Navajazo: Mexicanos indocumentados en Tijuana

viernes, 7 de marzo de 2014 · 15:20
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- La película mexicana Navajazo (2014), de Ricardo Silva, en su estreno mundial, es la única que representa a nuestro país en la categoría de Competencia Oficial en la cuarta edición del Festival Internacional Cine de la UNAM (FICUNAM) que se lleva acabo desde el viernes 28 de febrero hasta el 9 de marzo del presente año. Migrantes, drogadictos, ladrones, huérfanos, prostitutas, un músico apodado El muerto, y un director de pornografía, son algunos de los personajes que forman parte de las viscerales y aterradoras historias que albergan en el bordo de Tijuana, comunidad en extrema pobreza asentada en el canal del río. Luego de que el gobierno de Estados Unidos los deportara, los recibe un gobierno mexicano que no dispone de ningún programa integral que vea por ellos, y destina a estas personas a la indigencia y al anonimato, lejos de sus familias, trabajos y ahorros, sin la oportunidad de tener un empleo. A su vez son criminalizados por la policía municipal culpándoseles por los robos que asolan a la ciudad. El director jugó un atrevido juego --muy contrario a la represión que rodea la vida de sus personajes-- en Navajazo, dejó en la máxima libertad posible a los actores en un afán antropológico por mostrarse como son, y se pregunta él mismo si su película es ficción o documental. Cuenta entonces que en una ocasión uno de sus protagonistas se estaba inyectando heroína en plena grabación, cuando de pronto cayó desmayado por sobredosis. El directo de fotografía Adrián Durazo apagó la cámara y urgió a sus compañeros a llamar a una ambulancia. En eso estaban cuando el “actor” revivió preguntó: “¿No quedó chido?” Cuando el director le explicó que no lo grabaron por el susto, él alegó: “¡Para eso lo hice, para que saliera en la película! ¡Prendan la cámara!” Esta cinta no intenta crear empatía con el espectador, ni mucho menos conciencia de la miseria y la desesperación que enfrentan los personajes, sino dibujar el retrato de una herida social que más tarda en sanar que en volverse abrir. Algunos de los personajes de tan olvidado lugar viven en ñongos (viviendas invisibles que son cuevas excavadas por ellos mismos o casas de cartón) en donde el documentalista tuvo un acercamiento muy íntimo con los habitantes, pero con la debida distancia para mostrar de la manera más natural sus vidas y en especial las drogas como el cristal o la heroína, como un medio para sanar su olvido. Más allá de un documental de denuncia estamos ante un trabajo que pretende ser honesto con lo que pocos quieren ver pero a la vez rebelde. Un ejercicio sobre la supervivencia. La cinta podría parecerse mucho a lo que pasa en sueños y en los símbolos sobre la vida humana que aparecen en ellos. Algunas veces aislados uno de otros pero sin dejar de mostrar un propio discurso sobre la realidad. ¿Qué es realidad y qué es ficción? ¿De que trata la película? ¿Hacia qué público pretende acercarse? En esta cinta la principal fuerza está en las sorpresas. Una no respuesta parecida al limbo que retrata, y que también parece no tener idea de el. Cabe destacar que Navajazo también compite por el Premio del Público, donde cada espectador recibe en cada exhibición de la categoría Competencia Internacional un talón para (quitar) y votar. Navajazo se presenta el próximo domingo 9 de marzo en el Cine Tonalá. Para mayor información sobre horarios puede consultar la cartelera en el portal del FICUNAM.

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