Entregan la Presea Cervantina a José Solé y Rodrigo Moya

miércoles, 8 de octubre de 2014 · 22:10
GUANAJUATO, Gto. (apro).- El director de teatro y televisión, José Solé, y el fotógrafo Rodrigo Moya, fueron reconocidos hoy con la Presea Cervantina por su trayectoria e influencia en la vida cultural del país. Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el gobernador Miguel Márquez entregaron las respectivas esculturas a los artistas durante una ceremonia realizada en el Teatro Juárez. Ahí se proyectaron dos videos que mostraron algunos aspectos de sus vidas y actividades. El director José Solé, considerado el decano de los directores teatrales contemporáneos en México y responsable de la adaptación de los clásicos del teatro universal para el público mexicano, en una carrera que suma seis décadas, dijo en el video sobre su trayectoria: “Yo me he podido dedicar a lo que me gusta, y lo que me gusta es el teatro”. A sus 85 años, el fundador de la Compañía Nacional de Teatro y director de la Escuela de Arte Dramático de Bellas Artes, recordó cómo desde que cursaba la secundaria se ocupó de formar un grupo de teatro en Mixcoac, donde nació y creció. El también actor y escenógrafo fue alumno de Julio Prieto en la Esmeralda, donde aprendió escenografía y diseño. Salvador Novo y Enrique Ruelas, fundador del Teatro Universitario y quien adaptó los Entremeses de Miguel de Cervantes, a los escenarios callejeros de la ciudad de Guanajuato, fueron también maestros de Solé. “Tener la gracia de los dioses de poder dedicarse a lo que uno quiere”, dijo el director, ha sido su deseo concedido. El otro galardonado con la Presea Cervantina, Rodrigo Moya, ha sido una presencia constante en el Festival Internacional Cervantino. Sus fotografías han formado parte en varias exposiciones en las galerías, salas y escenarios abiertos guanajuatenses. Este año, por ejemplo, se montó una selección en una muestra que curó su esposa, algo ecléctica, diversa, denominada “Tiempos tangibles” en salas del museo regional de la Alhóndiga de Granaditas. Fotógrafo de la realidad, como fue descrito en el evento, Moya prefiere los libros de fotografías a las exposiciones, y tampoco es amante de concursos, premiaciones y reconocimientos. Pero no puede evitarlo: “me siento muy bien, porque no siempre la foto documental es reconocida”. En breve entrevista con Apro, dice que hay varias tendencias fotográficas, “muchas de ellas subvaloran la fotografía documental, que para mí es la madre de toda la fotografía”. Fue ésta, recuerda, la que ejerció desde sus inicios “en parte gracias a los maestros que tuve en el camino y a mi interés por la realidad, por los sucesos, porque no soy un fotógrafo que quiera inventar fotos. Mi ocupación es la realidad, lo que ella nos enseña cada vez que abrimos la puerta y salimos a la calle”. Moya ha mostrado los rostros de la infancia mexicana en varias exposiciones dentro de la programación del Cervantino. “La eterna infancia” fue una vista general de la niñez mexicana en todos sus estratos sociales, económicos y culturales, igual que “la niña del desierto y la niña de Las Lomas”. Aunque ya no hace fotos, Rodrigo Moya atiende, revisa y trabaja todavía en las imágenes de sus archivos, “entre 35 y 40 mil negativos, todos en muy buen estado”, dice. Y no ha dejado de interesarse en la realidad, de ver los libros de fotografía y los periódicos, los noticieros, lo que se habla de Ucrania, lo que pasa en México. También tiene planes de hacer un libro sobre los oficios del hombre en el mar y otro sobre teatro y danza. –¿Qué retrataría hoy en México si aún tomara la cámara?– se le pregunta– –Yo creo que hay que fotografiar la profunda realidad mexicana. No el mexicano de cartón, el de los comerciales, sino el de los campos, las ciudades, los suburbios. “Es lo que fotografié siempre, con paréntesis de otro tipo de imágenes. Quisiera fotografiarlas de nuevo, México avanza en muchos aspectos, pero en otros sigo viendo las mismas desdichas. Me atrae eso, no por hacer una foto amarillista, sino por enseñar un México que quiero que otros conozcan”, afirma.  

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