Secretos de la intuición en ajedrez, de Alexander Beliavsky y Adrian Mikhailchisin

martes, 13 de agosto de 2013 · 14:23
MÉXICO, D.F. (apro).- La intuición en ajedrez suele ser un tema misterioso y los autores Alexander Beliavsky y Adrian Mikhailchisin han decidido atacarlo. El libro inicia con un intento por definir la intuición en ajedrez y después de esta sección de introducción, se siguen 19 capítulos que tratan de los diferentes aspectos de esto, por ejemplo, intuición para sacrificar, para correr riesgos (que no pueden ser calculados hasta las últimas consecuencias), intercambio de piezas, etcétera. Al final del libro, los autores ponen a prueba a los lectores. El problema es que para empezar, los autores no llegan a una definición completa sobre lo que es la intuición y se remiten a las definiciones que pueden hallarse en, por ejemplo, la Enciclopedia Británica. “En filosofía, el poder de obtener conocimiento que no puede ser adquirido por la razón o la experiencia. Como tal, la intuición es una fuente original e independiente de conocimiento, ya que no depende de otras fuentes”. Esta definición no parece ser la más adecuada en ajedrez. En el juego ciencia consideramos que la intuición de un ajedrecista tiene que ver con la experiencia que tiene en el tablero. Evidentemente el tema parece elusivo. Anand ha dicho, por ejemplo, que “la intuición es la primera jugada que veo en una posición”, mientras que Gena Sosonko indica: “Detrás de la palabra intuición está nuestra experiencia subconsciente del juego y sus ideas; ya sean nuestras o de terceros”. De acuerdo con los autores de este libro, hay tres tipos de intuición: de combinación, posicional y psicológica. Las dos primeras, parecen pensar los autores, son obvias para nosotros pues no se molestan en definirlas. Sobre la intuición psicológica, los autores la definen como “la predicción de los planes del oponente, y consecuentemente, el poder tomar medidas preventivas contra esto”. Y entonces los autores hablan de los elementos, como el “bluff”, en donde el que engaña puede salir perjudicado si el rival está atento. Uno de los mejores capítulos el que trata del análisis, la intuición y los errores al evaluar (o enjuiciar) una posición, lo cual son problemas que todos los jugadores hemos enfrentado. Por ejemplo, si uno tiene una posición difícil, sobre la cual no tenemos forma de evaluar, ¿cuándo y cómo terminamos nuestros cálculos? Los autores indican que este es un tema de gran interés porque en casos así se toman decisiones intuitivas pues el análisis no puede ir más y más profundo. Se hacen en el libro análisis al respecto e incluso citan a Kasparov: “antes de ser absorbidos por las variantes profundas, es primero necesario relajarse y examinar el campo de batalla en calma para obtener el marco de referencia adecuado para pensar”. Por supuesto que esto no necesariamente es un consejo práctico, que pueda seguirse fácilmente, pero bueno, es un consejo interesante. Sobre cuándo calcular y cuándo basarse en la intuición, los autores se enfrascan en una interesante discusión, la cual no concluye en algo real. Cabe decir que los grandes jugadores no calculan todo hasta el final, sino que se basan en la intuición y como ellos, nosotros los mortales, debiésemos hacer lo mismo. Desafortunadamente los siguientes capítulos son cada vez menos claros. Aparentemente muchas de las posiciones se resuelven básicamente a través del cálculo más que por la intuición. Por ejemplo, de pronto se analizan los sacrificios de dama, pero en ninguna parte se diserta el problema de la intuición al realizar sacrificios de esa naturaleza. Hablan también los autores de la intuición en la apertura, y para ello se basan en partidas de Kramnik contra Kasparov, en su match por el campeonato mundial. De acuerdo a lo que dicen en el libro, Kramnik entendió que el peor problema de Kasparov es que no es muy bueno en los finales de partida, por lo que trabajó en preparar aperturas que lo llevaran a finales en donde podría tener más chances de vencer al ogro de Bakú. La pregunta sería: ¿la elección de las aperturas y defensas contra Kasparov fue una decisión intuitiva o fue consciente? En mi opinión, fue la segunda, pues se preparó con meses de antelación. A decir de otros jugadores, como el GM Aagaard, el libro es desilusionante, es decir, el título parece indicar que dos grandes maestros populares van a hablar de sus hallazgos en el tema de la intuición ajedrecística y al contrario, no terminan por definir nada y es claramente un libro que -fuera de los ejemplos que desde luego, son muy útiles ajedrecísticamente-, no devela el misterio sobre este fenómeno del ajedrez y sus jugadores. En mi opinión, poco se saca de esta obra de los connotados autores.

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