Seguidores fuerzan puertas para ver a Jodorowsky en el FICM

miércoles, 23 de octubre de 2013 · 21:16
MORELIA, Mich. (apro).- El chileno Alejandro Jodorowsky, escritor, pintor, psicomago, cineasta, ensayista, dramaturgo, mimo, compositor y actor, preguntó a las cerca de mil 500 personas (que asistieron a su conferencia magistral en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia) qué es la felicidad, y enseguida aclaró que “es lo que uno es y no lo que quieren que uno sea”. El aplauso fue fuerte. Su llegada al Teatro Morelos causó emoción a sus seguidores porque también acudieron sus hijos Brontis y Adán, quienes protagonizan la nueva película de su papá, titulada La danza de la realidad, que se estrenó esta noche en este encuentro cinematográfico. Al ver que el teatro estaba lleno, el autor de la novela Las ansias carnívoras de la nada manifestó: “¡Qué responsabilidad! No sé qué es una clase magistral. No estudié cine, sólo se me ocurrió hacer Fando y Lis. Busqué un camarógrafo, y con un cinturón me amarré tras sus espaldas y lo iba dirigiendo. Les tengo que dar un consejo. ¡No estudien cine!, o se convertirán es esclavos de Hollywood. “¿Qué es el cine?, ¿por qué la libertad está en el cine?, ¿por qué mi inconsciente me llevó a realizar cine? Tal vez cine es esa fabricación industrial estadunidense o quizá esos súper héroes cretinos, no sé, supongo que sí. Es una industria y hay que distraerse, ¿pero qué nos queda?... Vi Avatar, la cual costó millones de dólares, y no me acuerdo de nada. En cambio vi Un perro andaluz, de Luis Buñuel, y se me quedó para siempre. Entonces pensé: ‘Voy a crear imágenes que cuando las personas las vean no las olviden.” En ese momento, las personas que no alcanzaron a entrar al lugar rompieron los seguros de las puertas de teatro y entraron a ver a Jodorowsky, quien cuenta con 84 años. Luego el llamado “cineasta de culto” subrayó que para realizar cine “hay que saber qué es un ser humano, porque si no se sabe, no se puede filmar cine, porque el cine muestra a seres humanos”. Criticó que los largometrajes estadunidenses sólo hablen de dinero: “¡Eso no es cine! ¿Qué es el ser humano? El ser humano es sublime, un cerebro contiene millones de neuronas. El pensamiento es colectivo, de millones de neuronas. Hay que entender que todo el mundo tiene un tesoro y un potencial increíble”. Entonces pidió que todos mostraran su potencial con dos gritos, los cuales fueron muy fuertes al mismo tiempo. Recordó que estudió pantomima con Marcel Marceau porque deseaba conocer el lenguaje corporal y que al llegar a México trabajó como profesor de mimos en la Escuela de Bellas Artes. También rememoró que su papá, Jaime, un comerciante, fue un monstruo con él. Al instante, contó que cuando estrenó en Acapulco Fando y Lis, una adaptación de la obra homónima de Fernando Arrabal, con Diana Mariscal, Sergio Kleiner, su esposa Valerie y Juan José Arreola, tuvo que salir huyendo para evitar ser linchado y baleado. “El director Emilio Indio Fernández, indignado por las imágenes de la película, llegó incluso a sacar su pistola.” Uno de sus seguidores le preguntó cuál era su película preferida, y respondió enseguida y sin pensarlo: La danza de la realidad, que ha definido como biográfica, y siguió alegre: “No se parece a ninguna película que se haya visto”. La danza de la realidad la estrenó este año en Cannes. No había filmado durante 23 años. Al final firmó cientos de libros. El FICM también proyecta cuatro de sus largometrajes: Fando y Lis, El Topo, La montaña sagrada y Santa Sangre. Jodorowsky radica en París, donde da clases de tarot y conferencias sobre sus técnicas (la psicomagia y la psicogenealogía) en el café Le Téméraire. Está casado con la pintora y diseñadora francesa Pascale Montandon. De entre sus cinco hijos (uno de ellos fallecido) ha destacado el actor y director teatral Brontis (Ciudad de México, 1962) y el músico Adán (el menor, conocido con el nombre artístico de Adanowsky), todos de nacionalidad francesa.

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