Herrera de la Fuente: "Notas Falsas"

martes, 9 de diciembre de 2014 · 20:51
MÉXICO, D.F. (apro).- Cuando a principios de siglo, el equipo cultural de Proceso organizó aquel libro memorable México su apuesta por la cultura. El siglo XX, testimonios desde el presente (Grijalbo/UNAM/Proceso 2003, 760 páginas), entre las personalidades que me tocó entrevistar para el “Mosaico Musical” estuvo Luis Herrera de la Fuente, director de orquesta fallecido el pasado 5 de diciembre a la edad de 88 años. En aquella ocasión fui a su casa en San Ángel donde me obsequió las frases humorísticas, paradojas y los aforismos suyos compilados en Notas Falsas (presentación de René Avilés Favila, UAM-Xochimilco, 2001. 105 páginas), declarando: “He querido, por un lado, avisar de los peligros inimaginables de la música; por otro, destacar la importancia de las tan traídas y llevadas notas falsas. Las mías reunidas en este libro, son inocuas; se combinan en reflexiones, máximas, aforismos, epigramas, microsátiras, sentencias magistrales de chile, de dulce y de manteca, apotegmas, textos breves y una que otra greguería.” De aquella colección de Notas Falsas se han escogido para nuestros lectores de la columna “Canto Rodado” algunas relacionadas sobre todo con la música, para recordar al ilustre maestro que conocí cuando conducía la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Notas falsas “La música sirve para mucho: se baila, se canta, se toca, alegra, entristece. Es camarada histórica de la raza humana. Lo sabemos. Recordamos poco, en cambio, que Pitágoras por medio de la música encontró la proporción y su pacto con el número; es decir, halló lo que él mismo nombró armonía, la Armonía con mayúsculas, bien supremo del ser, del arte y del universo. Amiga música, en qué insignificancias te mezclas. ** La música es realidad objetiva sólo en el momento en que acontece. Al callar, deja su imagen en el alma. ** Un músico, por prominente que sea, no debe enseñar su instrumento. ** El rey David cantaba “Las mañanitas” en hebreo. ** El músico cursi culpa de su cursilería a Chaikovski y Chopin. ** La razón única de consagrar una vida a las cosas del arte es que no haya razón alguna. ** La orquesta sinfónica se compone de cien directores mejores que su director. ** Un cuarteto de cuerdas consta de cuatro esposas que se la pasan tirándose de los cabellos hasta exterminarlo. ** Hay música para críticos (que no la encuentran); hay música música. ** La sordera de Beethoven se ató de raíz al sufrimiento en sentido positivo y negativo. Éste es obvio; el positivo también lo es: no sufrió las “interpretaciones beethovenianas” de su música. ** No aceptes que un fatuo intermediario te implida hablar directamente con Bach, con Schubert, con Stravinski. ** Estoy en mi guarida. El sol amaina, los árboles toman un verde oscuro; el silencio no es plano ni profundo; es sólo silencio. Yo mismo, ni abominable ni excelso; sólo pregunta. ** Poesía y música nacen siamesas. Luego viene el incesto (incest is the beat, dice el inglés), luego las nupcias, luego el divorcio, luego la libertad. Hoy la viven a sus anchas, aunque de vez en cuando se juntan a tomar el trago de la amistad. Nostalgia, podría ser. ** La música es una metáfora de la vida, de ahí que no es materia de comprensión. ** Vida y música son movimiento. Fluyen de un principio a un fin; comparten esa ecuación de sustancia en el relámpago de su revelación. ** Un crítico declara: “No me gusta Beethoven”. ¿Ya lo sabrá Beethoven? ** ¿Tiene tamaño la música? ¿Altura idealmente vertical? Lo tiene. Aun si ella misma rescata su milagro, el intérprete nunca alcanza su estatura. ** En arte un cambio pequeño causa una diferencia enorme. ** La estructura de la música es la más difícil de lograr, en cuanto a que se edifica en el tiempo. ** En épocas navideñas no le sale un gallo al tenor, le sale un pavo. ** “La vida no vale nada”, reza un cantar. Pero cuesta mucho, rezamos todos. ** En esas fiestas caseras no le pidas al fulanito que cante, se sabe otra, y otra, y otra… ** Lamec fue el primer bígamo de la historia. Dios lo castigó: su hijo Yuval fue músico. ** ¿Es realmente el corazón el órgano con que se ama? ** En el ámbito del arte todos sabemos quien sí es un genio; si lo callamos es por consideración a nuestro ego. ** Los pájaros, aunada a su don canoro –júbilo de la vida—poseen la gracia inefable de impedir que uno ocupe las bancas sombreadas de los parques. ** El esnobismo de los críticos “importantes” (todos lo son) no es ni más ni menos inocuo que los otros esnobismos. Úsalo a discreción. ** El sentido del humor irrita a quien tiene cinco sentidos. ** Los clásicos son ignorantes. Ignoran que son clásicos. ** Agustín Lara fue el cursi más elegante de nuestra música urbana. ** El arte es la manifestación menos concurrida, no admite vociferantes. ** No rechazo lo falso, rechazo lo que no nace en mi cabeza. Faltaba más… ** Las resonancias suelen ser más ricas que el sonido. ** Primero fue el verbo; al minuto, el poeta. ** Es fácil admirar lo que no se conoce. ** En arte, lo moderno no es un valor estético. Es un signo vital. ** Cuando hagas crítica demoledora no olvides decir que hay excepciones. Cada uno, y todos, somos una. ** Aquel artista célebre habla mucho y bien… De él. Anoche asistí a una cena de aburrimiento mortal; hablaron sólo de ellos. ** Por andar mirando el cielo me di un costalazo en el suelo. ** Longo escribió Dafnis y Cloe bajo la premonición de Ravel. ** Juan Sebastián Bach junta dos perfecciones: arte, ciencia. ¿O es sólo una? ** Mozart es la música sin adjetivos. ** Con Beethoven se habla de hombre a hombre. ** El piano es un instrumento racista: aparta las teclas blancas de las negras. ** No se sabe si el aplauso en un concierto premia su ejecución o su terminación. ** El piccolo toca cuando alguien le pisa un callo a la orquesta. ** La soprano coloratura hace gárgaras en do mayor. ** Qué pena da el tipo de la tuba: ¡vaya trabajo que le cuesta roncar! ** La soprano es tan gorda que canta canto rodado. ** Juan Sebastián Bach compuso El arte de la fuga como manual para presidiarios. ** Sugiero conciertos en silencio: unción, sueño quieto, a salvo de un platillazo que nos despierte en sobresalto. ** La música, por su esencia abstracta y móvil, omiso lo bello y lo emotivo, es el único ente que contiene la noción, física y metafísica, de los límites del tiempo. ** Conciertos o entierros, asisto sólo al mío. ** Se tiene la impresión de que los especialistas en Shakespeare, Mozart y Chopin operan clínicas de últimos auxilios. ** La muerte nos está esperando. Por cortesía elemental uno no debe llegar tarde. ** Escepticismo, bon goût, suficiencia, intelectualismo, qué se yo, cosmópolis o la moda, pero sobre todo, el discurso en que el gobierno lo monopoliza en beneficio propio, ha resquebrajado la entelequia de la Patria. ¡La Patria! Hoy sólo se la siente en el bajo pueblo en el destierro. Sin embargo a todos, o casi, nos oprime el cuello aquel canto verdiano “Va pensiero, sullali dorati…”. ** No debe importarte que se hable mal de ti a tus espaldas, tu trasero no tiene órgano auditivo. ** Una nota falsa es como una gota en el ojo; durante un soplo furtivo distorsiona y enturbia las imágenes. ** Es indispensable habituarse a olvidar los años; tener ante los ojos sólo seres y hechos vivos, más cerca, más lejos, en desorden, sin dejarse atrapar por nomenclaturas o cifras de calendario. Escanciar en la copa champanera solamente quintaesencias, extractos, espumas de luz añeja, el aroma permanente que se desprende de lo concreto y que al cabo, es el santo y seña que confirma que estás y estuviste vivo. ¿Qué hacer de esos fragmentos de la existencia? Elaborarlos a buen cincel de artesano, darles proporción y forma, cumplir las leyes del arte, erigir una explícita sonata que tumbe y retumbe en la cresta de las cordilleras”.

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