Los triunfos más rápidos de todos los tiempos, por Graham Burgess

martes, 7 de mayo de 2013 · 13:32
MÉXICO, D.F. (apro).- El ajedrez es de una riqueza asombrosa. Podemos dedicarnos a estudiar, por ejemplo, las partidas de un gran campeón, Alekhine, o bien, trabajar sobre finales básicos de torres, tan difíciles de dominar. Podemos ver problemas y composiciones artísticas también, etcétera. Es decir, hay para todos los gustos y necesidades. Así como podemos disfrutar una gran comida o bien, zamparnos una botana ligera. Con esto en mente, el libro de Graham Burgess es uno más de la colección de triunfos rápidos en ajedrez. Chernev publicó en 1955 su libro "1000 Best Short Games of Chess", o bien Wall, que en los ochenta publicó su serie de 500 miniaturas. Reinfeld, prolífico autor norteamericano, escribió en 1961 su "Great Short Games of teh Masters" y el Maestro Internacional McDonald, en 1995, publicó "Modern Chess Miniatures", que contiene apenas 80 juegas, profusamente comentados. Ahora el Maestro FIDE Graham Burgess sale con una interesante obra, en donde las partidas duran unas 13 jugadas máximo, contra lo usual que es de 20 a 25. Usando la tecnología moderna del cómputo, Burgess recolecta unos 2000 encuentros. Sin embargo, aunque se ha hecho énfasis en la cantidad de partidas, no quiere decir esto que la calidad no se haya tomado en cuenta. Burgess ha organizado e indizado este masivo conjunto de partidas de manera útil, por apertura (aunque no hay índice de jugadores). Así, uno puede concentrarse en el repertorio propio, si es que se desea trabajar sobre las sutilezas y trucos que las aperturas que uno juega tienen. Podemos ver que muchos temas tienen que ver con sacrificios de un alfil, ya sea en f7 o en h7 y que además, los protagonistas de estas cortas batallas incluso son jugadores de alto nivel que de pronto pierden el rumbo y son derrotados en pocas jugadas, algo que quizás hubiésemos pensado solamente les ocurre a los principiantes. La realidad es que nadie está exento de un error infame que lo obligue a rendirse en una decena de jugadas. También pueden verse partidas donde el derrotado parece haberse rendido prematuramente, como en la famosa partida entre Bernstein vs Tartakower, París 1937, en donde después de 1. e4 e5 2. Cf3 d6 3. d4 Cf5 4. dxe5 Cxe4 5. Ac4 Ae6?! 6. Axe6 fxe6 7. De2 d5 8.Db5+ Cc6 9. Cd4 Dd7 10. Dxb7?! Ab4+ 11. c3 Cxd4 12. Dxa8+ Ke7 13. Dh8 Db5 y las blancas se rindieron creyendo que el mate en e2 era inevitable, cuando de hecho, después de 14. Dxg7+ Rd8 15. Dg8+ Rd7 16. Dxh7+ Rc6 17. Dh5 probablemente tengan al menos tablas. De ahí debe haber surgido el comentario de Tartakower mismo, el cual es ya famoso: "Nadie nunca ha ganado una partida de ajedrez rindiéndose". Burgess divide las partidas en 6 tipos: 23 juegos en aperturas de flanco; 15 en aperturas irregulares de peón dama; 78 en aperturas semiabiertas de peón rey; 65 en aperturas abiertas de peón rey; 21 en gambito de dama y líneas de peón dama simétricas y 13 en las variantes indias. A pesar de ser muchos encuentros, cada juego tiene muchas notas y variantes. Cada partida trae un diagrama y quizás tanta información abruma. No parece ser un libro fácil de leer sin usar un tablero de ajedrez. Igualmente, el tipo de letra no ayuda demasiado, porque el autor ha literalmente comprimido cientos y cientos de partidas en poco espacio. Así pues, este no es un libro para leerse casualmente, sino que obliga a trabajar en él. Cabe decir que en la visión de Edward Winter, un quisquilloso analista/historiador de ajedrez (que se asume es une quipo de trabajo y no una persona), el libro de Burgess tiene "probablemente la mayor cantidad de datos incorrectos sobre las partidas que presenta". Y cita dos ejemplos, uno en una partida de Capablanca vs NN, en simultáneas, EEUU, 1914 (página 160) y otro en la página 67, en donde -de acuerdo a Winter- "nombre del rival de Alekhine equivocado, año equivocado y conclusión errónea". Aparentemente Burgess fue víctima de una base de partidas con encuentros falsos o no registrados correctamente. Burgess es lo suficientemente honesto para decir que sus fuentes ocasionalmente no fueron muy confiables, pero que él hizo lo que pudo para paliar esta situación. No obstante, no lo logró totalmente. Por ejemplo, en la famosa partida Botvinnik-Spielmann, de Moscú, 1935, la anécdota parece estar llena de datos falsos. Pero quizás lo importante del libro no sea hacer énfasis en estos errores históricos. La realidad es que el libro está lleno de mucho ajedrez, de ingeniosas variantes, de espectaculares trampas. ¿Qué importa si en una partida de Alekhine se dice que su rival era Navarro, Nabarro o Nabaho? Sin duda el trabajo del maestro FIDE Burgess es exhaustivo y vale la pena trabajar en este libro, aunque hay que armarse de paciencia y hasta de una lupa, pues el tipo de letra es chico (para poder poner esta masiva cantidad de partidas algo hay que sacrificar). The Quickest Chess Victories of All Time, por Graham Burgess, 1998 Cadogan Books, Londres, 224 páginas, $19.95 dólares, aproximadamente.

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