Juan Gelman, el poeta que eligió a México para vivir y morir

martes, 14 de enero de 2014 · 22:37
MÉXICO, D.F. (apro).- Residente en México por más de dos décadas, luego de varios exilios en el mundo, el poeta de origen argentino Juan Gelman murió esta tarde a los 83 años. Había estado hospitalizado pero falleció en su casa de esta ciudad a las 16:30 horas de lo que médicamente se describió como síndrome mielodisplásico. Nacido el 3 de mayo de 1930 en Buenos Aires, fue el poeta más sobresaliente de su generación, y alcanzó con su obra los más importantes certámenes en lengua española, como los premios hispanos Cervantes de Literatura y Reina Sofía de Poesía, así como el Nacional de Literatura de Argentina, el Pablo Neruda de Chile y, en México, el de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara; además, el Ramón López Velarde de Zacatecas y, el año pasado, la Medalla Bellas Artes, así como el Premio Mondello de Italia. Abrió su prolífica labor poética con el libro Violín y otras cuestiones en 1956, y su producción alcanzaría más de 30 volúmenes, entre los que sobresalen Velorio del solo, Hacia el sur, Oficio ardiente y, en 2011, El emperrado corazón amora. Su colega el poeta Marco Antonio Campos (México, 1949), durante la presentación de la antología de Gelman En el hoy y mañana y ayer en mayo de 2013 en Bellas Artes, dividió su tarea poética en tres partes. “La primera de él y su obra se inscribe en un campo lúdico, lleno de gracia y dulzura. Se desarrolló, poco más o menos, en las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado. “La segunda en su habitual tono relajado y ameno, es un periodo más bien doloroso y sombrío, y lo podemos ubicar aproximadamente desde el año 1976 hasta finales de los noventa. La tercera época, que es la presente, descansa en los años en que Juan Gelman ha buscado la serenidad, la paz y la tranquilidad”. El mismo Campos narró un paseo con Gelman en el que recordó la aciaga experiencia que lo hizo perder a su hijo, a su nuera, embarazada de siete meses, y descubrir que había tenido una nieta que fue robada por el asesino policía en Uruguay: “No me satisface ni me alegra, dice Juan, haber perdido con Mara muchos años en la búsqueda de la justicia, y que los militares, que segaron la espiga de mi hijo y de mi nuera estén en la cárcel, pero mentiría si dijera que eso no me alivia de alguna manera. En los países nuestros la justicia nunca llega o llega tarde, y en la Argentina y en el Uruguay tardó tres décadas. Después del ’83 no acabó el tiempo de los asesinos: no sólo no perdieron sus trabajos, sino ganaron ascensos y se gloriaban de haber pasado por encima el tren y triturado y molido el cuerpo de un enemigo en fuerza cincuenta veces más débil. En el país de los desaparecidos los únicos aparecidos en las calles de las ciudades argentinas y uruguayas en los últimos treinta años fueron los genocidas”, dice con una voz que apenas se oye en el amarillo apagado de la tarde. El 13 de enero de 1978, en vísperas de la Copa del Mundo de Futbol a celebrarse en Argentina, dijo como vocero de los Montoneros en Europa, en una conferencia de prensa en París, que la justa “podría transformarse en una gigantesca conferencia de prensa que permita informar a la opinión pública internacional sobre la tragedia que vive nuestro pueblo”. Afirmó que los Montoneros no impedirían el desarrollo normal de los juegos y que excluyen toda forma de acción violenta contra jugadores y periodistas. “El peligro para los extranjeros no vendrá de las fuerzas de la resistencia, pero puede resultar de las provocaciones de la junta militar. Sabemos de fuente cierta que se fabricarán falsos terroristas, para mezclar nuestro movimiento con esas provocaciones y hacer caer sobre nuestra espalda secuestros y cadáveres. La junta ha presionado a la organización europea de radio y televisión, indicando que los periodistas que den cuenta de otros sucesos que no sean de la Copa serán expulsados del país. Se ha puesto extremo cuidado en el examen de los periodistas acreditados y se han tomado medidas extraordinarias de control”. El poeta, al recibir el Premio López Velarde en Zacatecas, según reportó Roberto Ponce para Proceso el 16 de diciembre de 2001, “tenía lágrimas en los ojos. Pero animó la palabra”: “En el DF hace muchos años tratan de convertirme en lo que llaman chilango y yo me resisto como puedo, con bastante éxito. He recorrido afortunadamente ciudades extraordinarias de México y siempre he sido recibido con bastante cariño, pero nunca con tanto amor como en Zacatecas y Jerez. Aquí nació don Ramón López Velarde, cuyos primeros versos aprendí a los 10 años de edad, porque en Argentina entonces había maestros que lo apreciaban muchísimo y lograban que sus alumnos también lo hiciéramos. No sé cómo retribuir tanto cariño, pero voy a leer algo que no acepta devolución, sino que simplemente es la prueba de que escribo versos. Mi destino.” Las instituciones culturales emitieron diversos comunicados lamentando el deceso del poeta. Mientras que el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, calificó en su cuenta de Twitter que Gelman fue “poeta de alma mexicana”, el Instituto Nacional de Bellas Artes reprodujo sus palabras cuando recibió la Medalla Bellas Artes 2012: “El primer día que pisé este país en 1961, hace medio siglo y un año, me quedé absolutamente fascinado. Fue como un estallido dulce. Y hace 24 años decidí establecerme en México, sostenido por este gran amor al país, y sostenido por el amor a una mujer, mi mujer”. Por su parte, el Fondo de Cultura Económica señaló que “sin dejar de poner un ojo en la experiencia puramente estética, el autor de Relaciones fue un escritor comprometido con la sociedad: voz de denuncia contra las injusticias, como lo comprueba su trabajo periodístico, y de admiración por lo cotidiano”. Entre sus distinciones se encuentran el Premio Nacional de Poesía (Argentina, 1997) y el Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (2000), hoy Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, que al recibirlo el poeta expresó refiriéndose a México: “No estoy exiliado aquí: esta es la tierra que elegí para vivir y morir, la tierra que abrió sus puertas generosas a los perseguidos por las dictaduras del Sur”. Este miércoles 15 será velado a las 9:00 horas en la Funeraria García López de la colonia Juárez, informaron sus familiares.

Comentarios