Las reformas, acuerdos políticos cupulares: Martínez Assad
MÉXICO, D.F. (apro).- Aprobada en medio del descontento y el rechazo de una buena parte de la sociedad mexicana, que considera los recursos naturales --petróleo, minería y electricidad-- parte de su patrimonio económico, pero también cultural, la reforma energética impulsada por los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) sigue generando movilizaciones y controversia.
El sociólogo e historiador Carlos Martínez Assad, quien apenas el miércoles 11 recibió el Premio Nacional en el rubro de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, deplora que, “como siempre”, esta reforma --que se añade a la fiscal, laboral, política, educativa-- haya sido aprobada en las cámaras de Senadores y Diputados sin haber escuchado “suficientemente” a la sociedad, cuando la participación ciudadana debería tener mejores cauces para su expresión:
“Y para eso están las instituciones, las autoridades deben mostrar ese cauce. Me da pena, pero yo no me siento representado ni por los senadores ni por los diputados. Digo, ¿a qué hora nos han consultado para finalmente tomar sus decisiones? Porque son nuestros representantes, pero ni usted, seguramente, ni yo, hemos sido consultados.”
Lamenta también que en lugar de abrir vías a la expresión ciudadana se estén cerrando:
“Porque además hay acuerdos que son de una superficialidad completa, un acuerdo político cupular, como el asunto de la Ley de Participación Ciudadana que se acaba de votar, esto de que se necesitan 40 millones de personas para que haya una consulta popular ¡es absolutamente demencial! Es imposible, mejor que simplemente se diga que no se puede hacer consulta popular. Pero, de veras, dejarlo en los términos como quedó plasmado en la ley es una mentira, ¿cuándo va usted a poder aplicar algo así?”
Nacido en Amatitlán, Jalisco, el 19 de octubre de 1946, el profesor e investigador emérito del Colegio de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM recibió el premio en una ceremonia realizada en el Patio de Honor de Palacio Nacional.
Fue el único que, al recoger la medalla, el diploma y el cheque que conforman el reconocimiento de manos de Enrique Peña Nieto, le dijo algo que no se alcanzó a escuchar por falta de micrófonos. Quien habló en nombre de todos los galardonados fue el también sociólogo e historiador Roger Bartra Muriá, quien aludió a las reformas, resultado de un pacto que “en algunos casos se han quedado cortas y en otros han sido distorsionadas”.
Y tras recordar que de joven perteneció a la generación del 68 y participó en diferentes movimientos que han abonado a un sistema más democrático, dijo que “la injusticia, la explotación y la desigualdad siguen siendo un gran problema en nuestro país. Aún es significativo el peso del autoritarismo y la corrupción. La violencia homicida continúa tiñendo de sangre nuestro territorio”.
--¿Se sintió representado por las palabras del doctor Bartra? --se le preguntó a Martínez Assad, reconocido por sus estudios en materia de historia regional, entre otras aportaciones.
--Sin duda, creo que Roger Bartra estuvo en un tono muy adecuado y hemos coincidido en muy diferentes ocasiones, pues aunque desde diferentes trincheras, podemos decir que yo también soy de la generación del 68 y estuve el 2 de octubre en Tlatelolco.
“En cierta forma somos como supervivientes de una época también muy compleja, pero bueno, estaremos de plácemes si sobrevivimos a ésta porque la situación está realmente muy complicada: Siria y México han sido calificados como los lugares de más alta peligrosidad, pero Siria está en guerra y se supone que nosotros no, así es que ojalá y --de veras-- podamos seguir haciendo más celebraciones y se encuentre solución a los grandes problemas que enfrenta este país.”
--¿Qué le dijo a Peña Nieto?
--Le hice algunas apreciaciones sobre lo que veo en el país y él fue muy receptivo, me dijo que quisiera conversar más ampliamente sobre lo que le comenté, que es lo que veo en la sociedad y en general en el país. Y si hay alguna respuesta más concreta se la haré conocer a los medios.
--¿Qué es lo que le preocupa a usted?, ¿qué quisiera manifestarle?
--Lo que se desprende del trabajo que he realizado sobre el desarrollo equilibrado del país y lo que es el conjunto nacional en el momento actual; los grandes desequilibrios que vivimos, los cambios económicos, políticos, sociales, culturales. Fue en torno a esto la propuesta que le comenté.
Consideró que “finalmente, el premio nos da un poco la libertad de insistir” en temas que como investigador ha seguido, entre ellos “la concentración económica, política y cultural de la Ciudad de México que ha provocado un desarrollo desequilibrado en el país en educación, cultura…”
Y puntualizó:
“Hay que estar muy atentos y ojalá nos atiendan cuando tenemos alguna idea sustentada en el trabajo que hemos realizado.”