Adiós a Vicente Revuelta
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Vicente Revuelta, el director de escena y actor más importante de los últimos 50 años en Cuba, tras una operación por fractura de pelvis, simplemente se dejó morir el martes 10 en su ciudad natal, La Habana.
Tenía 82 años y estaba cansado.
Con un homenaje emotivo donde aplausos y “vivas” fueron la constante, un gran cortejo de artistas de la escena lo acompañó a la Necrópolis de Colón. El ministro de cultura, Abel Prieto, declaró a la prensa que Revuelta “era uno de esos hombres que abren caminos, fundan, construyen, pero al mismo tiempo dudan, se preguntan y revolucionan la realidad del ser humano, su conciencia y su entorno”.
Autodidacta en sus inicios, Vicente Fernando Revuelta Planas estudió actuación en París, Francia, así como en la mítica escuela de Cinecittà en Roma, Italia, y trabajó para la BBC de Londres por su capacidad de hablar varios idiomas sin acento alguno.
En entrevista con Proceso mientras montaba en 1992 El No de Virgilio Piñera en la UNAM, se autodefinió a sí mismo diciendo que tanto Piñera como muchos otros eran “una serie de intelectuales que estaban produciendo un movimiento cultural, muy al corriente de la cultura del mundo, de la vanguardia más actual”, y “al llegar la Revolución no los toma en una actitud política ni ideológica clara”. No eran “los intelectuales de la Revolución”, a diferencia de Juan Marinello, Nicolás Guillén y otros.
Sin sacrificar sus propias necesidades artísticas, Revuelta fue consecuente y fundó junto con su hermana el mítico Teatro Estudio en 1958, e introdujo en la isla la obra de Bertolt Brecht, montó piezas de Tennessee Williams, Edward Albee, Arthur Miller, y dio a conocer el trabajo de Jerzy Grotowsky y del Living Theater de Nueva York.
En algún momento estudió a fondo la obra de Antonin Artaud y de Piotr Ouspensky y estaba profundamente convencido de que el teatro que quería hacer era de tipo “ritual”.
Vicente Revuelta tuvo siempre entre sus planes hacer una coproducción Cuba-México sobre un texto dramático no terminado de José Martí. Pero por una lado no logró armar un grupo consistente en su país debido a la autocensura de los actores, quienes tenían miedo de los contenidos políticos de la propuesta, y por el lado mexicano encontró que “hay mucho sistema de estrellas”. Dijo:
“Se hace un teatro viejo al servicio de una clase media intelectual al que hay que ir bien vestido; hay también una imitación vacía e innecesaria del imperio, de Broadway, que me recuerda al teatro cubano antes de la Revolución.”
El proyecto nunca se realizó pero Revuelta siguió dedicando su tiempo a investigar la actuación y el teatro mismo. No obstante, después de la muerte de su hermana Raquel en el 2004 entró en una suerte de exilio de sí mismo del que ya no salió jamás.