Leo Smith y el Golden Quartet de jazz

viernes, 21 de marzo de 2014 · 20:54
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Como parte de edición número 30 del Festival del Centro Histórico de México, el día 12 inició el Festival Aural, especializado en presentar proyectos de improvisación y música experimental a través de un ciclo de conciertos donde participan músicos nacionales e internacionales. Desde hace seis años ha sido el único festival en México en promover a gran escala este tipo de manifestaciones artísticas, atrayendo así a una creciente audiencia que busca las más desafiantes propuestas de la música actual, las cuales incluyen variantes de géneros populares como el rock y el jazz y también de la música electrónica y electroacústica. La segunda actividad dentro de la cartelera del Festival Aural, el día jueves 13, se realizó en el Auditorio Simón Bolívar, donde se presentó el compositor y multi-instrumentista estadunidense Ishmael Wadada Leo Smith, acompañado de su Golden Quartet. El concierto, anunciado como Noche de Jazz, abrió con la presentación del improvisador y percusionista mexicano Milo Tamez. El títulos se debe a que los intérpretes involucrados han utilizado dicho género como el vehículo de expresión y su trabajo está orientado a usar esta forma artística como una plataforma expansiva en sus carreras. La primera presentación a cargo de Tamez fue agresiva, muscular y concentrada. Para sorpresa de los espectadores acostumbrados a que la batería es un instrumento usado pocas veces como solista para todo un recital, su participación duró cerca de una hora. Usualmente un “solo” de batería es un momento aislado y predeterminado en un concierto de rock, o como parte de un diálogo improvisado en bandas de jazz. Teniendo en cuenta las cualidades del instrumento, es una tarea compleja lograr comunicar ideas musicales claras --debido a que no hay melodía ni armonía-- volviendo aún más arriesgado el acto de improvisar. Pero el dominio y la maestría que demostró Tamez lograron hacer de esta inusual situación una exhibición bastante grata, haciendo posible la apreciación de algunas de las distintas posibilidades que tiene éste tan trivializado y menospreciado instrumento. Lo quizá poco acertado fue la extensa duración de su aparición y la poca pero notable redundancia en las ideas para improvisar, pues le hizo falta el espacio y el volumen bajo. Pareciera que algunos músicos, al adquirir tal cantidad de recursos, se olvidan de la expectación, la sorpresa. Sueltan ya tan sólo memoria muscular y olvidan la interacción con el único elemento posible en ésta circunstancia: el silencio. Pese a esto, Tamez emocionó a los asistentes y mostró su consolidación como una de las figuras más destacadas de la improvisación en nuestro país. La presentación principal fue la de Leo Smith, uno de los más importantes exponentes en la historia música creativa. En 1967 se hizo miembro de la mítica Asociación para el Avance de los Músicos Creativos (AACM) fundada en Chicago por Muhal Richard Abrams, donde comenzó a desarrollar su propio lenguaje musical que él llama Ankhrasmation, consistente, en sus propias palabras, en “un lenguaje musical en oposición a un sistema de notación musical”. Y explica: “La primera parte ankh viene de la cruz egipcia, ras viene de la cabeza etíope, significa el líder y mas proviene de la madre. Esto podría ser referido científicamente, de acuerdo a la naturaleza o a la biología, o esto podría ser referido de acuerdo a la fantasía, la imaginación.”(*) Leo Smith estudió etnomusicología en la Wesleyan University, en Connecticut. Más tarde, en 1971, formó su propia compañía discográfica, Kabell, con la cual actualmente trabaja como educador en el California Institute of the Arts. Su Golden Quartet lleva activo casi quince años y ha contado con la participación de importantes músicos como Jack Dejohnette, baterista que toco con Miles Davis y el trío de Keith Jarrett; Anthony Davis, su más fiel colaborador en el piano; Vijay Iyer, ganador de la beca McArthur 2013, entre otros. Para el Festival Aural, la banda presentó música de su más reciente producción para la disquera Cuneiform, titulada Ten Freedom Summers, con la cual fue nominada para el Pullitzer en el 2012. La grabación incluye distintos ensambles interpretando piezas que Smith ha escrito continuamente en un periodo de treinta y cinco años. La edición consta de cuatro discos donde interviene el Golden Quartet, así como un noneto de música de cámara, dando por resultado diecinueve piezas que en su totalidad duran más de cuatro horas. Después de la primera pieza que interpretó, el grupo lucía incómodo, la alineación no fue la usual, faltó el pianista Anthony Davis, y carecía del dinamismo y la exploración acostumbrada por todos los miembros. El sonido del Auditorio Simón Bolívar no estuvo a su favor, ya que en ocasiones la música de Leo Smith se toca a volúmenes muy bajos que fueron difíciles de percibir. A éste le faltó entusiasmo y decisión, se le veía molesto al dar direcciones a Vicki Ray --pianista sustituto de Davis-- que las ignoraba, además de que sus intervenciones dentro de las composiciones fueron breves y limitadas en cuestión de tímbrica, dinámica y contraste, elementos asociados al trabajo de Smith. En general fue un concierto frío y difícil de escuchar, pues su música Smith es en extremo delicada y frágil, que cuando no es tocada por los intérpretes adecuados y en circunstancias favorables, pierde intención y se aleja de la posibilidad de comprender el complejo lenguaje de este gran artista, como ésta vez en la que el público ni siquiera pidió el famoso encore. Lo ocurrido aquella noche de jueves 13 de marzo reflejó lo complicado que sigue siendo interpretar, escuchar y “comercializar” la improvisación, una manifestación artística que es de las más marginadas por la industria musical y cultural en general, debido a la diversidad de artistas que la producen y por sus inherentes características. Siendo Aural el único festival que promueve esta clase de música de manera institucional, deberán sus organizadores poner más atención en las especificidades que los músicos requieren para ser escuchados adecuadamente, haciendo una profunda investigación sobre éstos, para así poder encontrarse más, tanto con el público que conoce de antemano la obra expuesta, como con aquel nuevo público que tiene su primer encuentro con ella, gracias al esfuerzo que llevan a cabo. El Festival Aural continúa ésta semana con presentaciones con artistas reconocidos como Melt Banana y  tendrá fin este viernes 21. Puede consultar http://festival.org.mx/site/ch_perfiles/aural/ --------------- (*) http://www.newmusicbox.org/articles/wadada-leo-smith-decoding-ankhrasmation/

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