Rememoran a Octavio Paz en España

martes, 27 de mayo de 2014 · 21:57
MADRID (apro).- El expresidente Felipe González aseguró que a la caída del Muro de Berlín, Octavio Paz advirtió que habían fallado las respuestas pero no las preguntas, interrogantes que deben persistir por el compromiso con la libertad como el que tuvo el escritor y poeta mexicano. En uno de los actos centrales de la celebración en España del centenario del nacimiento de Octavio Paz, González participó al lado del Nobel Mario Vargas Llosa, el filósofo Fernando Savater, el escritor chileno Jorge Edwards y el intelectual mexicano Enrique Krauze. El exmandatario español consideró que Octavio Paz “no era un reaccionario”, por el contrario, fue un “progresista en el sentido más profundo del término”. En el evento celebrado en la Casa de América, los participantes coincidieron en que Paz fue “el poeta de la libertad”, “un liberal en lo político, pero crítico con el mercado” y “uno de los últimos humanistas”. El historiador mexicano Enrique Krauze, quien lo acompañó durante 22 años en la revista Vuelta, resaltó que Paz cometió “la herejía” de mantener una guerra contra todo tipo de totalitarismos y fanatismos, incluso cuando en 1984, acusado de reaccionario, fue quemada una efigie del poeta frente a la embajada estadunidense. “Nunca mermó su combatividad, quizá porque era una forma de creación”. Por eso, dijo Krauze, si Octavio Paz viviera “seguiría en su puesto de batalla contra todo absolutismo”, en contra de “los poderes oscuros” que atacan “al periodismo en la provincia en México; los políticos que buscan corromper y corrompen;  los poderes mediáticos que olvidan su misión social; los poderes demagógicos que desvirtúan la democracia”, entre otros. El Nobel Mario Vargas Llosa sostuvo que “Octavio Paz nunca llegó a entender la libertad económica, su liberalismo era político, no económico. Parecía que no le encontraba el sentido a la economía de mercado en la cultura, porque éste acaba enajenando la cultura. El precio y el valor se fundían en una misma mentira para él”. Recordó que comenzó como marxista, como tantos escritores latinoamericanos, pero luego tomó una actitud crítica sobre el marxismo y se volvió un demócrata con una inclinación liberal, sobre todo en lo que tiene que ver con el ámbito político, menos en el ámbito económico. “En todos estos campos escapó siempre a el lugar común o el cliché, siempre cuestionó sus propias convicciones y entonces su obra, sumamente rica, porque es profundamente anti-dogmática, se volvió contra toda forma de dictadura, y al mismo tiempo en el ámbito de la democracia, puso siempre a prueba de la razón las distintas instituciones democráticas, creo que fue un pensador rebelde al estereotipo”, dijo. Asimismo el autor de La fiesta del chivo resaltó que la parte más polémica pero también más interesante de la obra de Paz, fue que “siempre cuestionó toda forma de conformismo intelectual y político. Por eso creo que su obra tiene una gran actualidad”. “Incluso –dijo– se adelantó a problemas que sólo después de expresarlos él, serían evidentes problemas de actualidad, entre ellos el post-comunismo, es quizá de los pocos intelectuales que comprendió lo que quedaría en el mundo, una vez desaparecida la Unión Soviética, convertida China en un país capitalista autoritario, son ejemplos que muestra lo avanzado que fue como pensador político”. El filósofo Fernando Savater, quien mantuvo una amistad con Paz, resaltó su valor como creador y como “poeta imprescindible”; también lo describió como un “dinamizador cultural, un extraordinario fermento cultural promoviendo revistas, un remolino cultural que no dejaba reposarse ni pudrirse en las aguas de la cultura, ni en América n en buena medida en España”. “Muchos tenemos que agradecerle ser llevados por ese remolino creador”, dijo Savater, quien destacó que Octavio Paz trajo –como creador, como poeta y como ensayista– lo mejor de las corrientes europeas, americanas y orientales al pensamiento y conectando ideas. Resaltó la sencillez de su escritura, porque no era de esos escritores que castigan a sus lectores haciéndolos partícipes de todo el esfuerzo que le significó al autor elaborar esa obra. “Octavio Paz tenía esa cortesía, que era la claridad; la labor, el esfuerzo, el penar lo había hecho él, para el lector la sencillez y la claridad de su escritura”, dijo. Asimismo, consideró que, como creador transitivo, Paz se convirtió en “una plataforma de despegue” para muchos jóvenes creadores, como él, porque se convirtió en un maestro, “porque ejerció una labor pedagógica, pero no como el maestro que solo escucha, sino el que ejercía con un valor de contrariar al discípulo, para formar”. El escritor Jorge Edwards, amigo de Paz, resaltó que la obra poética del escritor mexicano “abrió camino a una idea de la libertad en la sociedad”. “Es el hombre del cambio intelectual, es un heredero de Heráclito, del filósofo griego del movimiento, es un hombre que no acepta nunca una posición rígida y que no se enclaustra”. Edwards recordó que en una primera etapa de la amistad los separó el poeta chileno Pablo Neruda, pero luego los unió. “Fui bastante amigo de Octavio Paz en la última etapa de su vida. Antes nos separaba Neruda y después terminamos bastante unidos por Neruda, porque él tenía una enorme curiosidad por él”. Incluso, recordó que Paz le preguntaba cómo tomaba su whisky Neruda, lo que le llevó a Edwards a titular una de sus obras “El whisky de los poetas”. Enrique Krauze, quien acompañó a Paz en su aventura con la revista Vuelta, recordó que sin esa idea del poeta de seguir promoviendo el pensamiento y el debate en las revistas literarias en las que participó, como la que hicieron juntos, se habría perdido cohesión y comunicación entre ambas orillas del Atlántico. “Las orillas del Atlántico habrían estado incomunicadas, no hubiéramos tenido la conciencia del drama en la Europa del Este, en la Unión Soviética y la sensibilidad liberal y democrática de nuestro país y de nuestro continente no sería la que es”, dijo. Y recordó que Paz dio “grandes batallas por la libertad y la democracia, y sin esas batallas nuestro país y nuestro continente serían distintos”.  

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