- El 26 de julio de 2009, cuando le llegó la muerte a Merce Cunningham, segunda generación de los pioneros de la danza moderna en los Estados Unidos, estaba más que preparado para partir.
Enfermo de artritis reumatoide, disminuido físicamente, Cunningham tuvo una vejez difícil pero no perdió jamás su capacidad mental para seguir experimentando y reelaborando su propio discurso dancístico.
Esa claridad mental por no llamarle sabiduría que mantuvo durante sus 90 años de vida, le permitió diseñar y establecer todos los puntos referentes al futuro de su obra coreográfica, su compañía de danza, su escuela y la fundación que lleva su nombre, dedicada a cuidar la herencia del artista que marcó el desarrollo de la danza contemporánea mundial de forma definitiva.
El Plan del Legado, primero en su tipo en el mundo, fue diseñado por el propio Cunningham y su equipo. Se trata “de un proyecto multifacético que incluye La Gira del Legado, que ofrece al público la última oportunidad de disfrutar de la compañía entrenada personalmente por él.
Además apoya la transición en las carreras profesionales de sus bailarines, músicos, staff, quienes han invertido en estos dos últimos años su tiempo y esfuerzos creativos para concretar la visión de Cunningham y permitir con ello la creación digital de las Cápsulas de Danza con la finalidad de preservar la obra del coreógrafo y presentarlo a futuras generaciones.
De forma paralela, el creador nacido en Centralia, Washington, y discípulo de Martha Graham, también diseño sus funerales y el homenaje que se llevó a cabo en un espacio alternativo en Manhattan, en el cual se celebró, bailó, se hicieron instalaciones plásticas y de movimiento y se festejó con todo tipo de actividades la vida del creador. Nada de velorios, misas, lloriqueos o sepelios desgarradores.
La Gira del Legado es una celebración de los logros artísticos alcanzados a lo largo de la vida de Cunningham. Incluye 18 obras seminales creadas durante toda su carrera, además de la reposición de siete coreografías históricas, para dar al público la última oportunidad de gozar de su obra en vivo. El tour abarcará más de 50 ciudades en el mundo y culminará en diciembre de este año en la ciudad de Nueva York.
México fue del 24 al 27 de agosto la última sede latinoamericana en presentar a la agrupación.
El programa seleccionado para México incluyó Pond Way (1998), MinEvent (2011) y RainForest (1968). Las tres piezas fueron interpretadas con música electrónica en vivo e incluyeron decorados de Roy Lichtenstein (Landscape with a boat), Robert Rauschenberg (Immerse) y Andy Warhol (Silver Cluds).
La experiencia plástica más la sonora fueron sin duda lo mejor de la noche porque, aunque sea duro decirlo, la compañía lucía un tanto titubeante y trastabillaba en las complejísimas formas que Cunningham solía utilizar.
También, seguramente por una cuestión de mantener a los bailarines originales, algunos se veían bastante mayores, desentrenados y con bastantes kilos de más en el abdomen.
Pero aun así, la perfección de diseño, el trazo impecable, la interrelación de la pista sonora, decorados y la danza como fuerza única, sin narrativa, sin dramatismos baratos, fue una experiencia inolvidable y por encima de todo una clase de historia del arte irrepetible.