México, ¿campeón olímpico de la conservación?

lunes, 24 de septiembre de 2012 · 21:07
MÉXICO, D.F. (apro).- Según información oficial difundida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y del Centro Regional para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de América Latina (Crespial) coincidieron en que México es un país ejemplar en materia del cuidado del patrimonio, “un referente mundial”, una especie de “campeón olímpico”. La aseveración se da a conocer justo en medio del conflicto desencadenado hace ya un par meses, cuando investigadores y arquitectos del propio INAH iniciaron una protesta pública por la forma en que los directivos de la institución han hecho uso del patrimonio arqueológico e histórico del país al llegar incluso a alteraciones estructurales no permitidas --dicen-- por convenios internacionales suscritos por México y avalados por organismos como la UNESCO, como es la Carta de Venecia. Los casos que desencadenaron la protesta, en instalaciones del Museo Nacional de Antropología, son la construcción de una estructura moderna sobre los vestigios arqueológicos de la zona de Tzintzuntzan, Michoacán; la remodelación de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, en Puebla, donde al segundo se le superpuso una edificación también moderna, dejando al edificio histórico --escenario de la Batalla de Puebla-- “atrapado” en el interior. Asimismo, la destrucción de un conjunto de edificios en el Centro Histórico de la Ciudad Hidalgo del Parral, Chihuahua. Además la Casa de Tlaltecuhtli, la construcción de la Línea 4 del Metrobús, la destrucción de 16 edificios de los siglos XVII al XIX, el más conocido de ellos fue la Casa de Calderas, todos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Y una larga lista en donde se suman las autorizaciones de un INAH, calificado por los trabajadores como “paralelo” y que “actúa con total desapego a la ley”, para convertir en escenario de espectáculos sitios como Chichén Itzá, en Yucatán, y realizar el show de luz y sonido Resplandor Teotihuacano, en Teotihuacán, que aunque se paró tuvo como resultado más de 6 mil perforaciones en las pirámides del Sol y de la Luna. Este “otro” INAH es el que presume que en el encuentro “La transmisión de la Tradición para la Salvaguarda y Conservación del Patrimonio Cultural” con expertos de once países de Europa, Medio Oriente y América Latina, realizado en Campeche, participantes como Víctor Marín, director de la Oficina Regional de Cultura para América Latina y El Caribe de la UNESCO, con sede en La Habana, declaró: “No podemos abstraernos de que México tiene 31 sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, y siete elementos en la de Patrimonio Inmaterial… Es un país constante y sistemático, que no sólo se preocupa por nominar y catalogar su patrimonio, sino por gestionarlo, salvaguardarlo, trazar planes y crear redes para su conservación y difusión.” Y cita también al director del Crespial, Fernando Villafuerte, quien dijo a su vez: “Advierto un profundo cuidado de los bienes materiales en México. Las autoridades mexicanas han tenido desde siempre una mirada especial hacia el pasado, como un recurso para la construcción de la nacionalidad, de la identidad mexicana; y esto ha venido acompañado de una antropología que ha puesto en el centro de las discusiones y de la valoración social, lo que hoy conocemos como patrimonio inmaterial; en esos dos ámbitos, México, es sin duda un referente.” A decir de los académicos del INAH esa es justo la línea que han estado abandonando las autoridades del instituto para priorizar la de la explotación turística y comercial. Villafuerte dijo en este sentido que el INAH “ha estado desarrollando una línea de reflexión en torno de lo que significa la salvaguarda, conservación y protección del patrimonio frente al crecimiento del turismo. Es decir, cómo se puede mantener una dinámica cultural vigorosa basada en las comunidades, y que no esté subordinada de manera incompatible al auge comercial del turismo”. Las declaraciones de los visitantes extranjeros contrastan con las observaciones que ha hecho la Auditoria Superior de la Federación (ASF) la cual ha señalado que el INAH “no cumplió con las disposiciones normativas aplicables a la conservación, protección y restauración del patrimonio arqueológico e histórico del país” y que “no promovió la conservación integral de las zonas arqueológicas abiertas al público, y las que han sido declaradas patrimonio mundial por la UNESCO”. La lista de observaciones de la ASF es larga también, como la de los agravios que los investigadores del INAH han dado ha conocer, sólo que de ella no han dado cuenta en un boletín informativo las autoridades del Instituto.

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