La convención del patrimonio mundial a 40 años de su creación
MÉXICO, D.F (apro).- Suscrita en la actualidad por 189 países, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cumple cuarenta años desde que fue aprobada en París, Francia, en noviembre de 1972.
Más de 900 sitios arqueológicos, históricos, artísticos y naturales han sido inscritos en su Lista del Patrimonio Mundial, entre ellos 31 mexicanos como Teotihuacán, Chichén Itzá, Monte Albán, El Tajín; los centros históricos de la Ciudad de México, Guanajuato, Oaxaca y Puebla; el Santuario de Ballenas del Vizcaíno; y los conventos coloniales asentados en las laderas del volcán Popocatépetl, por mencionar sólo algunos.
Es México el primer país de Latinoamérica y el Caribe, y el sexto a nivel mundial, con más lugares inscritos en esta lista resultado de la convención de 1972, que se ha convertido en “uno de los instrumentos legales internacionales más importantes para el rescate, conservación y salvaguarda de los sitios o bienes que poseen un valor excepcional cultural o natural para la humanidad”, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Responsable de la relación entre el Comité del Patrimonio Mundial, la oficina del Patrimonio Mundial del INAH, encabezada por Francisco López Morales, explica en el libro El Patrimonio de México y su valor universal (2011), que los antecedentes de la Convención se remontan a 1952:
“Cuando el gobierno de Egipto decidió construir la presa de Asuán, que inundaría el valle en el que se encontraban los templos de Abul Simbel y Filae, tesoros de la antigua civilización egipcia, por lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lanzó una campaña mundial para su protección, a fin de levantar los monumentos.”
Añade que la campaña contó con el apoyo de 50 países y “demostró la responsabilidad compartida entre las naciones para la conservación de los sitios culturales. Posteriormente, la Conferencia General de la UNESCO aprobó, el 16 de noviembre de 1972, la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, que hasta el año pasado ha sido ratificada por 189 países, entre ellos Alemania, China, Japón, Argentina, Brasil, Italia, Sudáfrica, Portugal, Turquía y, por supuesto, México”.
Algunos especialistas en patrimonio han cuestionado la inclusión de sitios y monumentos en la Lista del Patrimonio Mundial por diversas razones, entre ellas el impacto que a raíz de las declaratorias ejerce el turismo masivo (las Islas Galápagos, por ejemplo, tuvieron que suspender durante un tiempo las visitas del turismo); por el manejo político y de impacto mediático que se hace en ocasiones de las declaratorias de la UNESCO; y porque al final, el organismo internacional carece de mecanismos para sancionar a los países que no cumplen con sus compromisos en materia de conservación del patrimonio.
Sin embargo, entrar a la Lista sigue siendo un motivo de honor para muchas naciones. Este año, por ejemplo, en el marco de la 36 Reunión del Comité del Patrimonio Mundial que se celebra desde el 14 de junio y hasta el 6 de julio en San Petersburgo, Rusia, se evaluarán 33 candidaturas presentadas por países como Alemania, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Francia, Irán, Malasia, Palestina, Portugal, Senegal, Suecia y Turquía, entre otros.
En el marco de las celebraciones por el 40 aniversario de la convención, se realizarán ciclos de conferencias en las cuales se debatirá sobre los grandes desafíos para los próximos años, entre ellos cambio climático, desastres naturales, movimientos sociales, crisis económicas, inclusión de grupos indígenas, búsqueda de financiamientos y herramientas técnicas de conservación. Anunció López Morales, quien agregó que se hará también una revisión de los aciertos y errores en los sitios inscritos.
En el caso de México, entre el 18 y el 20 de julio próximo se realizará en la ciudad de Querétaro, el encuentro Turismo y territorio, clave para el desarrollo comunitario, donde se discutirá sobre el papel del turismo como herramienta para el desarrollo sustentable de los sitios y la participación de las comunidades.