Mala calidad de la educación, culpa de gobierno y sindicatos: Eimbcke
MÉXICO, DF, (apro).- Luego de haber obtenido la Concha de Plata como mejor director por su tercer largometraje Club sándwich en el pasado Festival Internacional de Cine en San Sebastián, Fernando Eimbcke habla sobre el conflicto magisterial y dice que “ni el gobierno ni los sindicatos de la educación han cumplido con su obligación de ofrecer a los mexicanos el derecho a la educación gratuita y de calidad”.
En entrevista, el también realizador de Temporada de patos y Lake Tahoe se explaya, sin ocultar su preocupación por la dimensión que ha alcanzado el conflicto:
“El gobierno ha utilizado el fallido sistema educativo producto de un sindicato corrupto, para manipular y controlar a la sociedad. Dejar que estas dos partes decidan el rumbo de la educación me parece poner mucha confianza en quien no la merece. Los que deberíamos paralizar la ciudad somos todos los padres de familia, adolescentes, estudiantes y maestros, para exigir, de una vez por todas, nuestro derecho a una educación verdaderamente gratuita y de calidad.”
Enseguida, recuerda la lucha de la estudiante chilena María Música Sepúlveda ante La Ley General de Educación en su país. Ella sostuvo que la solución es “tener una educación pública, gratuita y de calidad”.
Eimbcke, nacido en la Ciudad de México en 1970, ha explorado en sus cintas el mundo de los adolescentes, aunque según él, en Club sándwich quería crear una película del despertar sexual de un chico, “pero al escribir el guión me encontré con que era una historia de una mujer, de treinta y tantos años, que enfrenta la separación de su hijo”.
--¿Qué lo impulsó a realizar este relato cinematográfico?
--La imagen inicial de la historia era un adolescente que en unas vacaciones se veía obligado a dormir con su mamá y al despertar descubría que había tenido un sueño húmedo.
Según la actriz chilena Paulina García, quien fue parte del jurado en el festival (efectuado del 20 al 28 de septiembre), Eimbcke obtuvo el premio a mejor director “por sostener con fuerza y lucidez un punto de vista arriesgado en esta historia íntima revelándonos una voz autónoma y personal”.
Club sándwich cuenta cómo una relación entre madre e hijo, casi de amigos y cómplices cariñosos, se desmorona ante los ojos de la progenitora a partir de que el hijo conoce a una chica y aparece el deseo sexual. La historia la protagoniza María Renée Prudencio, Lucio Giménez Cacho y Danae Raynaud.
El filme competirá en la sección de largometrajes mexicanos en la onceava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), que abre hoy y continúa hasta el domingo 27, con A los ojos, de Michel y Victoria Franco; Las horas muertas, de Aarón Fernández; Los insólitos peces gato, de Claudia Sainte-Luce, y La jaula de oro, de Diego Quemada-Diez, entre otros.
Su estreno comercial en el país será en noviembre próximo.
Los adolescentes
--Pocos realizadores se atreven a plasmar los problemas de los adolescentes, ¿es fácil abordar las preocupaciones de las nuevas generaciones para mostrarlas en el cine?
--Como me hizo ver Paula Markovitch, en las historias sólo hay un tema: el amor. Puede ser tratado de una manera seria, sórdida, divertida, pero sólo hay un tema, el amor, y ese lo compartimos niños, adolescentes y adultos. En todas las épocas.
Markovitch dirigió El premio, la mejor película en la 55 entrega del Ariel. La conoció en un taller.
--¿Qué obstáculos enfrentan sus proyectos por esos tópicos de adolescentes?
--El mayor obstáculo al que se enfrenta cualquier película independiente es el de la exhibición. Sea el tópico que sea.
Tituló la historia Club sándwich porque es una comida de vacaciones:
“Poca gente se prepara un club sándwich en su casa, es una comida de vacaciones y en éstas siempre suceden muchos cambios.”
--¿Qué le preocupa de los adolescentes?
--No me preocupan tanto los adolescentes como las generaciones que estamos arriba de ellos que no terminamos de entender que si no los apoyamos, no hay futuro. Como dijo José Mujica, el presidente de Uruguay, no tenemos crisis con los jóvenes, tenemos crisis civilizatoria, que es distinto.
--¿Cuál es su sentir de que el filme se estrenó mundialmente en el Festival Internacional de Cine Toronto, organizado del 5 al 15 del pasado septiembre y haya competido en San Sebastián?
--Terminar una película y mostrarla es la experiencia más bella y terrorífica. Toronto es un festival increíble y tremendamente grande. La mayoría de las proyecciones se hacen en cineplexes. Las películas que más llaman la atención son películotas que están asomándose a la ventana del Óscar. San Sebastián es un festival mucho más íntimo, con un teatro enorme donde se presenta una película en competencia por día, eso lo hace un festival con un ritmo mucho más lento, más para disfrutar de la pantalla.