MÉXICO, D.F. (apro).- En la colonia Roma de esta ciudad se abrió desde hace ya unos años una tienda llamada Trouvé, que vende objetos y muebles restaurados especialmente de los años 60 y 70 así, como antigüedades escogidas por su dueño Javier Carral. En 2012 abrió un nuevo espacio Galería donde presenta --aproximadamente cada tres meses-- obra de artistas y diseñadores que lleva como nombre Retrouvé y que se encuentra a unas cuantas cuadras de la tienda.
La exposición que actualmente se inauguro es del artista mexicano residente en Cuernavaca, Morelos, Cisco Jiménez, quien cuenta con una interesante carrera en las artes visuales, dentro y fuera del país. Forma parte de colecciones importantes, como la Jacques y Natasha Gelman, y es miembro activo del movimiento ArtCol que ha realizado exposiciones en Suiza, España, y Alemania durante 2013.
La muestra lleva como título Molecular Coautlicue, que presenta dos proyectos. En primer lugar el trabajo individual de Jiménez, y en segundo otro en colaboración con 16 artistas mujeres de Cuernavaca que mostraron su propia interpretación de las obras más representativas y recientes del artista.
La individual de Jiménez es una instalación montada en diálogo con el arte, muebles y objetos vintage del acervo de Trouvé, para construir una especie de aquelarre multi-referencial e inmisericorde.
El trabajo de Cisco Jiménez se caracteriza por su irreverencia y carácter lúdico, y parece estar hablando desde un terreno de libertad sustentado en un conocimiento, no sólo de sus materiales sino también de la técnica. Su dibujo tiene fuerza, precisión y conceptualmente un vocabulario propio, inteligente y audaz.
Sorprende la capacidad que posee su lenguaje de abordar temas que se inspiran en la gráfica pop, los cómics, rótulos callejeros que logra expandir en sus propuestas pictóricas, escultóricas, y en la construcción de objetos y collages; éstos, llenos de humor e ironía. El espectador no solamente está frente a juegos simples sino más bien al servicio de sus reflexiones sociales, políticas, históricas y amorosas y sexuales. Continuamente parece estar preguntando y poniendo a prueba la historia del arte y la relación con la evolución humana.
La instalación se apoya con mesas y vitrinas de la misma galería, que dialogan de manera natural y eficaz.
La segunda propuesta muestra el trabajo de 16 artistas, poniendo en juego las nociones de autoría, factura, género materiales, traducción y apropiación de la obra.
Permanecerá abierta al público hasta el 15 de enero y se encuentra ubicada en la calle de Álvaro Obregón 248, en la Colonia Roma.