La biblioteca de De la Peña, en la Fundación Telmex

domingo, 16 de septiembre de 2012 · 12:51
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx) .- La biblioteca que una vez fue la personal y fuente de conocimiento del escritor Ernesto de la Peña desde su infancia, se localiza en el Centro de Estudios de Ciencias y Humanidades de la Fundación Telmex, donde alberga ejemplares del siglo XV, primeras ediciones de clásicos latinoamericanos, y una discoteca de música clásica y ópera. Desde 1997 Carlos Slim adquirió el acer- vo dirigido por De la Peña hasta su muerte, acaecida hace una semana. Él entregó 15 mil volúmenes, y ahora ya hay 21 mil 500, y de los 1 200 acetatos de música clásica y ópera, 700 le pertenecían al ensayista. Al respecto el investigador del centro, Julio Sabines, informó a Proceso sobre su conformación: “El ingeniero Carlos Slim le propuso al maestro fundar un centro de estudios que diera apoyo educativo y cultural a los becarios de la Fundación Telmex.” Aunque la biblioteca es esencialmente consultada por becarios, también está abierta para investigadores o estudiantes, de lunes a viernes. Informó Sabines: “Es un tanto general pero con inclinación a las humanidades, por supuesto, hay libros de lenguas universales, inglés, francés, alemán y de todos los escritores clásicos: William Shakespeare, de los alemanes a Friedrich Schiller, Johann Wolfgang von Goethe, de los clásico latinos Ovidio, Petronio, una colección completa de filósofos, trágicos, poetas griegos. En ruso a Fiodor Dostoievsky, Anton Chejov. De lenguas indígenas, biblias en hebreo, latín, alemán, francés. También de historia y geografía de México es muy basta.” –¿Había algún libro que De la Peña apreciara más? –Todos, pero hay un libro del siglo XVIII de Francisco Javier Alegre, publicado en Veracruz, Homerilias de 1788, en latín. También estaba otro de Francisco Ximénez de Cisneros, El carro de donas, de 1542, publicado en Valladolid, España, con capitulares… era un aficionado a las capitulares y ex libris. Tengo entendido que desde muy joven utilizaba gran parte de su ingreso en libros y se interesaba mucho en autores, de Goethe por ejemplo tenía una colección enorme. –Respecto de los libros, ¿cuáles son los de mayor valor? –El corazón del acervo… es difícil, pues más allá del valor económico tienen valor cultural e histórico, hay una maravilla, libros de Gante, una edición publicada en Venecia en 1578, la Divina Comedia con “l’exposition di” Christoforo Landino y Alessandro Vellvtello (críticos de Dante en su momento). Hay un álbum de Ángela Peralta de 1845 publicado en México sobre compositores de música. “Todos los apreciaba don Ernesto, hay primeras ediciones de Rayuela (1963) de Julio Cortázar, Cien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez, El laberinto de la soledad (1950) de Octavio Paz, Pedro Páramo (1955) de Juan Rulfo.” Sobre el futuro de la biblioteca dijo: “El maestro tenía planes de hacer alianzas culturales y de investigación con otras bibliotecas para hacer una especie de sociedad de bibliotecas. Todavía no se sabe quién estará al frente del centro, por supuesto que seguirá estando a disposición de los becarios.” El Centro de Estudios de Ciencias y Humanidades de la Fundación Telmex en Paseo del Río 186, en la colonia Chimalistac.

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