"Sobre y alrededor del trabajo"

martes, 2 de diciembre de 2014 · 14:28
MEXICO, D.F. (apro).- Estimados lectores de la presente: antes de entrar en la materia motivo de la misma, una premisa: seguro de que ustedes, como servidor, están de acuerdo en que para asegurar el trabajo, el buen y honesto servicio de la policía, de los elementos del Ejército y el de los altos burócratas de los tres poderes de gobierno, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial es necesario que estén bien pagados para evitar que sean tentados y caigan en el peculado, o sea, en el hurto y mal uso de los dineros públicos, en la popular "mordida", o que sean sobornados por el billete de ambiciosos empresarios o el dinero de las mafias del crimen organizado. ¿No es así? De acuerdo en eso, reflexionemos un poco de lo que es y como se ha visto y se ha jugado el trabajo, ya que de él se han dicho y dicen muchas cosas, pero el consentimiento general de los estudiosos del mismo lo consideran como la actividad esencial de la humana criatura, la que lo distingue y lo hace diferente de los otros animales... claro, si se exceptúan algunos animales sociales, como las abejas y las hormigas, por ejemplo... "pues el animal, en su inmensa mayoría sólo utiliza la naturaleza y produce en ella modificaciones por su presencia; el hombre somete a la naturaleza al servicio de sus fines: la domina", como dijo F. Engels. Por otra parte, no faltan teóricos que piensan que el trabajo es la única energía creadora de cosas, de mercancías, de bienes de consumo y de servicios. Así los hechos, en verdad que resulta contradictoria la idea que nos viene de la antigüedad, la que considera al trabajo como una actividad inferior a la naturaleza humana. Por ejemplo, los usos y costumbres de las culturas griega y romana veían al trabajo como una labor servil, propia de los esclavos y por lo tanto impropia de la aristocracia, de los "mejores", que se dedicaban a la política, la filosofía, el arte y cultivaban lo que llamaban "el ocio creador". Tal era el desprecio al trabajo que lo demuestra que esa palabra proviene de un instrumento de tortura utilizado para obligar a los esclavos a llevar a cabo sus labores: el tripalium. Más tarde, en la cultura occidental, el cristianismo hizo ver al trabajo como una maldición, como un castigo impuesto a los humanos por Dios, merecido por la desobediencia de los primeros padres, Adán y Eva, en el Paraíso Terrenal, al comer de la mítica manzana. Esas ideas desvalorizadoras del trabajo prevalecieron a todo lo largo de la Edad Media; no variaron hasta la Reforma protestante... que fue la negativa de los pueblos del norte de Europa a pagar el Renacimiento italiano... recordemos que en este tiempo fue revaluado el trabajo a través del puritanismo calvinista y cuáquero, que establecieron el trabajo... y el negocio... como medida terrenal para ganar mérito y bienes celestiales. Desde esa fecha, el trabajo fue cada vez más profundamente analizado y objeto de diversas interpretaciones. Para los fisiócratas, los partidarios de la doctrina económica que atribuye a la naturaleza el origen exclusivo de la riqueza, el trabajo agrícola era el único productor de riqueza; A. Smith, por su parte, sólo consideraba productivo al trabajo que aumentaba la masa de bienes materiales; J. B. Say sostenía que únicamente eran productivos los trabajos que producían utilidad; C. Marx estableció que sólo el trabajo es productivo, sea el mismo manual o intelectual; la teoría moderna tiende a afirmar que todo trabajo es productivo si es creador de utilidad, siguiendo con ello a J. B. Say. También está la doctrina económica que opina que en la práctica es erróneo considerar al trabajo como un todo homogéneo, ya que en la vida económica se presenta en formas diferentes: trabajo de invención, de organización, de dirección, de ejecución, cualificado y sin cualificar. Según esa misma teoría o doctrina, los individuos que producen bienes no trabajan aisladamente, y hace resaltar que incluso los trabajos de invención se llevan a cabo cada vez más en equipo, lo que ha conducido a una progresiva división del mismo, por lo que en el trabajo de los diversos hombres se combina y se produce una cooperación entre ellos, fenómeno que muestra y demuestra el carácter social del trabajo y, por tanto, de la producción. Estimados lectores de la presente, una pregunta: ¿cuál de todas las hipótesis expuestas en la misma les merece mayor consideración, les parece que encierra mayor verdad? No es fácil la respuesta, servidor de ustedes no lo ignora... por lo que les promete una próxima carta tratando el tema, mientras queda de ustedes para lo que gusten y manden. JUAN CONTRERAS

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