"Hambre" y "Carnaval", de Armando Bartra

martes, 24 de septiembre de 2013 · 21:39
MÉXICO, D.F. (apro).- Partícipe de innumerables movimientos sociales, el filósofo Armando Bartra reflexiona sobre su carácter festivo en el libro dual Hambre. Carnaval. Dos miradas a la crisis de la modernidad, coeditado por MC Editores y la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM-X). “¿Qué tienen en común la crisis alimentaria y la grotesca protesta social?”, se pregunta el también sociólogo, profesor de dicha universidad, y responde en las primeras páginas de Hambre: “La debacle civilizatoria multidimensional, cuyo epítome es el hambre, y el talante carnavalesco que adoptan las protestas sociales testimonia el desfondamiento de la modernidad. La naturaleza ‘externa’, encolerizada, nos pasa la factura por la torpeza de nuestras intervenciones; la naturaleza ‘interna’, conspiradora, nos recuerda lo somero de nuestro racionalismo. El prometeísmo inspirador de la promesa capitalista y de la utopía socialista van cediendo al reconocimiento de que haber robado el fuego de los dioses no nos libra de la escasez, de la finitud material y temporal constitutiva de la condición humana.” Editado en un peculiar formato de tamaño media carta, con diferentes estilos de tipografía, vastamente ilustrado, y con sus páginas cosidas a mano (detalle que puede verse en el lomo descubierto), el volumen reúne los dos apartados, “Hambre” y “Carnaval”, aunque pueden leerse de forma separada como si fuesen dos libros distintos. La portada de uno es la contraportada del otro y viceversa, y al terminar la lectura de uno debe virarse el ejemplar de abajo arriba para comenzar la lectura del otro. En la parte de Carnaval, el estudioso que destaca en su autosemblanza no ser miembro del Sistema Nacional de Investigadores, porque “ni falta hace”, explica: “…me he propuesto abonar a la comprensión de las rebeldías, insurgencias y revoluciones con que algunos pueblos asumen los magnos retos del milenio, desempolvando conceptos referidos a prácticas ancestrales, claves añejas que las recientes teorías sociológicas sacaron de circulación como recursos válidos para interpretar nuestro presente.” Publicado a principios de 2013, el volumen de 160 y 80 páginas (respectivamente), se presentó hace un par de semanas en la Facultad de Filosofía y Letras, donde el historiador de arte Alberto Híjar ironizó que el título que alude a “dos miradas” en realidad es “una sola mirada bizca para que todo se revuelva y se confunda, pero a final de cuentas quienes no padecemos estrabismo podemos recuperar la mirada y fijar alguna imagen, alguna noción y hasta algún concepto”. Considera que hay en la propuesta de Bartra en este libro una intención de refundar la dialéctica: “Bartra ha trabajado toda su vida en esto, lo mismo historiando la historieta (con su libro Puros cuentos: historia de la historieta en México), que tocando la raíz de los problemas campesinos, promoviendo publicaciones periodísticas con cualidades suficientes para construir el sujeto necesario para transformar el mundo.” “Carnaval” incluye los capítulos Fin de la partida; Aquelarre: La utopía vivida; El mito revolucionario; Tiempo de carnaval; Estrategias grotescas desde la colonialidad; Musas y gallinas: Los maitines de Juana Inés; ¿Hacer la América?; Carnes tolendas mesoamericanas; Una revolución grotesca; y Posdata: Carnavalizar la política, politizar el carnaval. En tanto “Hambre” compila los ensayos Especulación o escasez, falso dilema; La cuestión alimentaria, emblema de la debacle; Crisis y revolución; Neocampesinismo conservador; Capitalismo rentista; Todas las de perder; y Desarrollistas o bonnes vivantes. En la primera presentación del libro en febrero pasado, Bartra explicó la importancia de participar en luchas sociales con un sentido lúdico: “Uno puede participar en movimientos terriblemente importantes donde se juega el destino de la colonia, de la ciudad, del país o de la humanidad, pero si no se divierte, si no hay fiesta en ellos, si no hay alegría, si no hay entusiasmo, si no hay algo más que el costo beneficio, algo más que la correlación de fuerzas que nos va a permitir lograr o no lo que nos proponemos, si no hay carnaval, serían muy aburridos.” El libro, agregó, pretende recuperar esa dimensión festiva, teatral en el mejor sentido porque el “carnaval es algo serio”, existe en México y en toda América Latina y está presente en él la vida y la muerte. Y redondeó: “¿Por qué hambre y carnaval? Hambre remite a un desarreglo, al profundo desarreglo entre nosotros y la naturaleza externa, ahí hay un choque, no estamos en una relación armónica y esto se expresa en crisis alimentaria, en hambre. Y el carnaval expresa otro desarreglo interno, una inconformidad, una ruptura, necesitamos esta ritualización para reencontrarnos periódicamente.”

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