Muestra "La fotografía, un lenguaje visual", de Grisel Vistraín

lunes, 22 de abril de 2013 · 23:00
MÉXICO, D.F. (apro).- Con una selección de 20 retratos capturados por la cámara de Grisel Vistraín La fotografía, un lenguaje visual, esta mañana arrancaron las actividades conmemorativas del Día Mundial de la Propiedad Intelectual en el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor), cuyo director Manuel Guerra presidió el convivio en la galería del organismo que dirige. Entre los personajes que presenta la retratística de Vistraín figuran fotos a Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Manuel Álvarez Bravo, Víctor Hugo Rascón Banda, Alex Lora, Sting y Carlos Monsiváis. Grisel Vistraín sostuvo un diálogo con el público asistente, durante el cual fue destacada su lucha a favor de los derechos de autor al frente de la Sociedad de Autores de Obras Visuales (SAOV) por el fotógrafo Antonio Caballero. Ella dijo a la agencia de noticias Apro: “Esta es mi primera exposición individual y no sabría decir cuál de las fotografías aquí es mi favorita. Me gusta retratar a la gente como es, pero no creo en eso de que te robas el alma de tus personajes fotografiados. Tenemos una visión muy distorsionada de nosotros mismos, pues siento que hay dos imágenes de lo que somos: aquella que tú crees tener y la que la otra gente ve de ti. Detener ese instante de la persona que estoy retratando para mí concreta su personalidad y eso es lo más interesante para mí. “La fotografía es un arte particular, único y maravilloso, como imagen visual nos está llegando en una proporción de 80% cada día normal de nuestras vidas. Para ser fotógrafo se necesita estudiar, prepararse, leer mucho de todas las artes, como decía mi maestro don Manuel Álvarez Bravo, estar inmerso en lo que es la cultura a nivel nacional e internacional.” Vistraín recordó que su pasión fotográfica le nació como un hobby familiar, desde niña: “Iba en secundaria y me gustaba tomar fotos primero de la familia en eventos como los cumpleaños; posteriormente me dio por tomar fotos en la escuela, que después me daría cuenta fueron cual registro de eventos que me llamaban la atención. “Recuerdo una vez que estaba chica y yendo hacia Veracruz en carretera, me acuerdo perfectamente que vi unas vacas y unas montañas verdes, muy verdes, esa vegetación hermosa de Veracruz, y entonces les pedí a mis familiares que pararan el auto, me preguntaron que por qué y les dije: “¡Tengo que retratar esas vacas!’.” Estudió periodismo y no descubriría que lo que verdaderamente le apasionaba era la fotografía sino a partir de un viaje a Europa, donde al fin halló el notable significado de estudiar profesionalmente con profesores de la lente en Praga, Checoslovaquia. “Y cuando regreso a México, me inscribí para un curso en el CUEC de la colonia Del Valle con grandes fotógrafos como Nacho López, Gabriel Figueroa Flores hijo, quien era un maestro excelente, pues tuvo una alta calidad de estudios en el extranjero, y doña Lola Álvarez Bravo, una experiencia única. “Gracias al maestro don Gabriel Figueroa Flores, a quien admiraba, por él me acerco mucho a lo que es la fotografía y curiosamente se da no por la foto fija sino por el cine, él nos impartió a los alumnos una clase de iluminación y me pareció una oportunidad de oro que se me grabó en la memoria para aplicar todo lo que aprendí en el resto de la vida.” Se convirtió en asistente de Manuel Álvarez Bravo. “Me presento con él en una exposición en avenida Paseo de la Reforma, me da su teléfono, me dice ‘Sí, búsqueme’, y así me convertí en su ‘ayudanta’ como él me llamaba, su casa siempre estaba llena de periodistas, gente que deseaba les enseñase fotografía y demás, él fue otro gran personaje en mi vida, un artista extraordinario de la cámara. “Ahí con Manuel Álvarez Bravo empecé a tener certeza de que la fotografía era algo que yo tenía que ejercer como profesión. Porque es muy difícil dar el paso cuando tú lo ves como una cosa maravillosa en la vida y aceptas verlo también como una profesión y que debes ejercerla como tal.” Al final del diálogo, Claudia Salazar ofreció un concierto de guitarra clásica, con obras de Ponce, Villa-Lobos y Antonio Lauro.  

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