¿Será por eso?
MÉXICO, D.F. (apro).- Sorprendentes y lamentables, apreciados lectores, resultaron para este servidor de ustedes las cartas enviadas a este buzón con las firmas de la memoria, el entendimiento, la voluntad y A. Shopenhauer, pues si por un lado exponen verdades evidentes, con razones suficientes, como las teorías sobre las elites del poder, por otro, no van más allá, pues no explican el por qué de las mismas ni sacan consecuencias. Lo único que parece interesar a los que las suscribieron es demostrar que son el número uno en importancia para el ser de la criatura humana, y a este servidor se le hace difícil explicarse ese no ir más allá, sobre todo cuando en las cartas firmadas por el entendimiento y la voluntad dan cuenta de la inclinación que tienen las elites del poder –sean de la política, de la religión, de los terratenientes, industriales, financieros y de los dueños de los medios últimamente– a manipular a los más, a la masa, para así dejarlas maleables para sus muy particulares intereses, tanto personales como de los grupos minoritarios que integran.
Bueno será recordar que si esas minorías de individuos, las elites del poder, en otros tiempos de la historia pelearon entre sí, e hicieron pelear a los más por ellos, para ver quien tenía la sartén por el mango, como dice el dicho popular, con el transcurrir de los siglos, por así convenirles, se fueron reconciliando hasta llegar a lo que es evidente en esa globalidad en la que respiran, que presume de democrática, incluyente y ser respetuosa de las minorías, y se limitan a duras competencias de pulsadas, a pulsear, para ver quien es el primero entre iguales, pero se hacen uno en la defensa cuando sus intereses y privilegios son cuestionados, criticados por los del estado llano, por los más, por la plebe, el populacho, la chusma, los nacos, como los llaman llegado el caso, cuando reclaman derechos, se manifiestan multitudinariamente para protestar, y más si toman la vía de la acción. No tienen más que ir a la historia para comprobarlo… o mirar a su alrededor para confirmar que sigue pasando lo mismo en esa globalidad en la que se mueven, díganlo si no es así las manifestaciones de protesta de adultos y jóvenes que se están dando en tantos países, en gran medida a consecuencia de la profunda y continuada crisis financiera que a tantas personas afecta y hasta lleva a la desesperación… y a algunas al suicidio, así como las recomendaciones que los centros de control internacionales de las finanzas (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, por ejemplo) han hecho y siguen haciendo a los gobiernos para que recorten el gasto social y las reformas laborales que les están exigiendo y hasta imponiendo; los ajustes de las empresas, grandes, medianas e incluso chicas, que están dejando en la calle, en el desempleo a tantos de los más, y a los jóvenes sin la seguridad de un futuro de un buen empleo, seguro y bien pagado (¿o acaso mienten las estadísticas internacionales que advierten que muchos de ellos, incluso con títulos de carrera bajo el brazo, no lo encuentran ya en la actualidad?).
Todos esos hechos inducen a este servidor a pensar que ese no ir más allá señalado en las cartas citadas de poco o de nada sirven para sacar de la miserable situación a la que conducen a tantos de los más las decisiones de los menos, o sea, las elites del poder… ¿O acaso no es verdad que la riqueza se está concentrando cada vez más en menos manos, como lo advierten instituciones como la Organización de las Naciones Unidas? Igualmente, este servidor considera que ese no ir más allá más bien abre la puerta y justifica que las cosas, la situación, sigan como están, ya que predisponen los ánimos a la resignada sumisión a un vivir de “más de lo mismo”, como dice el dicho, por desorientada ignorancia de no pocos… por impotencia en otros… por miedo en otros más… por calculada conveniencia en algunos… ¿adivinan quienes?
No les será difícil identificarlos a los apreciados lectores que hayan seguido los razonamientos expuestos hasta aquí por su servidor.
Y hay más: ese mentado no ir más allá concuerda, y así la justifica, la creencia religiosa de que si el vivir es sufrir, merecido y justo es, pues toda humana criatura concebida está por, y por ello viene al mundo, con la mancha del pecado original, y en el mundo está para rescatarse a sí misma con la sumisión a lo que le toque, pues todo viene de Dios y él sabe lo que más y mejor conviene a cada humano… creencia que asumen y defienden en lo general las elites del poder, los menos que mueven a los más, pues están convencidos de que ellos saben mejor que los más lo que conviene a todos.
¡Curiosa coincidencia!... ¿pero habrá sido concebida por la verdad y la sinceridad?
Este servidor de ustedes considera que sí, pues se basa y tiene por lógica del que deseándoles lo mejor, firma la presente.
HUMPTY DUMPTY