Repudian trabajadores del sector cultural imposición en el SNTE

miércoles, 6 de marzo de 2013 · 20:38
MÉXICO, D.F. (apro).- Trabajadores del sector cultural, agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), repudiaron la imposición de Juan Díaz de la Torre como sucesor de Elba Esther Gordillo y anunciaron su participación en las movilizaciones magisteriales que demandan la elección de su nuevo representante por la vía del voto secreto y universal, “como en cualquier democracia del mundo”. En conferencia de prensa en el hotel Majestic del Centro Histórico, representantes sindicales del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Centro Nacional de las Artes (CENART) y el llamado Colectivo de Cultura, entre otros, fijaron también su posición respecto de los resultados de la fiscalización a la cuenta pública del 2011 del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), presentados hace unas semanas por la Auditoria Superior de la Federación (ASF). Los representantes sindicales coincidieron en que Elba Esther Gordillo Morales debió haber sido aprehendida desde hace tiempo por corrupción y por otros delitos, como el asesinato del profesor Misael Acosta Núñez. Además, dijeron que detrás de la captura de la exlideresa del SNTE no está la voluntad de justicia del gobierno federal, sino la intención de deshacerse de una “adversaria” política que se opuso a la reforma educativa. Elena Luna, del Colegiado de Educación de la Sección XI del SNTE, dijo incluso que no fue casual que la detención de Gordillo se diera justo un día después de que se proclamó constitucionalmente la reforma: “La caída de Elba Esther no es más que un engaño, una farsa que levanta un telón de humo, lo que hay en el fondo es la afectación de los derechos laborales de los trabajadores. Creemos que con esta medida lo que se busca es profundizar en las reformas educativa y laboral”. Mencionó, como ejemplo, que en la propia Secretaría de Educación Pública se practica desde hace años el outsourcing en áreas de mantenimiento, vigilancia y limpieza, y hay contratos temporales de tres o seis meses que “afectan la estabilidad del empleo”. Y agregó que para realmente democratizar al SNTE no basta con la caída de Gordillo y su encarcelamiento; subrayó que deben ser los propios trabajadores, a través de la movilización, quienes defiendan la educación pública, la cultura y los derechos laborales del sector. Privatizar la cultura Respecto de la auditoría realizada al Conaculta, el dirigente Rubén Darío expresó que, en opinión de los trabajadores, hay un trasfondo que les preocupa, pues los datos no sólo hablan de opacidad en el manejo de los recursos por parte de los funcionarios del sexenio pasado, sino también de la falta de indicadores para evaluar el cumplimiento de los programas. Detalla un documento entregado en la rueda de prensa: “La auditoría señala que no se logró que todos los mexicanos tuvieran acceso a bienes y servicios culturales que proporciona el INBAL sobre el patrimonio artístico y la promoción y difusión de las bellas artes. Pero en ningún momento se refiere al objetivo social del INBAL”. En los hechos, dicen los trabajadores, el Conaculta se apunta como acciones propias las que realiza el INBA o el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y al ser evaluadas en forma negativa se busca desprestigiar a los institutos para fortalecer al Conaculta (al cual vale recordar, se han opuesto desde su creación), abrir los cauces a la posible creación de una secretaría de la cultura o hacia la privatización de la cultura: “...estas acciones del Poder Legislativo y del Ejecutivo, se encaminan a la privatización de los institutos de cultura (INBAL e INAH) como antes ya ha sucedido con órganos desconcentrados o paraestatales, llámese, Telmex, Compañía de Luz y Fuerza, etc. De los cuales nos vendieron la idea de que no eran funcionales y resultaron en manos de la iniciativa privada el más lucrativo negocio. “Se intenta hacer lo mismo con la cultura, ya que en otros países representa el 7% del producto interno bruto. Por lo tanto, estamos en desacuerdo que se desacredite al INBAL y por ende nuestro trabajo. Por más de 60 años la institución ha sido reconocida nacional e internacionalmente por su trayectoria, en la cual hemos colaborado los trabajadores de base agremiados a la D-III-22 del INBAL.” Darío recordó que fue el caso del Auditorio Nacional donde hace varias décadas cualquiera podía ver espectáculos de primera, como los ballets rusos, por cinco pesos, y ahora se pagan precios excesivos por la presentación de artistas impulsados por las televisoras Televisa y TV Azteca, y la empresa Ocesa. Se advirtió asimismo que los supuestos señalamientos de opacidad o mal manejo de los recursos, o la adjudicación de contratos de manera directa, hechos en la auditoría ni siquiera permitirían fincar responsabilidades contra los exfuncionarios de las instituciones, por lo cual sí temen un interés más bien orientado al debilitamiento de los institutos y la separación del binomio educación y cultura.

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