MÉXICO, D.F. (apro).- Detectar a tiempo la presencia del virus del VIH, un tratamiento agresivo en el periodo inicial del padecimiento y nuevos medicamentos retrovirales podrían ser la nueva senda hacia la cura del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.
Pero mientras en los países del primer mundo se impulsan amplias campañas de prevención, detección y atención médica para la pandemia, en México la cifra de enfermos va en aumento. El problema se agudiza porque ante el miedo de ser víctima del escarnio social, millones de personas prefieren la incertidumbre antes que la certeza de padecer la infección.
A esta circunstancia hay que sumarle la falta de campañas que concienticen a los grandes núcleos poblacionales del país del riesgo de contraer la enfermedad si no se utiliza el condón.
Según datos del 2010, Censida estima que “225 mil personas viven con VIH. En 2009, México ocupó el segundo lugar en América Latina en cuanto al número de infecciones (después de Brasil). Sin embargo, en prevalencia de VIH ocupó el lugar 17. México comparte fronteras con países con epidemias más dinámicas como los Estados Unidos, Guatemala y Belice.”
La Ciudad de México es la zona más afectada del país. Según los datos del 2010, los primeros datos fueron detectados en 1983. La cifra de enfermos detectados rondaba en 2010 cerca de los 40 mil casos, lo que implicaba el 17% de la población de enfermos en todo el territorio.
Después del Distrito Federal los estados con mayor índice de la enfermedad son Veracruz, Baja California, Yucatán y Quintana Roo. El estado con menor número de casos es Zacatecas.
Sin embargo, los datos no arrojan el verdadero comportamiento del mal, porque se sabe que la mayor parte de los enfermos son tratados por enfermedades como la neumonía y el cáncer y sus datos no se incorporan a las bases de datos formales.
La cura
Según investigadores del Instituto Pasteur de París, Francia, 14 pacientes han sido “curados funcionalmente” después de que se les administró una combinación de terapia retroviral (cART) para detener la propagación de del sida en su organismo ya infectado.
“Nuestros resultados muestran que un tratamiento temprano y prolongado de cART podría permitirle a ciertos individuos con un no muy buen pronóstico obtener un control a largo plazo”, acaba de anunciarse.
La investigación tendría serias y muy importantes implicaciones en la investigación de punta de lanza en el campo de la virología, el cáncer.
El anuncio médico ha causado gran revuelo a nivel mundial y se suma a la noticia aparecida en The New York Times y en las principales agencias noticiosas del mundo en la que un grupo de médicos estadunidenses aseguró que una niña habría vencido al VIH.
La niña en cuestión nació en el Mississippi rural, se dice que es afroamericana y fue diagnosticada como portadora de la enfermedad a las pocas horas de haber llegado al mundo. La madre no lo sabía y, según las primeras pruebas a las que fue sometida, la hija se habría infectado por vía intrauterina y no durante el parto.
Fue enviada de inmediato al Centro Médico de la Universidad de Mississippi, donde la doctora Hanna B. Gay le suministró --a las 30 horas de nacida-- un tratamiento muy agresivo y poco convencional de tres anti retrovirales en lugar de los dos que se suelen dar en casos de recién nacidos.
La niña permaneció en tratamiento y observación durante un periodo de 18 meses hasta que su madre dejó de ir al hospital por razones desconocidas.
La pequeña de dos años y medio regresó apenas al nosocomio para una revisión y los exámenes arrojaron datos que no indican más la presencia del virus en su cuerpo. Una segunda prueba le fue realizada y el resultado fue el mismo.
Los franceses
Denominado como “El séquito Visconti”, el grupo de 14 enfermos de sida fue diagnosticado de VIH en las primeras semanas de haber adquirido la infección. Habrían recurrido a exámenes médicos aquejados de otros síntomas y molestias.
Una vez que se les hizo el diagnóstico, se sometieron durante tres años a un tratamiento sistemático y sostenido de retrovirales. Posteriormente dejaron de tomar los medicamentos y en sus análisis, si bien aparece el virus, los datos clínicos muestran un estado de “remisión” de la enfermedad. Es decir que si bien aún se le considera incurable, el sida podría ser controlado y con un amplio margen de espectro de vida para quienes lo padecen. Es por eso que se le llama “cura funcional”.
No obstante, la imposibilidad de detectar pronto la infección y el elevado precio de los medicamentos ha causado que la pandemia crezca cada vez más. Sobre todo en las zonas pobres y marginales del mundo.
Los hallazgos de los franceses se suman a los de los estadunidenses y los alemanes; estos últimos han investigado en el campo de la medicina genómica, avanzando cada vez más hacia solucionar los problemas como la utilización de células madre de pacientes con alta resistencia a la enfermedad.
Sin embargo los médicos franceses precisaron que el caso de los 14 pacientes de “El séquito Visconti” se trata de una situación especial que se encuentra sólo a medio camino de la verdadera cura de la enfermedad y habrá que analizar porqué lograron entrar en una “cura funcional”, mientras que otros millones de infectados en el mundo no.
Pero con gran optimismo explicaron que “se abre una nueva senda para entender la prognosis de la enfermedad, y la esperanza de encontrar una cura total es alentadora”.