El recital de Chavela Vargas al español García Lorca, toda una tertulia

domingo, 15 de abril de 2012 · 20:41
MÉXICO, D. F. (apro).- Poesía, canto, música y charla convirtieron el concierto Luna grande, homenaje de Chavela Vargas a Federico García Lorca en toda una tertulia esta tarde del 15 de abril en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, con lleno total. A sus 93 años, “la gran dama del canto mexicano”, Vargas, quien lució un gabán de lana blanco con algunas figuras negras, y acompañada por las cantantes Martirio, cuyo verdadero nombre es María Isabel Quiñones (Huelva, España, 1954), y la mexicana Eugenia León, entonaron algunas piezas del nuevo proyecto La luna grande, un disco compacto y poemario con obra de García Lorca de discos Corasón, en una hora y media. La ovación de todo el público fue para Vargas, quien cantó en vivo Cruz de olvido, de Juan Zaizar y Álvaro Torres; Piensa en mí, de Agustín Lara, y La llorona, un son istmeño popular donde también intervinieron Martirio y Eugenia León. Las piezas estuvieron a cargo de los guitarristas Juan Carlos Allende y Miguel Peña, quienes siempre han acompañado a la también actriz que ahora reside en Tepoztlán, Morelos, y gran amiga del cineasta español Pedro Almodóvar. Pero ante cada pieza musical se escuchó la voz grabada de la creadora del disco Volver, volver, con la proyección de varias imágenes en una pantalla grande. Los poemas fueron Ángel que no vela y ¿Qué hicieron con tu muerte?, escritos por la misma Chavela y los sonetos de García Lorca: Noche del amor insomne; Amor, amor, de la obra teatral  Amor de don Perlimplin con Belisa en su jardín; Yo soy la madre de doña Rosita, del Retablillo de don Cristóbal; El poeta habla por teléfono con el amor; Romance de la pena negra, y El cielo tiene jardines. Con su voz gruesa, se escuchó de Vargas, ya grabada, Noche del amor insomne: Noche arriba los dos con luna llena, yo me puse a llorar y tú reías. Tu desdén era un dios, las quejas mías momentos y palomas en cadena. Noche abajo los dos. Cristal de pena, llorabas tú por hondas lejanías. Mi dolor era un grupo de agonías sobre tu débil corazón de arena. La aurora nos unió sobre la cama, las bocas puestas sobre el chorro helado de una sangre sin fin que se derrama. Y el sol entró por el  balcón cerrado y el coral de la vida abrió su rama sobre mi corazón amortajado. En tanto, a ritmo de flamenco, la española Martirio interpretó Si no te vas, Quisiera amarte menos y después le preguntó a Vargas cuál era su melodía favorita, quien le contestó Las simples cosas, y enseguida la entonó con el guitarrista Raúl Rodríguez. La española  comentó que Chavela Vargas convierte las canciones en cante y el cante en libertad. Y añadió: “Con la maravillosa voz de Chavela se llora muy bien, no son lágrimas de tristeza, sino de pura limpieza”. El público no se cansó de gritar cada instante ¡Viva Chavela! Ella agradeció, y bromeó: “Mi campaña va bien…”. Entonces, se escucharon voces en varias partes del palacio de mármol: “¡Chavela para presidenta!” Eugenia León aseguró que “Chavela es la voz de México”. Vargas entonces señaló que García Lorca se murió joven porque era un elegido de los dioses: “Yo creo que a mí me odian los dioses, porque sigo aquí, quién sabe qué comí, pero no me muero.” La selección de la obra poética del disco La luna grande estuvo a cargo de Chavela Vargas y del músico Mario Ávila e incluye versos de los textos dramáticos de García Lorca, además de sonetos y romances. Según la disquera discos Corasón el compacto es un encuentro de dos mundos, el de Chavela Vargas con el de Federico García Lorca; el de la poesía con el canto, el libro con el disco, España con México y la vida con la muerte. En el concierto estuvo presente la sobrina del poeta español y directora de la Fundación dedicada a su obra, Laura García Lorca, quien fungió como moderadora y presentadora. Laura conoció a Vargas en persona en 1993, cuando cantó en Madrid, “nunca hasta entonces me había conmovido tanto una voz, una manera de decir y de estar, hasta el punto de sentir que Chavela había producido una transformación en mí, que había revelado no sólo un conocimiento de lo humano sino de la naturaleza, de los elementos, y también de lo que uno intuye que está al otro lado”. La producción de La luna grande fue apoyada por la Fundación Miguel Alemán, el Fonca, el Conaculta, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Canal 22 y de la AECID de la Embajada de España en México. El poemario cuenta con la bibliografía puntual de cada texto del poeta granadino, considerado el de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Federico García Lorca (España, 1898-1936) es uno de los poetas más insignes de esta época. En sus poemas y en sus dramas se revela como agudo observador del habla, de la música y de las costumbres de la sociedad rural española. Su obra es como ese ambiente, descrito con exactitud, el cual llega a convertirse en un espacio imaginario donde se da expresión a todas las inquietudes más profundas del corazón humano: el deseo, el amor y la muerte, el misterio de la identidad y el milagro de la creación artística. Chavela Vargas, cuyo nombre real es Isabel Vargas Lizano, nació en Costa Rica, el 17 de abril de 1919, y se nacionalizó mexicana. En el país ha residido por más de siete décadas. Su primer álbum musical fue publicado en 1961 y desde entonces ha grabado más de 80 discos. Se retiró de los escenarios a finales de los años setenta y regresó en 1991. Ha recibido la Gran Cruz de Isabel la Católica en el año 2000, el Grammy Latino en 2007, la Medalla de Oro Universidad Complutense de Madrid, la Medalla al mérito de la Universidad de Alcalá de Henares, el reconocimiento como Huésped de Honor de Buenos Aires, Argentina y en 2009 fue nombrada Ciudadana Distinguida de la Ciudad de México. Al final del concierto, todo el público aplaudió de pie cerca de siete minutos. Chavela Vargas, en su silla de ruedas, extendió los brazos y dijo conmovida: “Ojalá nunca se acabe este amor sincero de ustedes”.

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