La Galería José María Velasco, espacio imprescindible de Tepito

martes, 1 de abril de 2014 · 21:20
MÉXICO, D.F. (apro).- Fundada en 1951, cinco años después de la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Galería José María Velasco es no sólo uno de los lugares de exhibición más antiguos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) con más de sesenta años de existencia, sino también un espacio de integración de los habitantes de su entorno pues funciona también como casa de cultura. Su historia, ajena ahora a los vaivenes de las políticas sexenales, se recopila en el volumen La Galería José María Velasco. Espacio público de promoción cultural en Tepito, de la historiadora de arte Guillermina Guadarrama Peña, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) de INBA, quien destaca al inicio del volumen: “En el barrio de Tepito calificado como peligroso, funciona desde los años cincuenta una galería de arte. Que exista en tal lugar es sorprendente, pues por lo general ese tipo de espacios se sitúan en zonas como Las Lomas, Polanco, la Zona Rosa, pero esta galería rompe con el mito de que sólo los miembros de cierta clase social aprecian el arte. Su ubicación en esa zona de la Ciudad de México se explica, porque contrario a la vocación del barrio, esta galería no es un sitio de venta de obra artística, sino un foro oficial de difusión que pertenece al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), lo que esclarece que no requiera necesariamente de un público con grandes recursos económicos para adquirir las obras que allí se exhibe.” El libro de 264 páginas, profusamente ilustrado con imágenes de las exposiciones que ha presentado la galería a lo largo de su historia y fotografías que la documentan, debió ser presentado el pasado 27 de marzo en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes, con los comentarios de Magdalena Zavala, Carlos Guevara, Alfredo Matus y la propia Guillermina Guadarrama. Matus es el actual director de la galería enclavada entre los barrios de Tepito y La Lagunilla, en la calle de Peralvillo 55, y destaca en la introducción del libro que es resultado del “sincero interés y paciencia metódica” de Guadarrama, quien acudió a fuentes hemerográficas, documentales y al archivo de la propia galería, además de haber realizado diversas entrevistas para documentar el trabajo de la galería. La galería, dice la investigadora en el preámbulo, formó parte de un proyecto más amplio del INBA, cuyos propósitos fueron difundir, impulsar y ser un mecanismo de educación en zonas marginales de la Ciudad de México, La idea, impulsada por Carlos Chávez en la dirección del INBA y Fernando Gamboa e la subdirección, consistía en la creación de cuatro pequeños museos en Tacubaya, Peralvillo, Tacuba y uno más “cerca de la Calzada de Tlalpan”, quizás en la obrera refiere la especialista. Finalmente no se abrieron donde se esperaba pero sí se crearon la Galería Popular José Guadalupe Posada, en la colonia Doctores; la Cervantes, en la colonia Guerrero; y la José Clemente Orozco --hoy José María Velasco-- en Peralvillo, que pese a los vaticinios  que señalaron que no era un lugar adecuado para los menesteres artísticos, ha sobrevivido ya seis décadas. A los capítulos del libro, entre ellos El proyecto y el contexto, Una galería espaciosa, Vocación y promoción, La época de Elena Olachea (una de sus directoras), Amenaza y resurgimiento, La etapa de Enrique Martínez, ¿Y la crítica?, se añade una cronología en la cual se hace el recuento de sus actividades. Se consigna que ahí han exhibido artistas como Lourdes Grobet, José Clemente Orozco, Artemio Rodríguez, Héctor Falcón, Nahúm B. Zenil, Tepito Arte Acá y Daniel Manrique, David Alfaro Siqueiros, Yolanda Andrade, Neza Arte Nel, Francisco Mata Rosas, el Gerardo Murillo Dr. Atl, Felipe Ehrenberg, José Luis Cuevas, Joel Rendón y una lista interminable. Guadarrama dice que la galería ha estado en constante peligro de ser cerrada, pero ha mantenido su perfil de apoyar a los jóvenes creadores, “incluso muchos jóvenes artistas después de exponer en ella pudieron exhibir en el Palacio de Bellas Artes”. Y se dieron casos como el del grupo Tepito Arte Acá que “nacieron o vivieron en el barrio, lo que demuestra que ese proyecto popular de difusión no fue desaprovechado”. Y considera en suma que la galería ha tenido una “aportación a la cultura de México y del mundo”.

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