Hugo Argüelles, 80 aniversario

martes, 10 de enero de 2012 · 13:40
MÉXICO D.F. (apro).- El pasado lunes 2 se cumplió el 80 aniversario del natalicio de Hugo Argüelles, uno de los dramaturgos mexicanos más prolíficos de la segunda mitad del siglo XX, fallecido el 24 de diciembre de 2003, autor de obras como Los cuervos están de luto, Concierto para guillotina y 40 cabezas y Las pirañas aman en cuaresma, entre muchas otras. El humor negro, el realismo mágico, la crítica social y la dualidad Eros-Tánatos son algunas de las constantes en la dramarturgia de Argüelles, nacido el 2 de enero de 1932 en el puerto de Veracruz, cuya carrera como director teatral inició con el montaje de la obra Las cosas simples, de Héctor Mendoza. Como escribiera el crítico y director de escena José Antonio Alcaraz en su ensayo La libre elección de un vértigo, “…el sector mayoritario del teatro creado por Argüelles auspicia la risa gozosa. De ella se satura. Ahí se pertrecha. El humor de Argüelles --chirriante, acerado, compulsivo-- vertebra tanto como articula o anima el territorio de sus creaciones prototípicas, como fundamento y cúpula en simultaneidad”. En La lengua de la serpiente acerca de la crítica social a la doble moral, el crítico Bruno Bert afirma que “el teatro de Hugo Argüelles tiene entre sus características la de nutrirse especialmente de lo social. Mirando el conjunto de su obra sentimos inmediatamente que está emparentada con la gran escuela del muralismo mexicano. Y, a través de ella, como raíz remota pero absolutamente viva, con la pintura de Brueghel”. Las líneas anteriores nos dan una breve idea de la relevancia de la obra general del maestro Argüelles, formador en su taller de otros importantes dramaturgos como Víctor Hugo Rascón Banda, Oscar Liera, Sabina Berman, Carlos Olmos y Jesús González Dávila. Desafortunadamente, la casa-museo que Argüelles construyó durante toda su vida se perdió. La casa, ubicada en la calle de Cacahuamilpa No 6, en la Ciudad de México, estaba llena de pinturas, esculturas, libros, colecciones de música y un invaluable archivo personal que su propietario atesoró a lo largo de su vida. Hasta donde tengo noticias, la vivienda fue vendida por los herederos de Argüelles (su hermano Guillermo, su cuñada María Elena Aguilera, su secretario Javier Raquiel y su asistente Martín Dordoni), incluida su biblioteca. En su testamento, Argüelles dispuso que a su muerte la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), encabezada entonces por Víctor Hugo Rascón Banda, realizara las gestiones con las instancias correspondientes para que su casa-museo fuera una realidad que, ante la apatía de las autoridades culturales, no fue posible consolidar. Por fortuna, el archivo personal del dramaturgo (borradores de obras, apuntes y guiones de cine) fue rescatado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del INBA, donde han sido organizados, clasificados e inventariados para su consulta.

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