Presenta Sabina Berman thriller sobre Charles Darwin
MADRID (apro).- Sabina Berman presentó aquí su nuevo libro El Dios de Darwin (Editorial Destino), un thriller donde a través de sus personajes la escritora repasa el inacabable debate entre la religión y la ciencia, entre creacionistas y evolucionistas.
En la novela descubre y profundiza en aspectos hasta ahora poco conocidos de Charles Darwin, el científico inglés cuya legado, sostuvo, aún tiene mucho que ofrecer.
Uno de estos descubrimientos y que le resulta un contrasentido, es que la tumba de Darwin se encuentre dentro de la abadía de Westminster, en Londres, pese a haber sido “el gran ateo”.
“¿Por qué el científico que se le considera el gran ateo, el asesino de Dios, el Moisés que separó las aguas de ciencia y religión, está enterrado en una iglesia? Es el gran misterio de la novela y el último que se resuelve”, aclara.
Durante la presentación de su nueva obra, en el Instituto de México en España, la colaboradora de Proceso sostuvo que para ella representó una catarsis el plantear sus propias dudas y debates internos, darles respuesta, ordenarlos y luego iniciar el proceso creativo de escribir la novela.
También explicó que sus dudas se enmarcan en la propia confusión generacional que se vive entre la religión y la ciencia; incluso para ella ello representó el descubrimiento de cosas nuevas en el legado de Darwin.
No obstante, señaló que en el caso de los creacionistas, quienes ahora se presentan como “diseñadores inteligentes”, confluyen grupos de poder y religiosos que buscan imponerse en la sociedad.
En este libro –que en febrero se publicará en México—, Sabina Berman recupera a su personaje Karen Nieto, que creó para el libro La mujer que buceó dentro del corazón del mundo (2010).
Su personaje se involucra en la investigación para dar con el paradero de un amigo suyo, científico, que desapareció y cuyas claves deberá encontrar en el legado del naturalista.
En sus pesquisas, Karen, una bióloga especializada en atunes, llega hasta la abadía de Westminster, a la tumba de Darwin, y es donde Berman se plantea por qué el científico que se considera el asesino de Dios se encuentra ahí, clave para resolver el fin de la novela.
En opinión de la escritora, esta historia muestra la polémica entre creacionistas y evolucionistas, como sucede hoy en países como México o España, donde persiste el debate y el endurecimiento de normas sobre el aborto o la introducción del creacionismo en carreras de ciencia.
“Darwin es nuestro contemporáneo y con un legado muy importante, por ejemplo la cooperación. La idea de lo apto absorbió todo y la novela refiere que Darwin explicó la idea promisoria de la cooperación”, señaló.
Sabina Berman sostuvo que durante el siglo XX se da una separación de la ciencia y la política en el mundo occidental y se hizo creer a los científicos no se deben meter en temas políticos.
“Es la conexión que tenemos que hacer los que creemos en este mundo de libertades y diversidad y que no creemos en el mundo como plan ya escrito o de milagros”, aclaró.