INAH reporta hallazgos en el Centro Histórico del DF

martes, 7 de mayo de 2013 · 13:57
MÉXICO, D.F. (apro).- En días pasados, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció el descubrimiento de vestigios prehispánicos --entierros, pisos, desplantes de muros y restos de canales--, que datan del siglo XVI al XX en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realiza trabajos de la modernización del cableado eléctrico subterráneo. Los hallazgos forman parte de una cadena de otros descubrimientos anteriores que, a decir verdad, resultaron en su momento de notable trascendencia arqueológica. Quizá el más importante de todos, se dio en la actualmente conocida Zona Arqueológica del Templo Mayor, con el hallazgo del monolito Coyolxahuqui, “Diosa de la luna”, cuando iban a cambiar un transformador de luz entre las calles de Argentina y Guatemala, el 28 de febrero de 1978. La noticia acaparó los titulares de la prensa nacional y se le catalogó como el descubrimiento más importante después de la “Piedra del sol” o Calendario Azteca (Proceso, # 70, 78, 82). De hecho, si tomamos en cuenta que el Centro Histórico está cimentado sobre las bases de la gran México-Tenochtitlán, no sería motivo de desconcierto que por cada metro cuadrado que se escavara, uno se encontrara con algún trocito del México prehispánico... Ahora, según información del INAH, un equipo de entre siete y 12 arqueólogos de la dirección de Salvamento Arqueológico (DAS) inspecciona las labores que se efectúan trabajadores de la CFE en el Centro Histórico desde 2010 a la fecha, a fin de evitar daños al patrimonio cultural enterrado y proceder a su recuperación. Los trabajos que se llevan a cabo durante la noche en Belisario Domínguez (al norte), Lucas Alamán al sur, Circunvalación al oriente y Eje Central Lázaro Cárdenas (al poniente), son principalmente para renovar la infraestructura eléctrica que lleva más de 50 años en operación. De los varios descubrimientos, destaca un entierro infantil recuperado en septiembre de 2012 en la calle Nezahualcóyotl, a una profundidad de un metro 75 centímetros sobre el nivel de la calle. Se trata de un cráneo fragmentado, huesos largos y vértebras de un individuo de seis años de edad, cuya posición original no se pudo determinar porque estaban alterados. Asociada a dicha osamenta, se halló una vasija monocroma fragmentada de aproximadamente 30 centímetros de alto, en cuyo interior se encontraron restos óseos humanos cremados de un individuo de entre 15 y 17 años de edad, y sexo no identificado. También, sobre la localización de dos entierros semicompletos encontrados en febrero de 2011, en la calle Miguel Alemán esquina con Mixcalco. Uno fue localizado en plano bastante superficial, a 1.15 metros de profundidad y corresponde a los restos óseos removidos de una mujer de alrededor de 30 años. El otro, en ese mismo sitio pero a una profundidad de 1.75 metros y bajo un piso completamente sellado, fue un individuo masculino de 45 años, hallado en posición de cúbito fetal, acompañado de una figurilla antropomorfa en cerámica. Otros hallazgos registrados durante las obras que lleva a cabo la CFE son una serie de canales de desagüe que datan del siglo XVIII y hasta principios del XX, cuyas dimensiones van de los 40 centímetros hasta un metro de ancho. Manufacturados con ladrillo, piedra volcánica y lajas de andesita, algunos presentaban señas de modificaciones, es decir, que fueron agrandados por la demanda de agua en la ciudad. De entre éstos, destacan los de la época del Porfiriato, que se identifican porque están vidriados, a decir de los investigadores del INAH. Además, en marzo de 2012, se localizaron restos de muros, a una profundidad de 2.50 metros, pertenecientes a construcciones coloniales como el Colegio de San Pedro y San Pablo, donde se hallaron dos etapas constructivas. La primera es un muro estucado a base de lajas, y la segunda un sistema constructivo a base de pilotes. Dicha estructura se halló en la parte norte del inmueble, en la calle de República de Venezuela. Por ese mismo mes, en las calles de Donceles y Soledad, casi esquina con Academia —a unos 2.50 y 1.50 metros, respectivamente—, se encontraron partes de pisos prehispánicos; el primero manufacturado con lajas de basalto y el segundo, con un aplanado estucado. Por su cercanía con el Templo Mayor se piensa que ambos formaban parte del recinto ceremonial. Tales vestigios, así como los restos de muros y canales, fueron registrados y enterrados nuevamente, con el objeto de asegurar su conservación. La serie de nuevos hallazgos permitirán determinar áreas habitacionales del antiguo islote que no han sido exploradas en su totalidad, para ver hasta dónde abarcaban los complejos arquitectónicos no sólo prehispánicos sino también coloniales, e inclusive reconocer a nivel estratigráfico qué áreas del centro se encuentran alteradas. “La obra de la CFE lleva cerca de un 95% de avance y hasta la fecha se han realizado más de mil sondeos arqueológicos. Las excavaciones van de los 30 centímetros hasta los 3 metros de profundidad, y de 1.20 hasta 5 de longitud”, informó Belém Beltrán Alarcón, responsable del proyecto Modernización de la Red Eléctrica del Centro Histórico de la Ciudad de México CFE-INAH.

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