Libros: Rebelde insumiso

lunes, 11 de marzo de 2013 · 20:04
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Javier Cercas (Cáceres, 1962) es estimado como uno de los escritores más importantes de la lengua española. En 2001 publicó la novela Soldados de Salamina, que fue recibida con gran aceptación por la crítica y el público lector (y llevada al cine). Posteriormente ha dado a conocer La velocidad de la luz (2005) y Anatomía de un instante (2009). Ahora aparece en librerías Las leyes de la frontera (Mondadori. Col. Literatura No. 504; Barcelona, 2012. 382 p.). La narración, en la primera parte, trata sobre la vida de un adolescente de clase media: Ignacio Cañas (El Gafitas), que se une a la banda de un delincuente, El Zarco, en la España de los años setenta. Para hacerlo cruza la frontera que divide a los barrios altos de los bajos y entra en un mundo sórdido. Con el grupo roba coches, casas, bancos y asalta a personas, así como se enamora de Tere, su compinche, hasta que algunos de los miembros son capturados por la policía y el grupo se disuelve. La segunda parte ocurre varios años después y describe el reencuentro de Cañas y su antigua amada, así como con El zarco, quien continúa encarcelado y al que trata de defender. El acercamiento provocará que los sentimientos renazcan e impulsará a resarcir los entuertos. Sin embargo, se enfrentará con una serie de resistencias e imposibilidades políticas, culturales, sentimentales. En esta novela Cercas aborda una de las maneras de la rebelión juvenil. Cuando los adolescentes no tienen oportunidades se inconforman con el orden establecido. Algunos lo hacen a través de la transgresión y la delincuencia para obtener lo que se les niega: prestigio y bienes, hasta que son encarcelados. En prisión sufren de una mayor contención, ante la cual reaccionan con violencia y quebrantan las normas, disciplinas y maneras. Ante esta desobediencia la autoridad responde con un aumento de las penas y disciplinas. Así lo dice El gafitas al referirse a la situación de su excamarada: “La reputación de El zarco en las cárceles era pésima… durante años se había dedicado a denunciar o insultar a los funcionarios… tachándolos de fascistas y torturadores y, en muchos de los incidentes carcelarios en que había intervenido, había atacado y tomado como rehenes a muchos de ellos… El resultado de todo esto era que, en cuanto El Zarco ingresaba en la cárcel, todos los funcionarios que trabajaban allí se conjuraban para hacerle la vida imposible”. Así, el insurrecto queda atrapado por su obstinación debido a una concepción insumisa, que le impide aceptar cualquier forma de adaptación, o miedo a la libertad, que provoca un permanente castigo para evitar la excarcelación. Javier Cercas en Las leyes de la frontera ha escrito una novela ágil, al recurrir a la entrevista como forma narrativa, y presenta una realidad despiadada, en donde caben múltiples interpretaciones sobre lo sucedido. Sin duda, un texto espléndido que confirma a Cercas como un gran escritor.

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