Actualidades escénicas. Un viaje al "Centro-Periferia y Viceversa"

lunes, 2 de diciembre de 2013 · 22:30
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- En un rincón de la calle de Oslo –un callejón encantador de la Zona Rosa– se encuentra un lugarcito casi imperceptible. Se llama Hojas de Té, con una entrada minúscula que al cruzarla se convierte en una casa inmensa, llena de pasadizos, escaleras y mundos. En el tercer piso se encuentra un pequeño foro que remite a las salas de teatro independiente neoyorquinas. Ahí se presenta Centro-Periferia y Viceversa, obra experimental posmoderna escrita y dirigida por Fernanda del Monte, quien recientemente ganó el Premio Internacional de Ensayo Teatral 2013 en la 34 Muestra Nacional de Teatro por el escrito Territorios textuales en el teatro denominado “Postdramático”. La obra en Hojas de Té (Oslo 7) cuenta la relación amorosa entre un italiano y una latinoamericana. El texto suena a una sola voz narrada por tres voces que nos llevan entre el italiano, el francés y el español. Nos sumerge en sueños y nos arrastra a las pesadillas de los personajes. Miramos frente a frente a reyes y dioses. La obra recurre a la narración que fluye con ritmo escénico. La intimidad del espacio permite un diálogo cara a cara con el público. No se puede pretender que no se está ahí, que la frase no va dirigida si el actor lo está mirando a los ojos, no se puede intentar deslindarse de la historia, pensar que lo que está enfrente no es real. Centro-Periferia y Viceversa es una obra de teatro, pero también es una obra de poesía y danza. Se pregunta sobre la posibilidad de vivir o no en una ciudad, pero también sobre los mecanismos de poder que hay entre el centro y la periferia: “¿Se puede vivir en el centro sin sentir mareo?, ¿se puede vivir en la periferia sin desaparecer?”. Las tres actrices, Mai Elissalt, Xirín Asta Cházaro y Valeria Betancourt, a pesar de que tienen diferencias obvias, logran una unicidad extraña. Consiguen fusionarse en una misma y, al revés, crear el desdoblamiento de un solo personaje. Tres seres que tienen la vivencia común. Cabe destacar el increíble trabajo corporal de Elissalt, quien en una escena maneja movimientos que parecen físicamente imposibles. Es como si volara o estuviera manipulada por una fuerza externa que no puede controlar. Los originales “vestuarios-utilería” de elementos reciclados fueron diseñados por Erick Puertas. Al usarlos, los actores se convierten en una especie de maniquíes con movimientos lentos y tiesos, contrarios a los fluidos y elásticos de cuando están libres. Centro-Periferia y Viceversa es una experiencia sensorial e íntima. Las últimas funciones de esta corta temporada son el próximo jueves 5 y viernes 6 de diciembre a las 20:00 horas.

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