El último viaje a Las Vegas: Para quedarse en casa

miércoles, 8 de enero de 2014 · 18:23
MÉXICO, D.F. (apro).- Cuando un grupo de excelentes actores se junta para una cinta, lo más probable es que sea un churro en donde prácticamente sólo ellos se divierten. El último viaje a Las Vegas (Last Vegas, EU-2013) no es la excepción. Robert De Niro, Michael Douglas, Morgan Freeman y Kevin Kline se juntaron para hacer una película mediocre sobre un grupo de amigos de la infancia que descubren que, en la tercera edad, también existe un “segundo aire”. La película dirigida por Jon Turteltaub se centra en Billy (Douglas), el más exitoso del grupo, quien está a punto de casarse con una chica de 30 años; la diferencia de edades genera cierta inquietud. La boda tendrá lugar en Las Vegas y Billy necesita reunir a su pandilla para este evento; sin embargo, las cosas están un poco frías con Paddy (De Niro), pero Sam (Kline) y Archie (Freeman) lograrán convencerlo. Conforme se acerca el día de la boda, asuntos pendientes entre Billy y Paddy comenzarán a emerger, así como los achaques espirituales que los cuatro amigos viven en esta etapa de su vida. Por un lado, ver que cuatro sexagenarios aun las “pueden todas” o bueno, casi todas, resulta interesante: Con todo y sus achaques, los personajes se reafirman todo el tiempo, de tal manera que resultan inspiradores; parecen gritar a los cuatro vientos que, como diría Frank Sinatra, lo mejor está por venir. Por otro lado, tantos ejercicios de autoafirmación se van volviendo sosos y predecibles, de tal manera que el desarrollo de la trama se va entorpeciendo. Para cuando los personajes llegan a Las Vegas, que no es ni a la mitad de la cinta, nos damos cuenta que El último viaje a Las Vegas pudo haber durado media hora pero, como los productores tenían que hacer una película, pues… había que alargar la trama. Es una lástima ver a un grupo de buenos actores haciendo como que actúan en una cinta que no es ni inspiradora ni divertida y mucho menos entretiene.

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